08/09/2007

«Es insuficiente que hoy en Billiken se diga que se cumplen 31 años del Golpe»

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Paula Guitelman al elaborar su tesis de grado, basada en el análisis de los ejemplares de la revista Billiken, en el período 1976-83, dio pie a su obra «La infancia en dictadura. Modernidad y conservadurismo en el mundo de Billiken». Aquí en esta entrevista nos explica por qué «aunque hoy Billiken haga referencia al aniversario número 30 o 31 del Golpe Militar de 1976 no alcanza para borrar tantos años de complicidades».


Cuando se trata de estudiar un determinado período histórico, los medios de comunicación son una herramienta útil para ver representaciones de la sociedad de ese momento, como también es útil ver en ellos las producciones culturales.

ANRed entrevistó a la investigadora Paula Guitelman, graduada en Ciencias de la Comunicación, quien a partir de su trabajo en la tesis de grado elaboró una obra en base al análisis de los ejemplares de la revista Billiken, en el período 1976-83.

 ANRed: ¿Cómo surge la idea de escribir un libro analizando la forma en que «enseñaba» Billiken en la época de la dictadura?

 Paula Guitelman: Aparece cuando empiezo a buscar un tema para la tesina de la Licenciatura. Ese tema en particular tenía que ver con analizar el período que siempre me interesó desde un lugar que yo sentía que no estaba tan analizado, sí había material sobre centros clandestinos, tortura, política económica y todo lo que ya se sabe que hay. Y también había, desde la cultura, material vinculado con lo educativo, pero como yo estudie Comunicación y no Educación, la idea tenía que ver con analizar algo que me permitiera reconstruir el horizonte de sentidos de esa época desde un lugar que tuviera que ver con lo cultural, con lo simbólico, con el periodo y la vida cotidiana sin que tuviera que ver, necesariamente, con los otros materiales, para no repetir, pero que tampoco tuviera que ver con lo educativo. Sino que en todo caso se pudiera conjugar lo educativo con lo comunicacional. Me interesé en analizar el periodo 1976 – 1983 en su cotidianeidad, en su discurso, en sus metáforas, qué se decía, analizar cierta atmósfera que me permitiera entender, en alguna medida, cómo fue posible, es decir, analizar las condiciones de posibilidad.

 ANRed: ¿Por qué elige Billiken y no otras revistas infantiles que también se editaban en esos años?

 Paula: Elijo Billiken por varios motivos: en primer lugar porque es la revista infantil más antigua del país, surge en 1919 y hoy se sigue publicando. En segundo lugar porque era la revista dirigida la publico infantil de la Editorial Atlántida, o sea que su pertenencia editorial también me servía por el hecho de que se trataba de una política editorial de mayor alcance, me interesaba el hecho de que en revistas para adultos había muchas complicidades y ver qué se les decía específicamente a los niños. Y en tercer lugar era uno de los objetos privilegiados para analizar la vida cotidiana, porque tenía una doble pertenencia entre lo público y lo privado, la recomendaban los maestros, la compraban los padres, la leían los chicos, el hogar, la escuela, educa, entretiene. Había muchos factores, el doble lugar, el lugar de bisagra. Era una especie de «pivote» entre dos espacios. Además uno nombra Billiken y la gente sabe de qué se está hablando, se volvió un referente de la cultura y del anecdotario de todo aquel que recuerda su infancia.

 ANRed: El subtitulo del libro es «Modernidad y Conservadurismo en el mundo de Billiken» ¿Por qué?

 Paula: La primera parte del título del libro («La infancia en dictadura») es más clara y tiene que ver con la situación de la infancia, de la niñez en el periodo. El subtítulo tenia que ver con que a mi lo que me interesaba, por un lado, era reconstruir ese mundo, digamos que no era un análisis que tenia que ver meramente con una orientación semiótica, sino que me interesaba un abordaje que tuviera que ver con la crítica cultural. O sea que en ese sentido la reconstrucción de un mundo, porque en tanto no hay uno sólo, cualquier presentación de ese mundo como único, legítimo, verídico era, por lo pronto, llamativo.

Luego de consultar un libro llamado «El modernismo reaccionario» que trata sobre el periodo del Nazismo, noté cómo en objetos culturales se podía conjugar lo progresista con valores totalmente reaccionarios, conservadores. En general se los piensa como antónimos, donde está uno no está el otro y en realidad en Billiken uno veía las dos cosas conjugadas de un modo bastante particular: como el lugar del cambio ligado a la tecnología y la historia ligado a lo conservador. El progreso esta situado únicamente del lado de la ciencia y la tecnología. A mi me interesa pensar, cómo esas dos cosas, que no necesariamente deben pensarse como opuestas, en Billiken se conjugan de una manera particular apelando al progreso, a la evolución, a los avances de la ciencia y la técnica, al mismo tiempo que se pensaba que ese mundo no se modificara.

