28/04/2008

Primer Encuentro Nacional de Mujeres lesbianas y bisexuales del país

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El Primer Encuentro Nacional de Mujeres Lesbianas y Bisexuales se llevará a cabo los días 3 y 4 de Mayo de 2008 en la ciudad de Rosario, Argentina. Las organizadoras, Espacio de Articulación Lésbica de Argentina (Espartiles) plantean como uno de los objetivos, no sólo el compartir experiencias, sino también discutir la forma de cambiar la cultura y de plantear sus demandas. ANRed conversó con varias mujeres que tomarán parte en el Encuentro y ellas nos contaron sus expectativas e ideas.


El Primer Encuentro Nacional de Mujeres Lesbianas y Bisexuales tendrá lugar en la ciudad de Rosario el fin de semana que va del 3 al 4 de mayo.

Según la organización Espacio de Articulación Lésbica de Argentina (Espartiles) los objetivos son «acercar a las lesbianas y mujeres bisexuales de todo el país, para compartir historias, experiencias y proyectos, para discutir la forma de cambiar la cultura y para construir un espacio imprescindible de intercambio y cooperación desde el desafío y el respeto que supone la diversidad».

El Encuentro se desarrollará principalmente en forma de talleres, pero también habrá conferencias, actividades recreativas y tampoco faltará la celebración.

ANRed conversó con varias mujeres que irán a Rosario, y ellas nos dejaron sus ideas, expectativas y sensaciones que les genera tomar parte de este Encuentro.

Como Silvia Luna, rosarina, que espera que puedan llegar al Encuentro la mayor cantidad de mujeres posible, y aunque en el 2003 participó, también en Rosario, en el Encuentro de Mujeres a nivel nacional con las chicas de La Fulana, ahora siente que estará «entre pares».

«Aclaro que salí del closet hace muchos años, pero siento que esto va a ser como aquella vez, cuando convoque a mi familia y les dije que era lesbiana. Creo que esta va a ser la oportunidad para consolidar la lucha por nuestros derechos», concluye Silvia.

Por su parte, Silvina Sierra de Las Diversas, Santa Fe tiene «la idea de poder articular acciones con aquellos grupos con los que nos sentimos identificadas y con los cuales coincidimos política e ideológicamente. También tenemos expectativas con las nuevas militantes lo que significa estar en un encuentro para ellas también. Expectativas también de saber el impacto de este encuentro a nivel social, a nivel de género a nivel cultural ya que el lesbianismo siempre ha sido un tema oculto, in visibilizado, y donde existen aun muchos prejuicios.»

«Significa mucho tener un espacio propio. En los Encuentros de Mujeres (que ya van 22 ediciones) el lesbianismo empezó a tratarse hace poco. Si bien hay talleres de lesbianismo y de activismo lésbico, y esta bueno porque las lesbianas somos mujeres y merecemos un lugar ahí también, los temas se tratan más generalmente. Este encuentro es nuestro, es de las lesbianas que tenemos nuestras propias luchas y reclamos y una doble discriminación por ser mujer y por ser lesbiana. Políticamente podemos no coincidir las activistas en como llevamos a cabo las luchas, pero lo importante es que tenemos nuestro propio espacio para debatirlo, y donde las lesbianas que no son activistas puedan conocer lo que es la militancia, conocer los reclamos y asistir al taller o actividad que le interese», explica Silvina.

Con respecto a la invisibilidad que tienen las lesbianas en Santa Fe, expresa «aquí es terrible, porque nunca se habló del tema, de hechos las únicas lesbianas visibles somos mi pareja Paula y yo. Porque hay muchas lesbianas que son militantes por otras luchas, pero no se les cruza por la cabeza acercarse a conocer lo que hacemos dentro de Las Diversas, porque según ellas «no son visibles» cuando en realidad todo el mundo lo sabe. En nuestro grupo hay muchas chicas del interior de Santa fe, en donde el lesbianismo esta mas invisibilizado y en donde ser lesbiana es directamente motivo para que no te tomen como empleada. Por eso nuestro trabajo también está allí, aceptamos todas las lesbianas que quieran ser activistas o no pero que nos acompañen a conseguir nuestros derechos.

