06/02/2014

Dolor y pesar por la muerte de joven militante de COB La Brecha

Reproducimos:

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Hasta la victoria siempre, compañero Deli

Con profundo dolor, informamos la muerte de nuestro querido compañero Fernando Deliens, ocurrida en el día de ayer en un trágico accidente.
«El Deli”, entrañable y joven compañero de tan solo 23 años, puso su vida al servicio de la revolución. Con una perseverancia y abnegación constantes, se esforzaba cotidianamente por superarse, destacándose en el estudio, en el trabajo con los compañeros en los barrios, en el movimiento territorial, en el movimiento cultural.

Allí donde hiciera falta, el compañero siempre estaba dispuesto a poner sus brazos, su energía, su mente, su corazón y su constante alegría para construir esa sociedad a la que aspiramos.

Su vida constituye un ejemplo de una juventud que se compromete, que lucha, que no claudica ante ninguna dificultad, que enfrenta las adversidades con un gran esfuerzo por promover la organización del pueblo. Su sencillez, su humildad, su sonrisa compañera, fueron siempre un ejemplo para todos nosotros.

A pesar del dolor y la tristeza, nos comprometemos a levantar su ejemplo y compromiso, a continuar con su abnegación y tenacidad en el camino de lucha por el socialismo, para que en cada paso que demos, en cada grito, en cada puño en alto, en cada lucha, su corazón lata con el nuestro y con el de todos los compañeros que tuvieron el privilegio de conocerlo.

¡Hasta la victoria siempre Compañero Deli!

Agrupación Hombre Nuevo

5 de febrero de 2014

***

Para nuestro compa, el querido y abnegado Deli

Qué injusta que es esta vida.

Muy injusta, muy miserable.

Tanta bronca contenida siento, qué injusta que sos vida, con los hijos de nuestra clase.

De repente en un instante, te nos llevás al compa nuestro sin ni siquiera prevenirnos, con todo lo que lo queremos y con todo lo que lo necesitamos; con todo lo que lo necesita la lucha.

En apenas un puñado de tus jóvenes años comprendiste la más importante misión que tenemos en este mundo: luchar con todas nuestras energías, en todos nuestros minutos de vida, por el socialismo, que es la única esperanza para los pobres, la única esperanza para los que han sido arrojados décadas tras décadas al subsuelo de la patria.

Ahí estabas vos, compa, junto con nosotros, junto con nuestra organización, haciéndote hombre nuevo.

Supe desde el principio que eras muy bueno, que tenias buena madera… en las pequeñas cosas uno se da cuenta de eso.

Abnegación y humildad, abnegación para superarse, para ser mejores; humildad para saber escuchar y aprender; pedagogía para enseñar… sencillez, tenacidad y terquedad, eso es para mí el compañero Deli.

Valores todos que se cotizan más alto que todo el repudiable oro del mundo.
Tus orígenes proletarios sentaron los cimientos de un gran militante; el esfuerzo por formarte, tu propia praxis hizo otro tanto.

Qué triste me siento, compa, por no haber estado anoche, para advertirte si es que eso hubiera sido posible, para que no estuvieras solo en esos últimos minutos»¦

No te despido Deli»¦ compañero.

No te despido porque sé que vas a estar siempre acompañándonos en Hombre Nuevo, riéndote y aportando con tu ejemplo.

No te despido, no te despedimos, porque todavía falta mucho por hacer, porque todavía hay que luchar mucho, y porque nos falta la victoria final de nuestra clase.

Ya nos vamos a estar viendo compa»¦

Sabé que acá hay una joven fuerte y firme organización que va a luchar sin retroceder nunca y sin claudicar jamás y que sabrá hacer honor a tu ejemplo, tan joven, pero inmensamente valioso.
Un abrazo eterno, compa.

