24/06/2018

La mujer piquetera

 

”Qué otra cosa podían hacer las mujeres qué empezar a salir, organizarse. Con ellas empezó el movimiento piquetero. Las mujeres son las que sostienen todo, aunque hablen hombres.” Esta charla la tuve con una referente del movimiento allá por el año 2003 a pocos meses del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. La volví a recordar el pasado 14 de junio cuando la ola verde, aquel millón de personas logró la media sanción del proyecto de ley para el aborto legal, seguro y gratuito. Por corresponsal popular para ANRed

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A fines de la década del 90, la crisis azotaba los barrios. El movimiento de desocupados se diseminaba por los barrios más pobres otorgando más que nada un espacio en común en donde encontrarse. Y estos espacios estaban constituidos principalmente por mujeres. El rol asignado a la mujer para cuidar el hogar y la familia también estaba en crisis. Sin sustento laboral, la mujer tomaba la iniciativa en “parar la olla”. La crisis llevó a la mujer a ser el sostén de la casa mientras que en estos comedores sociales, en estos talleres o plazas donde se organizaban las piqueteras se comenzaban a tratar temas como la violencia de género, el aborto y la anticoncepción. Si los hombres habían tomado la dirección del movimiento por su experiencia sindical o por la simple cultura patriarcal, la mujer comenzaba a ganar experiencia para asumir cada vez más tareas.

Y es que fue así desde el inicio. Fueron las mujeres quienes salieron a cortar la ruta 22 y la provincial 15 en Cutral Co y en Plaza Huincul un 20 de junio de 1996,  Un grupo de mujeres ex trabajadoras ypefianas, amas de casa, maestras, hijas, fueron las que salieron a las rutas a reclamar por trabajo, por sus hijos. Luego los cortes se multiplicaron y cerca de 35mil personas exigieron la presencia y un acuerdo con el gobernador Sapag.

Pero este grupo de mujeres nunca imagino que aquellos 6 días en la ruta con 400 gendarmes y jueces que pedían desalojos resultaría en una victoria. Mas allá de los planes sociales, del alimento para los comedores, de la reconexión de servicios públicos que lograron, inauguraban un modo de protesta que había arrastrado a todo el pueblo y luego el país. Un año después durante otra protesta, caía asesinada la joven docente y madre de dos hijos, Teresa Rodríguez. Los movimientos de desocupados se componen de aproximadamente un 80% de mujeres. Hoy siguen siendo las que motorizan el trabajo autogestivo, los comedores populares, las guarderías, los jardines, las cuadrillas, las asambleas. La experiencia organizativa inédita a fortalecido una camada de miles de mujeres que se ha ido integrando al movimiento feminista de los últimos tiempos.

En aquellos tiempos a la iglesia también le inquietaba la presencia femenina en la protesta. En el 2004 la iglesia emitió un comunicado recomendando que las mujeres no abandonen a la familia, que no dejen la casa y descuiden a los niños. La orden eclesiástica apuntó contra los sectores desocupados y a su corazón; la mujer. El hecho no pasaba desapercibido y revelaba la inteligencia de la milenaria institución. Aunque algún sector, alejado de las cúpulas, se sumo a la protesta de los desocupados, hoy la iglesia en bloque es el principal opositor a legalizar la interrupción voluntaria del embarazo. El empoderamiento de la mujer apunta a la separación de la Iglesia con el Estado. A liberar a la mujer de los mandatos de la doctrina religiosa. El reclamo feminista  amenaza con expandirse por toda América Latina, bastión creyente de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La presencia política del Papa Francisco entre el movimiento de desocupados, entre cooperativistas, y partidos políticos siembra esta tensión. Y es por ellos que ha salio a declarar que practicar el aborto es parecido a lo que hacían los «nazis» incluso se difundió en los medios la posibilidad que el Papa excomulgue a los senadores que aprueben el proyecto de ley. Es que la ola verde va por todo y no es un fenómeno marginal como ya se ha visto el 13 y el 14 de junio cuando ningún partido político, ningún medio de comunicación, ni la iglesia pudo contenerla.



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