27/07/2008

«Nadie imagina el dolor que una lleva dentro»

madre.jpg
«Mi mensaje a la gente es que tomen conciencia, que ayuden a buscar a las chicas, que se comprometan a decir las cosas cuando las ven, y para los hombres, que no consuman prostitución, para que esto se termine, porque hoy es mi hija, mañana la hija de otro y así sucesivamente, sino esto es cada vez más grande», expresó a ANRed María Inés Cabrol, la mamá de Fernanda Aguirre, que desde hace cuatro años busca a su hija por todo el país. Por ANRed desde Santa Fe


Sencilla, humilde, esta mujer de San Benito, cerca de Paraná, siente el paso del tiempo sin saber de Fernanda. En la mirada se le nota el dolor de no tener a su hija, ojos llenos de lágrimas que buscaron y buscan por todo el país alguna pista que le indique el lugar de donde rescatarla.

De voz fuerte, pero pausada,María Inés Cabrol relató a ANRed la historia de la desaparición de su hija y la esperanzas de encontrarla, a ella y a otras chicas que han caído en el infierno de la trata, esa lucha que le da fuerza para seguir buscándola, a pesar de tener ese desgarro en el alma.

Comienza el calvario

«Fernanda estaba en casa, era mediodía, una vecina le pide tres claveles para un cumpleaños, ella se traslada caminando tres cuadras a un kiosquito que nosotros teníamos yo había llevado los claveles hasta el puestito de flores, se va caminando unas ocho cuadras me pide los claveles y me pide que la traiga, le dije que no porque era un lindo día, ella era grande, tenía que empezar a andar sola, que nosotros la íbamos a estar mirando. Todavía mi otra hija en broma le dijo «¿y para qué te van a querer a vos? ¿quién te va a llevar?». Ella agachó la cabeza y salió caminando. La miramos hasta casi un ratito antes de llegar a la esquina no recuerdo porque dejamos de mirarla, si llegó un cliente o algo pasó, pero no vimos cuando la agarraron, nosotros no vimos a nadie en la esquina. Seguimos durante toda la tarde en el puesto, ese día jugaba Argentina, cuando llego al kiosquito de mi marido él me dice «vamos a mirar un ratito el partido», lo hacemos y luego le digo «me voy porque Fernanda esta sola». Cuando llego a mi casa, veo que ella no estaba, la luz apagada, llamé a unos vecinos y me dicen que no está, cosa que yo no creía porque era muy difícil de que ella no estuviera en casa. Me voy a la casa de la señora que iba a entregar las flores y me dijo «no María Inés, ella nunca llegó». A los 15 minutos, recibo el primer llamado en el cual me decían «su hija fue secuestrada», lo creí enseguida porque ella no estaba. Me piden dejar dos mil pesos en el Puente de Hierro. Busco a mi marido y juntamos la plata como pudimos, antes de que él salga recibimos otro llamado, que decía «no avisen a la policía porque la nena va a ser devuelta en pedacitos». Mi marido se fue enseguida, dejó la plata y esperamos un poco más de media hora. Como vimos que la nena no aparecía avisamos a la policía. Una y media de la mañana recibimos otra llamada desde la terminal de colectivos, donde nos dice que la nena ya estaba libre, que estaba cerquita y que iba a llegar, pero nunca apareció. Y bueno, ahí comenzó nuestro calvario, nuestra búsqueda.»

fernanda.jpg

Las pistas que llegan tarde

«Al mes de que ella es secuestrada se encuentra una notita en Santiago del Estero, cerca de las termas. Un papelito muy chiquitito, lo encuentra una turista, quien pensó que era una broma, pero como justo en ese momento se estaba dando difusión ella se lo lleva al juez. Y en la nota decía «ayúdenme soy Fernanda, estoy secuestrada, de E. R (Entre Ríos)» puso la abreviatura muy chiquitita. Se hicieron pericias, y la nota era de ella. Antes de las pericias, cuando me la mostraron les dije que era de ella, reconocí la letra enseguida, la forma de abreviar Entre Ríos, busco en la carpeta y era tal cual como la hacia ella, igual. Seguimos la búsqueda, recién el 8 de enero nos enteramos que el 8 de diciembre una chica había encontrado una nota dentro de una botella en el mismo lugar, decía «ayúdenme, soy Fernanda estoy secuestrada, son dos tipos y abusan de mí, no sé quiénes son». En enero cuando yo recibo esa nota ha sido que Fernanda había dejado otra en Buenos Aires, en una maderita, de la cual yo me entero recién en junio. Esa maderita decía «auxilio, soy Fernanda, Portugal», la misma letra, exactamente, todo igual, no cambiaba nada. Cuando yo me entero de esa nota ha sido que Fernanda estaba en Salta, porque Fernanda en abril estuvo en Salta, y escribió en la puerta de un baño con fecha y con todo, me entero recién en septiembre, en agosto me había enterado de que una chica en un prostíbulo había estado con ella, o sea que siempre mucho mas tarde.»