Desde Bahía Blanca, Linda, una integrante del grupo Entramadas revela sus ganas de compartir espacios con mujeres que están en la misma lucha que ella. También cree que «es bueno conocer agrupaciones varias de diversos lugares del país para poder darle una visión más amplia a su experiencia específicamente bahiense, y poder así sopesar las posibilidades y restricciones que se nos pueden ir presentando.»

«El encuentro va a ser para mí una apuesta corporal muy fuerte, justamente porque decir «soy lesbiana» o decir «soy bisexual» es señalarse el cuerpo en el preciso punto de su vulnerabilidad en tanto campo controlado por un montón de mandatos sociales. Es el primer encuentro de este tipo al que asistiré, aunque ya me fui fogueando al conocer mujeres vinculadas con el activismo lésbico cuando, en agosto de 2007, organizamos en Bahía Blanca el mes de la diversidad (con todo lo problemático que tiene el término «diversidad»), y también con el Encuentro Nacional de Mujeres en octubre de 2007 en Córdoba. Asumí mi lugar de lesbiana hace apenas cinco años, y recién a partir del 2007 me encontré apostando por un activismo vinculado con el feminismo. Es así que esto es realmente muy nuevo y fuerte para mí.»

Con respecto a la discriminación, plantea dos instancias: «la primera desde siempre, por ser mujer, la otra por ser lesbiana. Pero si me tengo que centrar en la discriminación hacia las lesbianas, es decir, la lesbofobia, puedo decir que he sufrido distintos tipos de actos discriminatorios. Quizás el que me toca más a nivel afectivo es el hecho de que a medida que en mi grupo de conocid@s se fue extendiendo el «rumor» de que yo era lesbiana (aunque estaba abiertamente hablado con vari@s), algunas personas empezaron a gastarme constantemente por mi «orientación», a decir que dudaban de que yo fuera «mujer», etc. Más allá de que considero que estos actos son estúpidos, lo que me resulta discriminatorio es que de repente mi cuerpo empezó a ser señalado, marcado, mi sexo, mi deseo, mi cama, etc. empezó a ser indagado, puesto en evidencia, etc. Créase o no, me implica un esfuerzo muy grande sentir que mi corporalidad está constantemente «en escena» (y «ob-scena», aunque etimológicamente obsceno signifique lo que está fuera de escena). De algún modo estoy todo el tiempo «cargando mi cuerpo a cuestas», y esto no lo tiene que sufrir una persona heterosexual.
Otros gestos de lesbofobia son las atribuciones veladas o no tanto de varias personas que te dicen que si sos lesbiana seguramente tenés «algún problema» con los hombres, que los odiás, o que sos una frustrada».

Por último, al ser consultada sobre la cuestión de la visibilidad, espresó «se dice efectivamente que las lesbianas hemos sido silenciadas en casi todo tiempo y lugar de la tierra, lo cual es cierto, y que ahora nuestra lucha es por una mayor visibilidad, para que se vea y admita que «existimos», tenemos voces y cuerpos que deben ser respetados y que merecen ser amados. Sin embargo, quiero llamar la atención sobre el uso «comercial» de nuestros cuerpos que sólo nos visibiliza si somos lindas y femeninas (ambas cosas son totalmente arbitrarias, pero me refiero a la mirada desde la cultura mainstream). Ese uso es un uso de la lesbiana para la mirada del hombre, y ésa no es la visibilidad que quiero. Tampoco quiero la visibilidad de las sociedades tan occidentalizadas y liberales que «incorporan» a todxs. La lógica actual hace que todo se fagocite, todo se incluya, todo entre en el sistema. Yo no quiero entrar en el sistema; justamente, quiero salir del sistema. No quiero que mi lesbianismo sea «aceptado» como si fuera algo que no se puede evitar y hay que «aguantar». Las lesbianas que pensamos el lesbianismo como posición política queremos que nuestros cuerpos interpelen la heterosexualidad obligatoria, que podamos abrir la puerta a nuevos tipos de relaciones vinculares que permitan una alternativa a la monogamia obligatoria y al sistema pareja. Como dice la norteamericana Judith Butler, lo que todas queremos es en definitiva, la posibilidad de «una vida habitable».
Esta cuestión de la visibilidad no la queremos luchar para que nos incorporen a una sociedad ya predeterminada donde nosotras como lesbianas no decidimos nada nuevo, sino que queremos ser nosotras las que elijamos en qué términos vamos a visibilizarnos.»

