28/10/2007

Las elecciones y los trabajadores: el carácter de la etapa

Frente a las elecciones presidenciales que se llevan a cabo en octubre de 2007 en Argentina, distintos sectores de la izquierda clasista lanzaron una opinión común. «El terreno de la lucha electoral que nos impone la burguesía implica definiciones concretas en tiempo y lugar. Si bien muchos de nosotros no consideramos a los procesos electorales como el camino por el cual se podrán realizar las transformaciones de fondo, no nos negamos a entrar en esa disputa. Pero nos diferenciamos tajantemente de las metodologías que nos imponen y que lamentablemente han sido adoptadas por distintas organizaciones que se autotitulan revolucionarias», afirman en la declaración.


¿De dónde venimos?: carácter de la etapa que transitamos

1) Entre 1976 y 2001, la burguesía logró profundizar la explotación y el sometimiento a la clase trabajadora y amplios sectores populares mediante la represión generalizada de la vanguardia obrera y revolucionaria, el ataque a los derechos laborales, el aumento exponencial de la desocupación y la sumisión en la miseria generalizada de amplios sectores de la población. Una de las políticas implementadas por la dictadura iniciada en 1976, que mas tarde continuaron todos los gobiernos, constituyó en el achicamiento del aparato productivo. Con algunas adecuaciones a la actual etapa histórica -por ejemplo, la represión es más selectiva y la desocupación bajó notablemente- esta situación se mantiene hasta la actualidad.
Nuestro país sigue exhibiendo altos índices de trabajo en negro, la precarización laboral es moneda corriente, inclusive en el aparato del Estado.

2) A partir de 2003, la expansión del empleo no ha menguado la tendencia general al aumento de la explotación vía la reducción salarial mediante la devaluación, a lo que suma la cristalizació n de las condiciones laborales impuestas en la década de 1990.
Esto redunda en un cambio cualitativo en los pobres en la Argentina. En los 90 a este sector pertenecían mayoritariamente los desocupados, a partir de la devaluación, se incorporan la mayoría de los trabajadores en negro y una importante porción de los que trabajan en blanco

3) No obstante, en la percepción de la población se potencian los beneficios del actual ciclo, fundamentalmente porque se los compara con la crisis terminal de 2001.
Esa idea pesa más en la conciencia de la clase trabajadora y los oprimidos, que los beneficios efectivamente obtenidos. Ya que la leve recuperación de los salarios y el empleo, no alcanza los niveles que estos tenían décadas atrás.

4) Esta realidad impone a los revolucionarios, en la presente etapa, la tarea central de contribuir y trabajar para recomponer la unidad política y social de los trabajadores y demás sectores oprimidos y explotados. Para ello es importante avanzar en la construcción de un programa político que supere sustancialmente el punteo de los programas electorales. En este sentido, un programa de estas características, debe contemplar no sólo las reivindicaciones coyunturales y estratégicas. También deberá incluir, los diferentes tipos de construcción a desarrollar, la relación entre éstas y las ya existentes, y con la población en general.
Un programa de estas características es un programa para toda la sociedad en el necesario camino para alcanzar la máxima libertad y realización humana. En síntesis, en la actual etapa, el programa deberá ser centralmente democrático y antiimperialista.

5) En 2002 se dieron, durante un corto espacio de tiempo, las condiciones materiales básicas para dar pasos sólidos hacia una respuesta política de las masas explotadas y oprimidas. Las acciones de las distintas expresiones del movimiento de trabajadores desocupados y las asambleas populares fueron vehículos que permitieron unificar a vastos sectores de la población, inclusive con la participación de sectores de los trabajadores en actividad.
Faltó dar el paso fundamental hacia la construcción política.

6) Faltó un mínimo de organización necesaria para lograr acaudillar y proyectar toda esa potencialidad.
Las clases dominantes lograron, entonces, confundir a los sectores populares para luego quebrar al movimiento de calles que había protagonizado las jornadas de 2001 y 2002.

7) Para abril de 2003 las clases populares ya habían recorrido un camino que las alejaba sustancialmente del voto protesta que fue mayoritario en 2001. A causa de lo antes descripto las masas llegaban a las elecciones sin un candidato propio. Al mismo tiempo todas las organizaciones políticas de izquierda realizaron una de las peores elecciones de los últimos años.

8) De esta manera, tras el cimbronazo de 2001, las clases dominantes lograron legitimarse electoralmente al punto que fue Menem quien ganó en primera rueda, lo que además, mostraba que la burguesía todavía no lograba consolidar una salida política a la crisis.
El retiro de Menem en la segunda vuelta expresó el comienzo de consolidación del nuevo proyecto burgués.
De esta manera surgió -no sin pasar algunos sobresaltos- el gobierno de Kirchner. Un personaje del que – salvo en su provincia – se sabía poco, y que de palabra se acercaba a las exigencias de renovación política que las masas pedían.