Pini

***

Morir viviendo

«Pido a mis dioses o a la suma del tiempo que mis días merezcan el olvido, que mi nombre sea Nadie como el de Ulises, pero que algún verso perdure en la noche propicia a la memoria o en las mañanas de los hombres”

Jorge Luis Borges

La muerte es algo llamativo, no me digan que no. Al menos admitan que para nuestra cultura urbana del siglo XXI, es algo llamativo. La muerte es algo cotidiano, completamente normal para la sociedad. Es una condición sine qua non de toda biología que se pretenda científica. Las plantas se mueren, los animales se mueren, los hombres y las mujeres se mueren. Es así, no hay con que darle, la muerte existe y es parte de nuestras vidas. ¿Alguien puede negar eso? Claro que no. Ahora, ¿quién puede negar que para cada uno de nosotros, pensados individualmente, la muerte es algo único e irrepetible a la vez? Tenemos una sola muerte, y encima coincide con que allí se terminan nuestras vidas (al menos nuestras vidas terrenales).

Entonces ahí encontramos una tensión. Todos vamos a morir, está clarito. Ahí tenemos una certeza: vamos a morir. Entonces debiéramos preguntarnos: ¿cómo vamos a vivir? Y nuestra sociedad capitalista y la biología han elaborado una respuesta más bien práctica y que es asumida masiva-pasivamente por el grueso de la población: vamos a vivir muriendo. Y entonces claro, en cómodas cuotas de rutina capitalista iremos pagando nuestra muerte, de a poquito. Y ahí está bueno, porque no hay grandes sobresaltos, vas muriendo de a poquito, te vas apagando, vas dejando las esperanzas, te vas acomodando, acostumbrando, hasta que un día, te morís bien muerto, para siempre.

Y hay gente que no, que no le cabe la de las cuotas. Gente que vive a pleno, que vive cada día como si fuera el último, que vive, como dijera Borges en el poema ya citado, en el ápice vertiginoso del tiempo. Es esa gente que descubrió que es finita, que es pequeñita, descubrió que va a morir y decidió que así no va, que no da morir, que hay que trascender, y que para trascender no hay que esperar a que la ciencia descubra la inmortalidad ni aguantar pasivamente un cielo medio incierto. Para trascender hay que imprimirle a este mundo nuestra huella, esa huella que quedará, para siempre; esa huella que somos nosotros aunque ya no seamos nosotros. Esa huella que será trinchera para que otros conquisten el cielo en vida. Sólo así vamos a trascender.

Yo tuve un amigo, un mejor amigo, un artista, un compañero, un luchador, un organizador, un dirigente; que se negó a vivir muriendo, que se dio cuenta que tenía que trascender porque, tarde o temprano, se iba a morir. Entonces estaba apurado, quería trascender, iba del laburo al barrio, estudiaba música para embellecer el contramando que iba construyendo, iba en bici al profesorado, se la pasaba estudiando la sociedad y de reunión en reunión para planificar cómo ser más efectivo en la construcción de la huella que lo haría trascender. Y digo reuniones porque ya se había dado cuenta: solos no trascendemos, tenemos que juntarnos, organizarnos. Con mucha práctica y mucho estudio, descubrió que esa huella se llamaba comunismo y que había que vivir peleando por él, para así nunca morir.