Fabiana Tuñez de la Asociación Civil La Casa del Encuentro Espacio feminista, social y cultural, nos dejó este testimonio:

«En primer lugar nos parece importantísima la posibilidad que nos brinda este Encuentro Nacional de Lesbianas como un lugar desde el cual encontrarnos lesbianas de todo el país para pensar, debatir, conocernos, intercambiar experiencias y necesidades para poder ampliar y profundizar las demandas políticas como movimiento.

Generar acuerdos, diseñar estrategias, definir agendas en forma autónoma y pensar que tipo de sociedad queremos para poder modificar esta realidad que a pesar de los derechos civiles todavía nos margina, invisibiliza y nos oprime impidiéndonos vivir en libertad.

La trampa a la rebeldía

Como lesbiana feminista no puedo dejar de analizar, cuestionar y repensar las trampas que nos hace el sistema. Con la posibilidad de los derechos, de la igualdad y de la no discriminación parecía que se abría dentro de la sociedad la brecha que nos permitiría vivir en libertad. Pero este sistema busca permanentemente encorsetarnos dentro de las reglas de juego, para seguir explotándonos y seguir apropiándose de nuestras vidas.

Si bien los derechos civiles son un avance para nosotras no son un fin en si mismo, creemos que como movimiento lésbico tenemos que profundizar nuestras metas y acordar caminos de acción para lograrlo.

Como lesbiana y como lesbiana feminista formo parte de esa gran mayoría de mujeres oprimidas y excluidas por el patriarcado y el machismo, por eso no comparto la definición de minoría sexual. Mi identidad es ser lesbiana y desde esta identidad me posiciono para resistir y seguir cuestionando el orden establecido. No mendigamos derechos, los ejercemos porque existimos y luchamos por La Libertad de decidir sobre nuestros deseos, nuestros cuerpos y nuestras vidas
Por eso creemos que este encuentro tiene que servir para pensar juntas y accionar, diseñar espacios de organización, de lucha y articulación con toda la sociedad.

Un movimiento lésbico construido, sostenido y articulado desde cada rincón de nuestro país para lograr que cada una de nosotras recupere su voz, su cuerpo y su historia de cuerpos oprimidos y desde allí juntas hacer movimiento.

Cada lesbiana que se rebela es y será multiplicadora de rebeldías. No olvidemos que en nuestro país todavía existen

 Lesbianas de mas de 50 que nunca pudieron nombrarse y visibilizarse

 Lesbianas que creen que son únicas en su pueblo y buscan perderse en las grandes ciudades

 Lesbianas que viven en nuestro país recluidas en círculos muy cerrados por temor a la discriminación

 Lesbianas cuya única posibilidad de visibiliarzarse en una noche en una disco

 Lesbianas trabajadoras que no pueden nombrarse en sus trabajos

 Lesbianas que asisten al ginecólogo y no dicen cual es su identidad por miedo.

 Lesbianas que son madres pero no han podido hablar con sus hijos e hijas

 Lesbianas que quieren ser madres pero no saben como será después.

 Lesbianas adolescentes que no pueden hablar con sus familias por miedo a la exclusión.

