19/07/2013

Solidaridad con el acampe de trabajadores/as cooperativizados/as

Reproducimos:

Compañeros de la AGTCAP

Ante nada agradecemos su visita a nuestra sede el día lunes. Ha sido enriquecedor intercambiar opiniones sobre las dificultades que enfrentamos los trabajadores de la economía popular para viabilizar distintos reclamos vinculados a los programas sociales nacionales. La necesidad de aumentos acorde a la inflación en los montos de los programas, la incorporación de nuevos compañeros, la mejora condiciones de trabajo, la asignación de módulos de obra y la creación de mecanismos para garantizar la no discrecionalidad en la aplicación de las políticas públicas populares con contraprestación laboral son preocupaciones que compartimos. En ese marco, esta Junta Promotora manifiesta su solidaridad y lamenta profundamente que fueran rechazados sus pedidos de aumento y nuevos puestos de trabajo.

Desde la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) consideramos que el acceso trabajo es un derecho elemental que el Estado debe garantizar sin excusa alguna. Como ustedes saben, la llamada Revolución Libertadora -que derrocara al General Perón con apoyo de los partidos antipopulares de diverso signo para entregar la Patria a los intereses imperialistas en perjuicio del movimiento obrero- derogó por la fuerza de la Constitución Justicialista que establecía con la máxima jerarquía normativa no sólo los derechos del trabajador sino también el derecho al trabajo, previendo que el Estado debía «proveer ocupación a quien lo necesite» (art 37 inc. 1)

Es deber, entonces, de todo Estado que se inspira en la doctrina justicialista garantizar trabajo bien remunerado y en condiciones dignas para todos los hombres y mujeres que habiten nuestro suelo. A cualquier compañero que se encuentre desocupado, pertenezca a la organización que pertenezca, piense como piense, sienta como sienta, se le debe proveer ocupación con todos los derechos. El trabajo decente no se le puede negar a nadie: ni por falta de presupuesto, ni por burocratismo, ni por pertenencia gremial, ni por diferencias ideológicas.

Lamentablemente, todavía estamos lejos de vivir en una sociedad que provee satisfactoriamente de ocupación a quien lo necesita, mucho menos que garantice el bienestar de los trabajadores en los niveles que nuestro Pueblo supo disfrutar. Un 40% de nuestra clase está sumergida en la exclusión, sometida niveles de precariedad y explotación muy superiores a los que la normativa laboral permite, encuádrense estos bajo la forma de cooperativas, micro emprendimientos, programas sociales, trabajo informal o cualquiera de los eufemismos «progresista» con el que se pretende disfrazar la incapacidad del sistema capitalista para garantizar trabajo y dignidad a todos.

Flaco favor le hacen al proceso de recuperación popular que vivimos en los últimos años a escala continental los que pretenden negar la realidad y rechazan la imperiosa necesidad de dignificar a esta enorme fracción del Pueblo trabajador. Para defender las conquistas de la etapa en el terreno social, laboral, de los derechos humanos y de la integración de la Patria Grande, el único camino es enfrentar los monopolios y apostar decididamente a conquistar la Justicia Social. En ese contexto, es inaceptable que los procedimientos burocráticos para acceder a los magros subsidios con los que aún hoy se contiene la miseria escandalosa de millones de compañeros se convierta en una barrera para reglamentaria verdaderamente infranqueable para los humildes y sus organizaciones.

Por estos y otros motivos, reafirmamos que es impostergable el reconocimiento del carácter laboral del trabajo popular, del carácter salarial del ingreso popular y del carácter gremial de nuestros reclamos. Basta de asistencialismo: ¡somos trabajadores! Basta de fragmentación: ¡somos un gremio!

Para finalizar, reiteramos nuestra invitación para que la AGTCAP y/o las organizaciones sociales que la conforman se integren a esta Confederación seguros de que la unidad es el único camino para este sector de la clase en su lucha por la dignidad. La clase obrera argentina ha pagado con su sangre la construcción de un movimiento obrero pujante y poderoso que el sistema logró fragmentar creando entidades paralelas en cada rama y actividad para alegría de la patronales que propugnan la atomización sindical en todo el mundo. Justo es el reproche al Estado por fomentar esta tendencia centrífuga; pero debemos también ser autocríticos en torno a nuestra propia responsabilidad e incapacidad para unirnos.

Los trabajadores de la economía popular -que tenemos pendiente la conquista de nuestros derechos elementales- no podemos caer en esta trampa. Ya Lenin, en su memorable texto sobre el Izquierdismo, consideraba que no integrarse a las organizaciones sindicales de masas so pretexto de «las dificultades, las quisquillas, las zancadillas, los insultos y la persecución» de burócratas o sindicalistas aburguesados reales o imaginarios constituye «una estupidez tan imperdonable, que equivale al mejor servicio que los comunistas pueden prestar a la burguesía».

Los personalismos, referencias, particularismos, divergencias políticas de coyuntura y supuestas grandes diferencias ideológicas de los cuadros militantes no pueden constituir un obstáculo ni una excusa para aunar esfuerzos en la epopeya de construir el sindicato de los trabajadores que hoy están excluidos de todos los derechos conquistados durante siglos de lucha obrera y popular. Si no logramos poner nuestra fuerza militante al servicio del empoderamiento de los trabajadores más empobrecidos a escala de masas, lejos de servir a la clase, nos servimos de ella como plataforma para defender nuestras propias ideas políticas en el mejor de los casos.

En el campo popular nadie está libre de estos errores, nadie ha sorteado con éxito las trampas del liberalismo burgués bajo cualquiera de sus ropajes. Es hora de revertir la tendencia y empezar a transitar el camino de la unidad que requiere humildad, audacia, esfuerzo y trabajo militante, atributos que sabemos ustedes detentan.

Nuevamente nuestra solidaridad frente a los justos reclamos y nuestra invitación para sumarse a la CTEP.

Fraternalmente,

Junta Promotora – CTEP



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