28/06/2015

Crimen de Mariano Ferreyra: comunicado de CORREPI tras finalizar las apelaciones contra la sentencia

Difundimos comunicado:

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Crimen de Mariano: La audiencia en Casación, la justicia en la movilización

Ayer llevó a acabo la audiencia ante la Cámara Federal de Casación Penal para tratar las apelaciones contra la sentencia en la causa del asesinato del compañero Mariano Ferreyra. A casi cinco años del plan criminal que la triple alianza antiobrera ejecutó para aleccionar a los trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca, fue una jornada en la que se reiteró la dinámica que imperó en la sala durante los más de nueve meses que demandó el debate oral.

Con la fiscalía, que argumentó duro contra la patota, pero miró para otro lado a la hora de evaluar la participación criminal del personal policial en el crimen. Con la querella de la familia de Mariano, representada por el CELS, en similar sintonía. Y con la nuestra, CORREPI y APEL, en nombre de los compañeros heridos Elsa Rodríguez y Nelson Aguirre, que planteamos, una vez más, la existencia de ese plan previo urdido entre funcionarios, empresarios y patoteros y que tornaba inequívocamente partícipes necesarios del homicidio a todos los policías juzgados. Es que, sin su aporte fundamental, que lo facilitó y garantizó la impunidad, el ataque no hubiera tenido el fin criminal indudablemente propuesto.

A su turno, las defensas de los atacantes esgrimieron la versión cada vez más deshilachada y poco seria de la «riña” para ocultar la razón causal del crimen: defender un pingüe negocio a costa de la precarización laboral de una masa de trabajadores dispuestos a resistir y desenmascarar a la burocracia sindical de Pedraza y compañía.

Y en el final, las defensas de los siete policías juzgados, que coincidieron todas en el planteo de la obediencia debida. Como en los viejos tiempos, el discurso que ampara a la policía intenta diluir su responsabilidad en las directivas que se pierden allá dónde la justicia sella la impunidad. Incluyendo la de Aníbal Fernández, por entonces su jefe político.

No faltaron los guiños concretos para legitimar el crimen, como cuando el defensor oficial Lagos dijo que «además, tercerizados eran unos pocos, el resto eran militantes políticos». Tan clara y brutal justificación, demuestra cómo la miseria suele maquillar la retórica leguleya.

La audiencia finalizó cuando entraba la tarde y quedaban algunos militantes en las puertas del tribunal. Resta ahora la sentencia de Casación.

La militancia de CORREPI, junto a otras organizaciones, se preparaba entonces para ir de Retiro a Avellaneda, a la vigilia y movilización por los 13 años de la masacre de Avellaneda, allí dónde cayeron Darío y Maxi, por las mismas razones, en las mismas manos que mataron a Mariano Ferreyra.

La historia es una, continua y continúa. Y es en la calle dónde se resuelven todas las demandas del pueblo. Abandonarla o desmovilizar, es dar por muertos a los compañeros. Eso es lo que trasciende e importa.

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