9) Las clases dominantes tomaron cuenta de lo acontecido en las jornadas de 2001-2002. Lo que se mostró en esos días es que los viejos aparatos de dominación político -ideológico (UCR, PJ) ya no contenían a las masas. Por ese motivo una de las principales tareas del gobierno de K. es reestructurar el aparato de dominación político- ideológico de la burguesía. Una tarea que es resistida por algunas de las fracciones burguesas y que todavía no ha dado los resultados que ese sector del capital pretende. En la base de la contienda electoral de 2007 se expresa -además de la disputa por la administració n de la caja del Estado- este enfrentamiento.

10) Esta lucha intersectorial no impide que el conjunto de las fracciones del capital se unifiquen en torno a la política económica del gobierno; no es para menos, están obteniendo grandes ganancias.
El actual enfrentamiento interburgués se explica por otras razones, como la acción del imperialismo yanqui que intenta recomponer su dominación político y económica a la manera que lo hacia en los años 90′, la actitud ideológica de los sectores mas reaccionarios de la burguesía. Todo esto se da en un cuadro de absoluta inmovilidad política de la clase trabajadora que deja las manos libres a los distintos sectores del capital para resolver sus disputas internas.

Sobre la unidad social y política de masas

12) Además de la fragmentación entre los que bregamos por una sociedad sin explotadores ni explotados, en nuestro país la conciencia de la clase dominante -la burguesía- engendra en los sectores oprimidos prácticas reñidas con sus intereses históricos.
Entre ellas el apoliticismo, el individualismo, el clientelismo, la trivialidad pequeñoburguesa son manifestaciones de la conciencia que impone la clase burguesa.

13) Ese apoliticismo está presente inclusive en sectores importantes de la vanguardia social o sindical, que rechazan todo tipo de construcción política. En consecuencia las formidables luchas que nuestra clase despliega, se agotan en sí mismas o quedan irresueltas, ya que en la mayoría de los casos estas luchas sólo se resuelven políticamente.
Inclusive aún cuando se dan victoriosas luchas, estas se mantienen dentro de los parámetros del sistema
En definitiva pueden lograrse aumentos de salarios, hacer retroceder a alguna multinacional, o meter preso a un genocida sin que se modifiquen las relaciones que se encuentran en la base de la explotación o en el saqueo de los recursos naturales.

14) El paso de las luchas sindicales, sociales, estudiantiles, etcétera, a la lucha política las transforma en lucha de clases. Para esto es necesario que al menos un sector de la clase trabajadora tenga conciencia de la necesidad de la unidad política de la clase obrera y emprenda la lucha no ya contra un patrón o una empresa, sino contra la clase capitalista y contra los gobiernos que apoyan a esa clase.
Es decir, no hay lucha de clases sin conciencia de clase y sin la constitución de la vanguardia. En síntesis, la construcción de la organización política (independientemente del nombre que adopte).

15) Este estado actual de las masas populares: fraccionadas y desestructuradas políticamente, a merced de la clase explotadora, nos impone tareas concretas y perentorias que pasan por recomponer política y socialmente a estas mayorías.

16) El primer paso es contribuir desde el movimiento de masas a encontrar los puentes entre las luchas sociales o sindicales que se llevan adelante y la lucha política que estas siempre llevan implícitas. Al mismo tiempo, buscar cuales serán los instrumentos políticos que necesitaremos para dar las luchas que se avecinan y para dar con éxito la lucha política contra la burguesía.

17) El terreno de la lucha electoral que nos impone la burguesía implica definiciones concretas en tiempo y lugar. Si bien muchos de nosotros no consideramos a los procesos electorales como el camino por el cual se podrán realizar las transformaciones de fondo, no nos negamos a entrar en esa disputa. Pero nos diferenciamos tajantemente de las metodologías que nos imponen y que lamentablemente han sido adoptadas por distintas organizaciones que se autotitulan revolucionarias.

18) Sin embargo, en las elecciones se van expresando, en forma distorsionada y deformada por la hegemonía política de la clase dominante, las necesidades de cambio que tiene nuestro pueblo. Las más recientes expresan una visión diversa, desde la Ciudad de Buenos Aires y Neuquén que votaron mayoritariamente a la derecha, hasta las de Santa Fe y Córdoba, que han dado lugar a fuerzas con matices de centroizquierda.
También continúan siendo altos los porcentajes de abstención y voto en blanco, pero no en los niveles alcanzados en la etapa del llamado voto bronca, previo a la caída del gobierno de la Alianza.

19) En principio ante cada etapa política es necesario responderse como actuar para que la participación en las elecciones sirva para avanzar en la disputa por la conciencia política de las masas. No nos parece correcto ignorar el proceso electoral. Nos planteamos como intervenir de conjunto quienes compartimos la lucha diariamente en distintos agrupamientos sindicales, sociales y políticos.

