Lanús: Despidos masivos en CALSA
Difundimos comunicado de trabajadores de Calsa:
Calsa, importante fábrica alimenticia de zona sur que atraviesa un muy duro conflicto en la defensa de sus avances en organización. Un conflicto que comenzó con 3 despedidos hoy ya lleva 60 trabajadorxs en la calle, que desnuda la disputa al interior de la fábrica por las conquistas ganadas en los últimos años y el control del ritmo de producción.
Los 230 trabajadores de CALSA, planta Lanús, nos hallamos en una de las situaciones que expone la vulnerabilidad a las que los obreros estamos tristemente acostumbrados. Por defender la fuente de trabajo de tres compañeros, tenemos 60 nuevos despidos, mientras mantuvimos la fábrica paralizada durante 10 días hasta que una nueva conciliación obligatoria, la tercera en los últimos meses, nos obligo a volver al trabajo hasta el 25/04 si se cumplen todos los plazos, fecha en donde estimamos volveremos a las calles con una sola consigna: NINGUNO AFUERA. Vemos que este conflicto no se basa en problemas económicos, ya que se trata de una empresa de altísimas ganancias a la cual está recibiendo una inversión millonaria, tememos que las razones ocultas busquen en realidad un fin más drástico y más general: eliminar a ciertos sectores como represalia a las conquistas ganadas en los últimos años y permitirle a la cúpula de la empresa mantener un control coercitivo sobre los trabajadores gracias al cual podrá imponer sus ritmos crecientes de producción. Es por esto que desde hace varios meses estamos siendo sometidos al hostigamiento constante por parte de una empresa de altísimas ganancias que adopto la posición de escudarse en motivos banales e injustificados para atacarnos, por medio de presiones de los jefes, suspensiones y despidos, adoptando la misma táctica que muchas empresas están emprendiendo ahora, en un momento en que la especulación desbocada de los empresarios se traduce en despidos. Pero porque entendemos que un trabajador que logra todos los días, gracias a su esfuerzo, hacer funcionar la fábrica no es un recurso a disposición del uso y abuso de los directivos y sus dogmas de rentabilidad, nos vimos obligados a tomar acciones de defensa a través de la unión, la solidaridad y la convicción. Todavía nada está definido.
CALSA es una empresa multinacional perteneciente al grupo ABF, un pulpo ingles cuyos tentáculos rapiñan en todo los continentes. Desde varios años se dedicaron a extraer los beneficios sin reinversión, lo cual se puede atestiguar en el estado lamentable de higiene general, en el número creciente de compañeros con licencias prolongadas a causa de daños de la rutina de trabajo y en el esfuerzo cada vez mayor que debemos emplear para lograr mantener los ritmos de trabajo impuestos. Para ellos este esfuerzo no es existe, sino que al contrario, somos nosotros los culpables de las fallas que ellos mismos vienen propiciando con sus políticas. Por eso, en vez de hacer un planteo serio sobre las formas de levantar la fabrica del estado en que la dejaron, incluyéndonos a todos nosotros como actores activos, tememos que la empresa haya adoptado la política de limpieza de ciertos compañeros marcados por exigir reivindicaciones básicas y reemplazarlos por personal nuevo, contratado, más dócil. Ya lo sufrieron 35 compañeros fuera de convenio por los que no pudimos hacer nada, ahora vienen por nosotros. Y si no le ponemos ahora un coto a sus intenciones macabras, solo la avaricia capitalista dibujara el futuro.
El conflicto
EL 15/10/13 la empresa acciona pretendiendo expulsar a un compañero por realizar una práctica de rutina, cuyo riesgo ya fue advertido a la jefatura en varias ocasiones. Un practica cuya única intensión es mantener la maquina funcionando sin considerar el riesgo para el trabajador o para la maquina misma. Como resultado se produjeron los mismos daños ocurridos en tantas otras ocasiones. Todos vimos la injusticia con que estaban actuando, por lo que respondimos de manera tajante paralizando la producción. Luego de varios meses de conflicto, muchas reuniones y conciliaciones logramos su reincorporación, quedando en evidencia las formas de trabajo a las que estamos sometidos en pos de mantener la productividad, a tal punto que hasta los directivos terminaron aceptando estaba mal echado.
Todos en la empresa teníamos la esperanza que este proceso de diálogo se extendería de este ámbito particular y se crearían canales por los cuales podíamos hacer llegar las demandas atrasadas de todos los compañeros. Sabíamos que podría haber una represalia, aunque no la esperamos con tamaña prontitud. Apenas dos semanas de cerrado el conflicto, 7 compañeros son despedidos por motivos absurdos y desproporcionados que solo pueden ser entendidos desde el mero capricho y el revanchismo del VP de recursos humanos Fernando Calvo, respaldado por la asesoría del estudio Funes de Rioja, los mismos responsables de la discusión paritaria de parte de la COPAL. Nadie dejo de ver la soberbia y la suciedad de las acciones de Calvo, por lo que nos vimos forzados nuevamente a paralizar nuestras funciones en defensa de nuestros compañeros. No es la primera vez que este sujeto despreciable está involucrado en conflictos anti-obreros, tan solo hace falta ver la enorme cantidad de denuncias hechas por el SINALTRAINAL, el sindicato de industrias alimenticias de Colombia, las cuales describen acciones aberrantes desde suspensiones-despidos hasta persecución sindical. Es gracias a la hostilidad de Calvo, desde la negativa a todo dialogo real de reincorporación hasta la intimación de despido por telegrama de 60 compañeros, lo que nos empujo a la puerta de la fábrica, bloqueado la entrada y salida de mercancías. La intervención del ministerio propuso una conciliación que no fue respetada, ya que luego de 2 semanas de esta se suspendió a tres compañeros, por causas que ya tienen más de 3 meses, y apercibimientos por causas irrisorias, entre otras acciones. Sabemos que esto no es más que una intimidación a nuestra unión, basado en aquellas argucias legales que los enormes huecos en las leyes le permiten. Luego de vencidas las conciliaciones impuestas por el ministerio sin que la empresa haya salido de su intransigencia, nos vimos obligados a tomar una decisión entre continuar la medida poniéndonos a todos en riesgo o dejar a nuestros compañeros a su suerte en un momento en el que se dificulta conseguir trabajo efectivo. Una nueva asamblea voto comenzar el paro por tiempo indeterminado. Desde el martes 18 la empresa estuvo paralizada. Fueron alrededor de 10 días en que la planta se mantuvo virtualmente tomada en donde quedo en claro a ojos de todos la enorme solidaridad y capacidad organizativa de los trabajadores convencidos de una causa justa. La respuesta de la empresa fue desde el primer turno noche fue despedir a compañeros por tandas. Fue una situación angustiante estar esperando el cambio de turno para conocer quiénes eran los nuevos sentenciados, pero en vez de generar la desilusión que la empresa espera, por cada despedido la firmeza en la causa aumentaba. Solo una nueva conciliación obligatoria fue capaz de devolvernos dentro de la fábrica, aunque con la prevista decepción de que los tres compañeros por los que se empezó están afuera. Igualmente para nosotros no existe la división entre despedidos y no despedidos, quienes están adentro y afuera. Y a pesar de que la empresa ya mostrara la intención de «negociar” entre los que quedarían y los que se irían, como si el pan de una familia seria un objeto de negociación, nosotros respondimos y seguimos respondiendo con mayor unión.
Les pedimos difundan este hecho no solo para lograr la reincorporación de los compañeros y frenar la inminente reestructuración (económica y/o política), sino también para mostrar otro de los muchos casos que en la actualidad están atravesando compañeros de todas las industrias. Vivimos un escenario en que se observan síntomas del retorno neoliberal, donde los capitalistas pretenden mantener los márgenes de ganancia obtenidos mientras duro el viento de cola a través de la especulación y la reducción de costos, es decir, de trabajadores, y con una presidenta que no teme condenar en cadena nacional las luchas reivindicativas que la clase emprendemos para mantener nuestro nivel de vida, exponiendo de una vez por todas la verdadera cara antiobrera de este gobierno. Por eso entendemos que estos casos de conflicto no harán más que profundizarse en los próximos años, cobrándose cada vez más víctimas en el marco de una muy extendida criminalización de la protesta social, siendo el caso más extremo la aberrante injusticia que están sufriendo los compañeros de La Heras.
Obreros de CALSA