En eso andaba cuando murió, murió de golpe. Se lo tomó muy a pecho eso de no morir en cuotas. Nos agarró desprevenidos, ni avisó, y así es que atravesamos a puro llanto su única e irrepetible muerte, la única que tenía.
Mi amigo era gigante, enorme. Él sentía fuerte, muy fuerte. De jovencito descubrió que pertenecía a una clase que tenía grandes capacidades y científicas posibilidades de cambiar la historia, y desde allí no dejó de entrenarse para aportar efectivamente a dicha transformación. Era de los que no sólo sabía, sino también sentía, que el socialismo meramente económico, sin la moral comunista, no nos interesa. Amó profundamente. Amó a su clase. Sintió en lo más hondo todas las injusticias. Amó a sus compañeros, a su familia y a su compañera.
Mi amigo estaba empeñado en trascender, estaba empeñado y lo logró. Porque Deli está objetivado en todo lo que construyó, y ahí sigue. Lo podemos rastrear, no es joda, está en cada asamblea, en cada lucha, está él, no cualquiera, él, en cada idea que salió de su cabeza y hoy sigue operando en la realidad, fuera de joda, opera. Y ahí está, bien vivo, en la lucha por el socialismo.
Nos duele, me duele. Porque se lo va a extrañar. Su honestidad, su perseverancia, su radical anticapitalismo, su ejemplo, sus chistes malos, su alegría, su colosa humanidad. Nos duele, pero hay que seguir, con los puños bien en alto, porque Deli luchó por la vida y no por la muerte, porque Deli sigue vivo en la lucha de los trabajadores.

Hoy, una nueva certeza nos tiene que ayudar a continuar: la certeza de saber que Deli no vivió muriendo, la certeza de saber que Deli murió viviendo.

Hasta la victoria siempre.

Chimo

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMPAÑERO DELI!

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Con profundo dolor, pero con más fuerza que nunca para continuar su lucha, hoy nos encontramos despidiendo al gran compañero Fernando Deliens, «el Deli», quien nos dejara físicamente el pasado 4 de febrero, tras sufrir un accidente.

«el Deli», como lo llamaban sus compañeras/os, fue uno de los fundadores de nuestro Movimiento Cultural Hagamos lo Imposible, allá por el 2009, cuando un puñado de jóvenes, entre guitarras y libros, organizaban lo que hoy es este humilde Frente Juvenil. Montado en su bicicleta, que lo hacia imparable, lo veíamos «pateando» los barrios 9 de agosto y Km 13,charlando con vecinas, tomando mate dulce, organizando las primeras asambleas, las primeras cooperativas. Allí donde tantos quieren acostumbrarnos a lo posible, a lo que esta, él abría caminos haciendo lo imposible.
Entre maderas y clavos, entre mates y sonrisas, entre afiches y libros, así paseaba quien se convertiría en un referente, un ejemplo, para los cientos de compañeros/as que hoy lo lloramos.

Siguió su camino en el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), porque claro está, cuando hablamos de cambio social, la batalla debe darse en todos los terrenos, y él aportó en varios. Así siguió, asamblea en «El Progreso», cooperativas, marchas, formaciones, mates y más sonrisas. Hoy tus compañeras te lloran porque les enseñaste cuanto valen, el poder que engendran si se unen, si se organizan. Con tu ejemplo les mostraste que nuestra tarea histórica es arrancar a los poderosos nuestra dignidad, y en ese camino continuaremos.

Con la rebeldía de tu batería, embelleciste ese contramundo que nos disponemos construir. Porque sabías que no basta con hablar del mundo por el que luchamos, sino de construirlo día a día, prefigurando la sociedad nueva, prefigurando los hombres y mujeres nuevos. Así nos marcaste… con tu humildad que iluminaba tus ojos, con tu tenacidad que empujaba gigantes, con tu rabioso anticapitalismo, con tu amor a la humanidad, a la vida…y así seguiremos.

Ejemplar compañero, hijo, hermano, amigo…actualmente se encontraba ejerciendo la docencia, proyectando intervenir en el terreno sindical. Incansable…él caminaba, y con él nos contagiamos tantos…

Hoy tus compañeras y compañeros te homenajeamos, te recordamos, seguimos tu ejemplo… ¡porque el que murió peleando, vive en cada compañero!

¡Compañero Deli presente ahora y siempre!

¡¡Hasta la victoria siempre!!