«En Salta, la secretaria del juez mira un programa de TV y se entera de mi búsqueda, entonces ella encaró al juez y le dijo que si él no nos mandaba eso ella iba a hablar con nosotros. Cuando yo llego a Salta, que me fui enseguida, hablo con esa chica y me dijo «yo sé que es su hija la que dejó la nota, porque ese es un pedido de ayuda». Fui en septiembre, el lugar había sido cerrado a los 2 o 3 días que aparece la nota, ya había un ciber ahí, se había pintado la puerta, no fue secuestrada. Cuando voy de nuevo a ver a la chica, ya no estaba, la habían despedido. Porque la chica dio la cara, y nos quiso ayudar.

«Allí mismo, en Salta, una señora me reconoce en un hotel, y me dice que el marido de ella había visto a Fernanda, pero no se animaba a hablar. Me da el teléfono, hablo con el marido, y él me asegura haber visto a Fernanda, me pidió mucho perdón, pero ya era tarde, ya hacía un año y pico que la había visto, a mí no me sirve, entonces son noticias que han ido muy lento.»

Ausencia del Estado

«Yo me encargo de la búsqueda, la policía no viaja. Sólo una vez, cuando nosotros fuimos para hacer el identi kit de la persona que había sido vista con Fernanda en Salta, pero llegaron dos horas más tarde y yo ya había organizado todo, habíamos encontrado al hombre para que al otro día fuera a declarar, que hiciera el identi kit, hasta había conseguido alojamiento. Cuando vamos a hacer la denuncia, no cabíamos en el auto, yo y la psicóloga que nos acompaña nos quedamos en un hotel a esperar que vayan a hacer lo que tenían que hacer y después ellos se llenaron la boca diciendo que nosotras nos habíamos ido de shopping, lo cual es totalmente mentira. Yo lo que hago cuando voy a cada provincia es caminar por las calles, mirando toda chica que se me cruce, a ver si veo a mi hija. Que no digan que son ellos los que investigan porque no es así la cosa, es mentira, porque para cuando ellos llegaron nosotros ya teníamos todo listo, fuimos mucho más rápidos que ellos. Ellos ni se imaginan el dolor que una lleva adentro. La policía no sabe trabajar, o no quiere trabajar.»

«Cristina Fernández de Kirchner me recibió cuando no era presidenta todavía, y me dijo que estaba al tanto de todo lo que sucedía, pero que no podía hacer nada. Aníbal Fernández me trató muy mal, me dijo que sabía de chicas que estaban en prostíbulos, pero que no estaba al alcance de ellos sacarlas, porque ellos buscaban únicamente a una chica en ese momento que era Marita Verón. Pero si no buscaban a otra que les pidiera ayuda no la iban a sacar, o sea que no tuve ni tengo una respuesta del Estado. ¿Por qué si ellos saben que hay otras chicas contra su voluntad no las sacan, sea quien sea?, que las saquen. Ellos me dicen «pedí lo que quieras», sí yo pedí un investigador privado, pero es mentira, ellos no me lo dan, delante de la prensa hacen número, pero saliendo la prensa ya no hacen más nada, se cruzan de brazos y no hacen más nada. Cristina en ese momento me prometió que me iba a contactar con Aníbal Fernández, para que yo pida lo que quisiera y nunca, nunca hizo nada, fue ese día y chau, olvidate. Y así estoy, esperando y golpeando puertas, hasta que algún día alguien nos escuche.»

«Hoy la investigación esta parada, no hay datos, no tenemos nada. A Mirta Chávez le dieron 7 años de prisión, el secuestrador se suicidó – o lo mataron- y el primo está libre, porque no hay suficientes pruebas para condenarlo.»

El dolor nos une

«A Córdoba fui a un juicio para acompañar a esas chicas que habían estado secuestradas en Inriville. Fui y pude ver más de cerca lo que sucedía, y ahí ves la realidad, y no lo podés creer, las chicas están contra su voluntad, maltratadas, deterioradas. Me preguntaba cómo un hombre puede estar con una chica en ese estado, qué sentimientos tiene, qué es lo que tiene en la cabeza, porque viendo a esas chica como están no intentan ni siquiera ayudarlas.»

«He conocido un montón de gente que no me imaginaba en la vida, y las que iré conociendo. Yo siempre digo, algún día Fernanda aparece y esta lucha tenemos que continuarla, con ella, a la par, para que esto no vuelva a suceder. Si algún día ella aparece me dedico en pleno con ella a luchar. Porque creo que sería la única forma de que ella se sienta más acompañada, que vea lo que se hace que se intenta hacer algo más allá de, se sienta más aliviada, porque no es fácil, la vida se la arruinaron.»

Ernestina Arias



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba