Conflicto en la Universidad del Comahue: «La lucha de las compañeras ha puesto al desnudo las miserias del sistema»
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Progresismo, precarización y ajuste en el Comahue: la resistencia de las mujeres
El Comité Editorial de la Revista Propuesta Marxista expresa su apoyo a la lucha de las trabajadoras de limpieza de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, quienes mantienen tomado el Rectorado de dicha Universidad en reclamo por su reincorporación y en contra de la tercerización de su relación laboral con la institución universitaria.
La pelea protagonizada por las trabajadoras tiene una importancia que excede los marcos del conflicto, pues su condición de mujeres trabajadoras tercerizadas es el punto de confluencia de las miserias de nuestra sociedad: el capitalismo que procura aplastar la resistencia de los trabajadores mediante la división entre quienes se encuentran en planta permanente y quienes están tercerizados; el estatismo, que desmiente en los hechos (penalización del conflicto y persecución a las trabajadoras que defienden sus derechos) el tan declamado carácter de «representante de todos” atribuido al Estado; la educación pública, que declara su vocación igualitarista y excluye a las trabajadoras de la igualdad con el resto del colectivo laboral; la institución universitaria, que reproduce las relaciones capitalistas mediante su prédica del discurso del mérito y el esfuerzo, en tanto mantiene la más completa desigualdad entre quienes gozan de los beneficios materiales de la institución (buenos salarios, viajes al exterior, etc.) y la «chusma” de estudiantes y trabajadores; el progresismo, que declara su vocación por las reformas progresivas, siempre y cuando no afecten la posición económica de sus defensores y no los obligue a confrontar con el capital; el patriarcado, que somete a las compañeras a una doble opresión y que pone el grito en el cielo cuando se atreven a rebelarse contra su condición de trabajadoras tercerizadas y contra su posición subordinada respecto a los varones (la extensión del conflicto y la negativa a atender sus reclamos se relaciona directamente con su condición de mujeres).
El empecinamiento de las autoridades universitarias en no llegar a un acuerdo con un grupo de 10 trabajadoras sólo se explica a partir de que la lucha de las compañeras ha puesto al desnudo las miserias del sistema. No se trata únicamente del antagonismo capital-trabajo; las compañeras han demostrado el conjunto de complicidades, el doble discurso, la hipocresía y las jerarquías implícitas que sostienen la dominación del capital. ¿Cómo un grupo de mujeres trabajadoras tercerizadas osa desafiar a la Universidad? Una vez más se comprueba que las instituciones estatales defienden la igualdad en tanto los defendidos no la reclamen en la práctica. Así, la lucha incansable de las compañeras transformó el discurso igualitarista y progresista de la Universidad pública en denuncias penales y en violencia contra las trabajadoras.
Por todas estas razones hacemos un llamamiento a multiplicar el apoyo a las trabajadoras que están tomando el rectorado.