De tus compañeros de Hagamos Lo Imposible:

Cuestas los adioses cuando son prematuros porque no son espontaneos sino imprevistos. Es que no alcanzan dos párrafos para justificar una despedida, ni para sintetizar una vida, sobre todo si es intensa como la tuya. Eras de esos que no creen en el destino y argumentan los efectos desde sus causalidades, y fue una injusta casualidad, una anomalía la que escribió los puntos suspensivos.

Decimos puntos suspensivos porque la historia y la lucha siguen, pero esta vez con vos en nuestras cabezas, espaldas y corazones. En nuestras cabezas por las enseñanzas y reflexiones que perduran, dadas de la mano de una sonrisa; en nuestras espaldas porque nos delegas tus importantes tareas, con un ojo que fiscaliza o vigila desde algún lado, y con una palmada en el hombro deseándonos suerte; y en nuestros corazones porque avivas el fuego, porque el dolor hermana y porque estas presente en este camino de construcción cotidiana a la que llamaste lucha.
Tras que somos pocos todavía, se nos va uno: gran compañero, gran hijo, gran amigo, gran músico, gran trabajador, pero sobre todo gran persona, de esas a las que vale la pena reivindicar todos los días, con cada acto, o en cada lagrima o sonrisa; de esas grandes personas que no separan ética y política, de esas de las que el Che estaría orgulloso.

Dejaste consejos, abriste debates, sembraste semillas. Te nos vas siendo joven, joven en el sentido cabal y real de la palabra: un joven que creaba y que luchaba por un mundo distinto. Calzaste correcta y orgullosamente la palabra revolucionario sobre tus hombros, practica en la cual no cualquiera puede cumplir con creces. Orgullosos de tu historia, valía y persona, te despedimos con un fuerte abrazo y unos versos ajenos de una zamba que seguro escuchaste:

«Sepan que solo muero

si ustedes van aflojando

Porque el que murió luchando

Vive en cada compañero”

Nos vemos a la vuelta.

Hasta la victoria siempre Deli.

Tus compañeros y compañeras del
Frente Juvenil Hagamos lo Imposible

Dejamos también las palabras de los compañeros y compañeras del Frente de Organizaciones en Lucha:

Amigo, compañero, hermano. Estas palabras plagadas de tristeza y cariño buscan recordarte. Son también palabras de lucha. Tantas memorias se nos vienen a la mente y todas ilustran la integralidad de tu persona y militancia. Con tu tranquilidad y sabiduría, nos dejaste innumerables enseñanzas, nutriste nuestra lucha, nos ayudaste a confiar en nuestras fuerzas. Son tantos los recuerdos: cuando no dudaste en ayudar a compañeras del movimiento a reconstruir su casa incendiada; cuando, a través de tu ejemplo, generaste confianza en tus compañeros/as de tu cuadrilla de trabajo que, con justa razón, te asumimos como referente; cuando dabas la formación, con tu evidente compromiso y siempre dispuesto a escuchar, aconsejar y aprender»¦ Son tantos los recuerdos y todos tan lindos; todos hablan de tu entereza, de tu lucha para que el hombre nuevo nazca en vos y en cada uno de nosotros.

Trabajo, dignidad, cambio social. Son los principios que supimos construir a lo largo de los años. Son los principios que seguimos manteniendo, aquellos que no claudicamos, desde los años del ¡piquetero carajo!. Los mismos que representabas en tu militancia de cada día.

Hoy se nos presenta la situación más difícil de todas, la de honrar tu ejemplo militante. Con todo el dolor y tristeza a cuesta. Pero con el orgullo de saber que compartimos y luchamos codo a codo con uno de los mejores jóvenes que nos dio esta generación.

Sabemos que hoy estas al lado de Dario, De Maxi, De Petete Almirón. Del CHE. Y de tantos otros luchadores que dejaron su vida por el cambio social.

Compañero, amigo, hermano Deli, el FOL hoy te llora pero tomamos tu ejemplo para seguir la lucha.

Hasta la victoria siempre!!!

FRENTE DE ORGANIZACIONES EN LUCHA.



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