21/07/2015

Bomba en Suruc: el Estado turco y el ISIS contra la solidaridad con el pueblo kurdo

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Hoy por la mañana se produjo un atentado con bomba en el Centro Cultural Amara, de la localidad de Suruc, ubicada en la frontera turco-siria, que produjo 30 muertos y alrededor de 100 heridos. Si bien no hay una reivindicación oficial, hay muchos indicios de que el ataque es obra del Estado Islámico de Iraq y el Levante (ISIS). Por Pablo Mestrovic para ANRed


En el edificio objeto del ataque se encontraba una gran cantidad de militantes de la Federación de Asociaciones de la Juventud Socialista (SDGF en turco), que se disponían a cruzar la frontera en dirección de la ciudad de Kobane, devastada por la confrontación armada entre las milicias kurdas y el ISIS. La SDFG es el frente juvenil del Partido Socialista de los Oprimidos (ESP), que integra la coalición liderada por el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que obtuvo el 13% de los votos en las elecciones del 7 de junio y en las que Figen Yuksekdag, militante del ESP, fue candidata a co-primera ministra. El ESP es ideológicamente afín al Partido Comunista Marxista-Leninista (MLKP), de tendencia maoísta y que participa en la lucha armada en Rojava.

Según denunció el documentalista kurdo Garip Celik, la policía turca evitó revisar uno de los ómnibus que transportaban a los militantes de la SDFG, en el cual viajaba Celik y las ambulancias llegaron muy tarde al lugar del hecho. Existen motivos para sospechar que la autora del ataque podría ser una joven de 16 años que estaba mezclada entre la multitud. Es importante señalar que previamente a que los militantes de la SDFG llegaran al Centro Cultural Amara, varios de ellos habían sido detenidos por la policía turca, lo que vuelve mucho más sospechosa la omisión de la inspección del ómnibus.

El ataque en Suruc coincidió con un ataque a un puesto de control de las YPG/YPJ en Kobane, éste último frustrado. Los copresidentes del Comité Ejecutivo de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), la organización que agrupa al movimiento de liberación nacional kurdo en Turquía, Siria, Irán e Irak, Bese Hozat y Cemil Bayik, responsabilizaron al gobierno del AKP por el ataque. Señalaron asimismo que ya no es posible distinguir entre los miembros del ISIS y los agentes de la MIT (Organización de Seguridad Nacional, el servicio de inteligencia exterior turco). El dirigente del HDP Selahattin Demirtas señaló que es imposible que el ataque se haya llevado a cabo sin apoyo del Estado turco.

A pesar de la previsible condena del atentado de parte del gobierno de Turquía, el ataque de hoy en Suruc, al igual que el ataque del ISIS en Kobane de fines de junio, no puede entenderse fuera de la política del Estado turco de confrontación con el movimiento de liberación nacional kurdo y apoyo apenas disimulado al ISIS. Por otra parte, la Federación de Asociaciones de la Juventud Socialista tiene un peso considerable de militantes de etnia turca, como la propia Figen Yüksekdag, e integra el Congreso Democrático de los Pueblos (HDK), una alianza de partidos de izquierda y movimientos sociales que luchan contra la opresión nacional y de género y el neoliberalismo y por una auténtica democratización de la sociedad turca. El ataque de hoy estaría dirigido principalmente, entonces, no exclusivamente contra el movimiento de liberación nacional kurdo sino contra el conjunto de las fuerzas de izquierda y progresistas que frustraron los planes presidencialistas de Erdogan en la elección del 7 de junio.

Es precisamente la capacidad del movimiento de liberación nacional kurdo de aglutinar a los distintos sectores oprimidos de la sociedad turca: obreros, campesinos, mujeres, minorías étnicas y sexuales, etc. lo que preocupa no sólo al AKP, sino a todos los partidos del régimen surgido del golpe militar de septiembre de 1980, con su piso electoral proscriptivo, su control estatal de la actividad religiosa presentado como «laicismo”, su negación de las identidades nacionales no turcas, su represión de la izquierda y el movimiento obrero. En cuanto al AKP, esta es una muestra más de que su disfraz de «islamismo democrático y moderado” no puede ocultar su coincidencia estratégica con el ISIS.



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