13/02/2008

Conocimiento nómade

El Proyecto Nómade surge como una experiencia compartida por un grupo de
usuarios de software, con inquietudes similares, que trabajan apoyados por
el grupo de usuarios de software libre de Córdoba. Nómade, nace hace 3
años y es una interfase entre artistas que usan tecnología y software
libre, buscando facilitar la migración desde sistemas operativos y
software «propietarios» hacia sus alternativas «libres». Lila integra el
Proyecto Nómade, y días atrás nos contó cómo comenzó la experiencia y
reflexionó sobre la construcción colectiva del conocimiento.Por Agite después de usar.


Nómade es un proyecto que surgió hace unos tres años como invitación a un
grupo de gente. El grupo inicial éramos 3 personas, e invitamos a otro
grupo de artistas de disciplinas variadas a hacer una experiencia usando
software libre, ayudándolos a instalar, y dando una pautas iniciales para
encarar esos «mitos» que hay sobre el software libre, sobre todo hace 3
años, respecto a qué se puede hacer, y qué no. La idea fue un primer
encuentro en el que se invitó a la gente a instalar Linux en sus compus, y
hacer una prueba lo más real posible, en un entorno de producción más ó
menos habitual.

La propuesta partía de la idea de experimento. De que lo que se iba a
hacer estaba un poco al margen de lo que cada uno hacía para vivir, como
trabajo. Sabíamos que era bastante complicado encarar una cuestión
productiva con una herramienta que se desconoce y sobre la que se tiene
muchas dudas, y precisamente por eso, pensábamos que los artistas eran los
que tenían la mayor posibilidad de encarar ese tipo de experimentos. Si
los artistas no hacen este tipo de experimentaciones, el mundo comercial
no las va a hacer, porque supone demasiado riesgo en relación a pocos
beneficios. La idea fue desnaturalizar las herramientas, ver qué otras
cosas habían en el campo del software libre. Teníamos mucha afinidad
ideológica. Ver si definitivamente en la práctica podíamos pasar de estas
ideas al uso.

Las herramientas (de software libre y software privativo) a veces son
iguales, otras veces son mejores, otras veces son peores, y otras veces
están en desarrollo. Como herramientas sirven o no sirven, se miden en
base a lo que uno quiere hacer. Muchas no son diferentes. No pasa por ahí
la cuestión. Sino más bien, por el modelo de producción y distribución que
supone el software libre, que es la cuestión ideológica y filosófica por
detrás, y que es lo que cuesta más entender. Mucha gente usa software
libre porque le resulta más útil ó más práctico con alguna cuestión
específica, y la gran mayoría de la gente que usa software libre, lo usa
porque cree que es una forma mejor de hacer software y básicamente,
compartirlo.

El grupo de gente que nos juntamos a hacer esto venimos, de alguna manera,
desencantados con otras formas de hacer y producir arte, «limitadas a un
grupo de personas», o que alimentan una idea de arte para «privilegiados».
Los que participamos de este proyecto estamos alejados de esa idea y
creemos que la producción cultural tiene que ser accesible, tiene que
distribuirse ampliamente, con el uso del software, con internet, una
herramienta muy potente para hacer esto.

ROMPECABEZAS PARA DESARMAR

Nos gusta pensar en desarmar o disolver esa idea del autor tan centrada en
el individuo, y contraponerle esta idea de que «todos les debemos» un
montón de cosas a la tradición de la que formamos parte y eventualmente
hacemos un aporte, unos más, otros menos, a ese conocimiento general. Las
ideas de «propiedad intelectual y derecho de autor», tomaron forma en
algún momento en la historia. No existieron siempre, y hay un montón de
culturas que no las comparten, donde la información circula de otra
manera. Nosotros, viniendo del arte, venimos de una tradición de
pensamiento vinculada a cuestionar esa idea de «autoría», cuestionar la
forma en que circula la producción, sobre todo de objetos artísticos.
Encontramos un montón de cosas que nos resultaban conocidas o familiares,
y asociadas a la tecnología, resultan viables, que es lo más interesante.

Originalmente instalamos el software. Después, a través de un wiki y una
lista, vimos cómo nos iba a cada uno. Esa primera fase del proyecto no
tuvo buen resultado, porque a la mayoría de la gente no le fue muy bien
con el experimento. Algunas dudas intentamos resolverlas a partir de que
nos ayudó el Grupo de Usuarios de Linux de Córdoba (GrULiC)[1]. Pero en
otras cosas, había gente que definitivamente no tenía la convicción
necesaria como para seguir un proceso de trabajo bastante arduo al lado de
otras cosas a las que estábamos acostumbrados.

Quedamos un grupito bastante más pequeño y documentamos en el wiki cómo
nos fue con nuestros equipos, qué habíamos podido hacer y qué no, qué
habíamos descubierto en términos de software y compatibilidades. Hicimos
unas pruebas y eso creo que es bastante interesante a la hora de aportar
datos como usuarios, que es el lugar donde nos ubicamos. No somos
informáticos ni somos programadores. Somos usuarios que tenemos
necesidades concretas y manejamos bien una «x» herramienta privativa y
queríamos reemplazarla por otra.

Hemos hecho algunas experiencias más exitosas de diseño gráfico,
encarándolas completamente con software libre. Algunas de ellas para una
fundación de aquí de Córdoba, la Fundación Via Libre[2]. Entre ellas hay
un libro que fue nuestro desafío más importante, porque la verdad, cuando
lo empezamos no sabíamos si íbamos a llegar a buen puerto con eso, y salió
bien, se imprimió bien. Descubrimos un montón de cosas en relación a cómo
llevar un proceso de diseño gráfico completamente con software libre. El
libro «M.A.B.I., Monopolios Artificiales Sobre Bienes Intangibles»[3], es
la primer experiencia que se ha hecho en Argentina llevando un proceso de
diseño libre completamente desde el principio.

Mi experiencia con talleres para organizaciones sociales es que hay mucho
interés por la seguridad o la confidencialidad de datos, cuestiones que en
el software libre son mucho más eficaces y mejor resueltas que en el
software privativo. Ciertas herramientas básicas, todo lo que tiene que
ver con comunicación, correo electrónico, navegador, sistema operativo y
sus usos básicos, creo que perfectamente están al alcance (de los
movimientos sociales). Hay herramientas muy buenas para el trabajo en
grupos, wikis, blogs, que muchos son software libre. Otras herramientas
más específicas, para tareas más puntuales, a veces necesitan un poco de
desarrollo, o de unos usuarios un poco más voluntariosos, que se pongan a
salvar las diferencias y problemas de usabilidad de los programas.

Somos un grupo ahora bastante más pequeño, nos movemos sobre todo en el
sitio, en la lista, intercambiamos la información, y en ese sentido,
cualquiera que le interese participar puede suscribirse a la lista o
participar del wiki. Incluso hay gente que ni conocemos, esa es la idea,
ir sumando en todo lo que vamos descubriendo.

[1] http://www.grulic.org.ar

[2] http://www.vialibre.org.ar

[3] http://nomade.liminar.com.ar/wakka.php?wakka=MaBI&v=c60

Agite Después de Usar

http://agite.ourproject.org



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