23/03/2024

Son 30.000 detenidos desaparecidos… y más

Este 24 de marzo conmemoramos 48 años del comienzo de la nefasta dictadura cívico- eclesiástica- militar. Una fecha que se hace más importante hoy, más que nunca, porque tenemos en el poder a un gobierno abiertamente negacionista, que intenta instalar nuevamente en la sociedad la teoría de los dos demonios y de poner en tela de juicio el número que históricamente denuncian los organismos de derechos humanos. Abona, de esta manera, la escalada de violencia política que hemos ido viendo en el transcurso de esta semana. El ataque a la militante de H.I.J.O.S, la denuncia de Teresa Laborde Calvo por reiteradas amenazas de muerte, y la denuncia de Estela de Carlotto, de tener intervenidos sus teléfonos. Por Sofía Oillataguerre (ANRed).


El número

No hay una cifra oficial de personas detenidas desaparecidas por el carácter ilegal del proceso dictatorial y sus métodos clandestinos de secuestro, tortura, desaparición y muerte de las víctimas. Además, tampoco existe ese número oficial como consecuencia del pacto de impunidad que al día de hoy mantienen los perpetradores del genocidio. No abren los archivos para saber quiénes y cuántos fueron.

Así, la cifra se construyó durante la dictadura militar como una estimación de las denuncias que se estaban recibiendo tanto nacional como internacionalmente.

Desde sectores LGTBI+ denuncian que la cifra debe reivindicar  30.400, incluyendo a las personas travestis, trans, lesbianas y homosexuales que fueron secuestradas, torturadas, desparecidas y asesinadas por su elección sexual. Las orientaciones sexo genéricas fueron un causal en sí mismo.

Memoria, Verdad y Justicia

Ya si este proceso, ha sido difícil de reconstruir en la ciudad, y continúa siéndolo, desde ANRed nos preguntamos ¿Cómo habrá sido para los pueblos originarios, en la ruralidad, donde históricamente su acceso a la justicia ha sido más limitado? Pueblos originarios que han sido perseguidos y estigmatizados desde la conformación del Estado Nación, ¿Cómo vivieron la dictadura en sus territorios?

Para responder a estas preguntas, conversamos con la weychafe Moira Millán del Pueblo Nación Mapuche quien en estos momentos se encuentra en la ciudad de Esquel reclamando por la libertad del preso político Matías Santana y la solidaridad con el proceso judicial que enfrenta el Longko Mauro Millán.

 

“En el caso nuestro el negacionismo como política de estado ha sido desde la conformación de este estado hasta la fecha. Y por más que llevamos 40 años de democracia, esta democracia sigue invisivilizándonos, no tiene agenda para los pueblos indígenas. La desaparición continua y sistemática de nuetrxs cuerpxs, de las vidas indígenas, continúa”.

“En Argentina hay 40 naciones indígenas. La verdad es que no ha habido jamás un intento por parte del estado de hacer un relevamiento de la cantidad de desaparecides durante la dictadura militar. Muchas comunidades narran cómo se llevaron a miembros de su familia y que no aparecen en la lista de los 30.000 desaparecidos. Porque hay que tener en cuenta que el factor rural y el factor de racialidad, hacía imposible acceder a la justicia o  dejar una denuncia asentada. Si les costó a los familiares de los 30.000 desaparecidos que en su mayoría eran argentinos, blancos, imagínate lo que les habrá costado a los familiares de los desaparecidos indígenas dar cuenta de que eso estaba sucediendo”

“Recuerdo el caso de una Longko, Silvia Ranquehue en la Comunidad Ranquehue en Furilofche, en San Carlos de Bariloche. Me contó que en la lucha que ellos tenían contra el ejército que les había invadido sus tierras en plena dictadura, se la llevaron a ella y a más miembros de su comunidad, hasta la ciudad de Viedma donde estuvo detenida. Me contó que había habido otros lamien mapuches que entraban pero no volvían a salir. Ella perdió contacto; se decía que los habían desaparecido. Lamentablemente estos testimonios abundan dentro de las comunidades. Investigarlos, hacer un informe, no ha sido un tema de prioridad para ningún gobierno, para ninguna universidad, para ningún estamento. Así que seguimos sin poder tener certezas. Pero por supuesto desde ya, como vengo de un pueblo oral, donde la oralidad es la narrativa de nuestras verdades y de nuestra memoria, CREO en lo que esta Longko me contó”

“Para nosotros (la dictadura) tuvo una multiplicidad de facetas. No solamente hablamos de desaparecidos, de represión. Tengo un recuerdo de cuando tenía 9 años, en el año 1979. La dictadura adhería al año internacional del niño, y ese mismo año estuvieron a punto de declarar la guerra con Chile, así que expulsaron a muchísimas familias, con centenares de niñes que eran arrojados a la cordillera, en pleno invierno. Uno de esos niños era mi compañero de escuela, era Mapuche. Su casita fue destruida con la culata de un unimog, y arrojados a su suerte en la cumbre de la cordillera de Los Andes en plena Patagonia. Vi los ojos de mi amiguito mirándome fijo. Había orgullo y dignidad en su mirada y a pesar de que toda su familia lloraba con desesperación, él aguantó el llanto. ¿Qué fue de ese niño? Tal vez también, un desaparecido más en la larga lista de una dictadura demencial”.



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