 ANRed: En la tapa del libro se muestra el interior del cuerpo de una muñeca como si fuera una máquina ¿Cuál es el significado del dibujo y cuál es su relación con el análisis realizado?

 Paula: Básicamente lo que a mi me interesaba de esa figura, que es una figura de Billiken, era justamente el modo en que representaba muchos de los valores que yo encontraba en la revista como funcionales a la reproducción de la cuestión dictatorial. Tenía que ver con que es el dibujo de una muñeca que habla a la cual se el ve el interior, entonces, la metáfora cuerpo – máquina esta relacionada con la idea de por un lado apelar a una idea de lo científico, lo tecnológico, esa muñeca era todo un avance, pero al mismo tiempo daba la impresión de reproducción, o sea esa muñeca, que no nos olvidemos era una muñeca que hablaba, es decir que alguien le grabó un mensaje en la cinta. Esta muñeca representaba, entonces, la idea de lo, lo modernizador pseudo progresista pero al mismo tiempo reproductivo. Me interesaba ese dibujo como metáfora, siendo que está el cuerpo y la máquina en relación con las implicancias que tenía para las subjetividades de los chicos de esa época y para la sociedad en general. Esa muñeca daba, además, la idea de invadir la intimidad de un cuerpo, era una muñeca que sólo podía reproducir aquello que un otro predeterminó en ella.

 ANRed: ¿Por qué califica las categorías Poder/Saber/Verdad/Cuerpo como indisolubles?

 Paula: Esas categorías nombradas como indisolubles, como anudadas y articuladas tienen que ver con que retomo la teoría, entre otras, del filósofo Michael Foucault, que justamente plantea que necesariamente la idea de Saber está ligada con el Poder y que muchas veces eso es lo que permite hablar de regímenes de verdad, es decir que no hay una Verdad sino que los regímenes de verdad se van construyendo y el Cuerpo juega un papel determinante porque el cuerpo es, a lo largo del siglo XX, en función a lo que él (Foucault) estudia, uno de los ejes a través de los cuales también, se extrae información, esto inaugura todo lo que tiene que ver con una concepción de la biopolítica, o sea la política que tiene por objeto los cuerpos. Entonces el cuerpo como objeto de una política tiene que ver con extraer una información que después se pueda utilizar para ciertos fines. Este anudamiento de conceptos me sirve a mí para pensar la idea de disciplinar una corporalidad, disciplinar una subjetividad.

 ANRed: Los primeros años del régimen militar (1976 – 1978) fueron los años en los que hubo mayor cantidad de desaparecidos. ¿Fue, también, el momento en el que el discurso del autodenominado «Proceso de Reorganización Nacional» era más evidente en Billiken?

 Paula: El tema del recorte metodológico que tiene que ver con esos años en particular, lo motivaron distintas cuestiones, si bien aleatoriamente tomé números de toda la época para reconstruir una curva, me centré específicamente en esos años, primero porque en tanto no podía abarcar todo por una cuestión de tiempos y de que iba a ser una tesina y además me sugirieron que realizara un recorte metodológico. El recorte tenía que tener una coherencia, me encontré que en esos tres años hubo la mayor cantidad de desaparecidos y además en ese periodo las Fuerzas Armadas no tuvieron la misma coherencia interna y el mismo grado de cohesión, se empiezan a evidenciar las rupturas y los conflictos entre (Emilio Eduardo) Massera y (Jorge Rafael) Videla, tenían proyectos diferentes y pensaban diferente al margen de pertenecer, todos, a las Fuerzas Armadas. El recorte ayuda a que pueda ir en profundidad. A partir de los años 80, 81, 82 es otra cosa. En cambio en los años 76, 77, 78 no se podían evidenciar las fisuras internas.

El discurso es más fuerte y más evidente en los ejemplares de Billiken de los primeros años, que tiene que ver con la cadena de recurrencias y diferencias a lo largo de la revista en toda su historia, porque hay cosas, en realidad, que no es que surgen en ese período sino que tiene que ver con una política editorial mayor y con una línea editorial que con sus constantes se mantuvo a lo largo de toda la historia, lo que sucede es que había muchas cosas que son propias del periodo, algunas porque aparecen en esa época directamente, ciertas secciones, como el «Billiken atómico», o el tema de que desaparezcan las historietas donde se menciona la barra de amigos y que empiecen a tener lugar otro tipo de discursos. Hay otros que se exacerban como el tema higienista, del orden, de la cosa disciplinada. Por ejemplo la primera tapa de Billiken fue un niño embarrado, un niño de potrero a diferencia del niño sarmientito acrítico que se mostraba en esa época. Hay que dejar en claro que los estereotipos de género uno los encuentra en todos los ejemplares a lo largo de la historia de la revista, pero hay otras cosas que se vuelven muy propias de la época, como las metáforas bélicas.