20) En América Latina existen en este último período ejemplos positivos en este sentido. Organizaciones políticas socialistas, populares, han podido sintetizar las demandas políticas y sociales de los oprimidos.
Tal es el caso del MAS en Bolivia, de Rafael Correa en Ecuador, o del propio Chávez en Venezuela. Es importante señalar que, más allá de las diferencias en tiempo y lugar, todos estos procesos tienen un denominador en común, se insertan en una conciencia mínima de las masas de rechazo al sistema de dominación; conciencia enriquecida a través de los distintos procesos de luchas que se llevaron adelante en los países hermanos. Algo similar a lo que sucedía en la Argentina de 2002.

21) En la Argentina actual ninguno de los procesos de los países hermanos siquiera se parece. Por el contrario, en las próximas elecciones no se presenta una alternativa que exprese con claridad al conjunto de organizaciones de trabajadores y populares, que vienen resistiendo hace ya largos años los modelos que las clases dominantes vienen aplicando desde distintos gobiernos sobre el conjunto del pueblo.
Aquellos sectores que podrían expresar esa alternativa, como los partidos de izquierda, se presentan divididos, pero además de su sectarismo, no logran convocar o unificar a sectores relevantes de la militancia política, sindical, estudiantil y popular.

22) En estas circunstancias, proponemos nuestra participación en las elecciones a través de un voto programático, al tiempo que impulsaremos en los lugares que podamos y de cara al pueblo el debate de cómo alcanzar el país que necesitamos. Nos planteamos la posibilidad de ir construyendo un programa, con el cual nos identificamos. Es decir, la necesidad de abrir un debate político de cara a muchos más compañeros. La posibilidad de transformar ese programa en un voto dependerá de cómo saldemos ese debate que deberá proseguir también después de las elecciones. Si pensamos que será la lucha el camino por el cual se podrán poner en marcha los cambios de fondo que nuestro país necesita, la discusión de un programa y la unidad del mismo con las luchas cobra gran valor.

23) El programa a construir debería contener, entre otros, los siguientes puntos:

 Salario en blanco igual a la Canasta familiar.

 Pleno empleo, con plenos derechos laborales: disminución de la jornada laboral sin disminución salarial.

 Seguro para los desocupados, igual o mayor que la canasta de pobreza.

 82% móvil a las jubilaciones, basta de AFJP.

 Reestatización de los recursos energéticos, naturales, servicios públicos, etcétera.

 Tierra para el que la trabaja.

 Vivienda para todos.

 Respeto a los pueblos originarios.

 Protección del medio ambiente, cursos de agua, etcétera.

 Impuestos a las ganancias y a las rentas financieras, no al trabajo.

 Educación y salud publicas, universales y gratuitas.

 No al pago de la deuda externa. No a la intromisión del FMI, Banco Mundial, Club de París, etcétera, en las políticas económicas, en los organismos del estado, salud, educación, rentas, etcétera.

 Basta de represión a las luchas: libertad a los presos políticos, desprocesamiento y anulación de despidos y represalias laborales

 Cárcel a los responsables materiales y políticos del fusilamiento de Carlos Fuentealba y de los represores de ayer y de hoy.

 Aparición con vida de Julio López, esclarecimiento y cárcel a los responsables.

 Por una verdadera Democracia popular: mandatos revocables, asambleas y congresos.

 Declarar al imperialismo yanqui enemigo de la humanidad, y solidaridad con los pueblos que luchan contra su opresión.

Primeras firmas:
. Susana Ancarola (Secretaria General de la Seccional Gran Buenos Aires Sur de ATE).
. Enrique Gandolfo (Secretario General de SUTEBA Bahía Blanca y de la CTA Bahía Blanca – Coronel Borrego).
. Alejandro Mascareño (Pro Secretario Gremial de la Seccional Gran Buenos Sur de ATE).
. Jorge Montero (Delegado General de Comisión Interna de la Refinería Shell de Dock Sud).
. Miguel Angel Ruocco (Movimiento Teresa Rodríguez 12 de Abril).
. Pablo Goodbar (Integrante de Mesa del ETUN – Encuentro de Trabajadores de Universidades Nacionales).
. Jorge Pérez (Integrante de la Agrupación Verde SUTEBA Almirante Brown).
. Anahí Tanguikián (Integrante de Mesa del ETUN, Universidad Nacional de Mar del Plata).
. Camilo Castillo (Trabajador y activista del gremio del pescado de Mar del Plata).
. Martín Gainza (Integrante de la Agrupación Naranja APU Mar del Plata).
.Militantes de Berisso.
. Autoconvocados por un voto a favor de los trabajadores y el pueblo.
. Movimiento Brazo Libertario.
. Movimiento Teresa Rodríguez 12 de Abril.
. Bases Socialistas.
. Militancia Comunista.
. Corriente de Izquierda Socialista (Rosario).

Octubre de 2007



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