 Lesbianas Periodistas, Políticas, Artistas, Poetas, Juezas, Profesionales, Empleadas, Obreras, Artesanas, Docentes, Trabajadoras desocupadas, Estudiantes, Cineastas que por miedo a la exclusión y la discriminación todavía no se visibilizan ni se nombran.

Por eso es imprescindible un movimiento construido entre todas, cada día y con cada mujer que se incorpora para luchar juntas desde la alegría de nuestra existencia lesbiana por La Libertad

Entre las chicas que van y no participan de alguna organización, Majo nos dejó sus pensamientos acerca de este Encuentro, con la expectativa principal de que «será un punto de inicio para muchas más actividades de visibilidad lésbica, es la primera vez que se hace algo así a nivel nacional, de lesbianas porque la mayoría de las actividades que se hacen u organizaciones están enfocadas a los hombres gay, o la mayoría de la gente lo ve así aunque admitan mujeres. Creo que esto va a alentar también a muchas personas de pequeños grupos que hacen cosas pero que no llegan tan lejos, y que sobre todo nos va a unir mucho mas a las personas que estamos fuera del closet y que a veces se hace difícil convivir con el resto de la sociedad. Es agradable sentir que hay mucha gente luchando, y eso da más ganas de hacer cosas y de unirse a grupos de militancia, al menos a mí.»

«Espero aprender algo nuevo, y que los talleres sirvan para poder intercambiar ideas con muchas chicas que vienen del exterior. Y para las chicas de las provincias. imagino que va a ser muy positivo abrirles las puertas, porque sé que en las provincia la gente es más conservadores que en Buenos Aires.»

Majo también nos dejó palabras con respecto a la discriminación. «Yo creo que no hay nada mas lindo que amar a alguien, en mi caso el amor de mi vida, se llama Liby, y es maravilloso sentir amor por alguien, pero la sociedad hace que sea muy difícil, no sólo desde el tema jurídico, sino desde la discriminación continua, que no sólo es de la sociedad de afuera de la casa de uno sino que creo que la primera discriminación empieza por los padres que no aceptan que seamos homosexuales, y las familias que muchas veces intentar tapar o callar esas cosas. Yo creo que muchas veces las personas que cumplen el rol de familia, para las personas GLTBI son los amigos y la pareja, en el caso de tenerla.»

Por último el testimonio de la fotógrafa Mariana Pessah quien asiste al Encuentro para poder compartir, debatir, intercambiar cosas, ideas, posiciones políticas, rebeldías varias. Ella se posiciona como lesbiana en muchos espacios en la vida, no necesariamente entre lesbianas. En su labor de fotógrafa ella se plantea «retratar lésbicamente nuestras realidades también. Es un tema bien complejo, ¿qué es retratar lesbianas que se visibilizan?, ¿cómo lo mostrás con la imagen?, ¿porque son mujeres que se besan?, porque luchan? ¿ O porque quieren casarse y tener hijos igual que cualquier heterosexual? Ahí está el punto, para mí ser lesbiana no es un hecho puramente sexual, es político, yo no lucho para ser aceptada en una sociedad patriarcal capitalista, yo lucho por visibilizar los horrores cotidianos a los que somos sometidas y porque tenemos que destruirla y construir una nueva. No quiero leyes, ni derechos, quiero izquierdas humanas. Los derechos humanos nos han lastimado bastante ya. Es hora de volver a abrir las mentes, de limpiarnos de los resquicios que nos han dejado tantas dictaduras y volver a avanzar, en mente, en cuerpo.

Mariana será coordinadora de una taller y así lo explica
«Voy a estar coordinando un taller bastante osado, que no tengo idea de cómo puede caer el tema: las relaciones abiertas y el amor libre. Es un planteo opuesto en 180° con el tema de los derechos, de las civilizaciones bien avenidas y las políticas públicas. Siempre son buenos estos espacios para tomar una temperatura, para verse dónde una está parada entre lo que piensa, lo que hace, lo que se hace, lo que se dice.»


Más información:

http://www.encuentrolb.com.ar/



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