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 ANRed: ¿Cómo ve actualmente a Billiken? ¿Qué cambios observa?

 Paula: Más allá de que hay cosas que siguen siendo constantes, en términos de recursos gráficos y en términos de modernización tecnológica y en el modo de presentarla, eso cambió bastante. Siempre fue una revista de una presentación moderna en términos de la disposición grafica y en términos de estrategias publicitarias, siempre tuvo, en ese sentido, una estrategia muy inteligente, aunque los contenidos me parezcan criticables, su estrategia de inserción en el mercado siempre estuvo ligada a las experiencias escolares. Entonces hablamos de una estrategia editorial inteligente y a la vez exitosa porque sigue perdurando hasta hoy. La mirada mercantil es lo que les ha hecho, también, modificarse a lo largo del tiempo. Pero en lo que más noto un cambio es que, si antes educaba y entretenía, hoy está más ligada al entretenimiento. Se apunta al niño como consumidor. Los contenidos están más cerca del publico «teenager», más de ídolo pop, o del protagonista de tal telenovela, o sea que en ese sentido se parece a otras revistas y la parte que tenia que ver con lo educativo, no casualmente aparece en los suplementos, el suplemento de Historia, es un suplemento extraíble. Si bien hay alguna que otra referencia a la historia en la revista, yo la veo más como material de ocio, de esparcimiento, comercial, mercantil, pensada para el niño como consumidor y el objetivo pedagógico no está tan presente y eso se ve porque uno en el «pack» encuentra no sólo las figuritas de San Martín sino también las de cualquier película o dibujo animado de moda. La estrategia actual es la de la «muestra gratis», muestra gratis del caramelo de «Bob Esponja» por ejemplo, si te gusta seguí comprándolo.

 ANRed: Hoy vivimos tiempos en los que los chicos casi no leen una revista o un libro. ¿Crees que a través de los videojuegos o la televisión se pueda instalar algún tipo de discurso como el que quiso instalar Billiken en la época de la dictadura?

 Paula: Parto de la premisa que los discursos no son neutrales, en los discursos uno puede, rastreándolos, reconstruyéndolos, encontrar por qué un discurso me interesa, permite reconstruir un horizonte de sentidos, una atmósfera, una época. Muchas veces los discursos son presentaciones, miradas, facetas de la realidad y el problema está cuando se presentan como la única, legitima e indiscutible. Cualquier discurso contiene valores, percepciones, matrices de sensibilidad y modos de interpretar la realidad que se pueden plasmar en qué tipos de lenguaje uno utiliza, cómo describe el mundo que habita. Esto se puede ver tanto en los videojuegos, en las telenovelas, en las películas, en cualquier soporte mediático o curricular. Todo lo que se transmite, no es que se transmita por el soporte sino que se transmite por la propia condición del discurso tal como lo entiendo. Lo que es innegable es que hay soportes que tiene mayor llegada por una cuestión de cierta espectacularización y cierta preeminencia de la imagen que hacen que lo que tiene que ver con lo visual tenga una impacto más fuerte, pero no significa que sea lo único.

 ANRed: ¿Por qué cree que en los relatos de Billiken de esa época no aparecen ni los discapacitados ni los hermanos mayores ni los abuelos? ¿Cuál es, según su análisis, el significado de esta ausencia?

 Paula: En términos generales tiene que ver con que Billiken presentaba un mundo que era «ideal» porque si redundan tanto con una construcción de un mundo uno puede presuponer que no van a presentar un mundo que no desearían. Es la presentación de sociedad ideal tal como la perciben o como desearían que fuera. Me llamó mucho la atención que siendo que aparecen muchas representaciones de familias, está la típica familia nuclear: madre, padre, nena, nene y perro de ser posible, como para dar con el estereotipo, pero los padres que aparecen son adultos jóvenes. Entonces resulta por lo pronto llamativo que en ese periodo donde la juventud estaba teniendo una marcada militancia o no porque no pasa solamente por si tenían una participación política declarada, no aparecía si siquiera un hermano mayor que estuviera trabajando o estudiando. Si no aparece Billiken no se ve en la obligación de presentar qué estaba haciendo ese joven. Por eso digo que no pasa por si ese joven era o no militante. Era un modo de no fomentar la pregunta de qué estaba haciendo esa franja etárea en ese momento. Y la ausencia de los abuelos, salvo en alguna nota sobre árboles genealógicos, tiene que ver con la adultez o la vejez como símbolo de experiencia, son un ejemplo de acopio de recuerdos, de memoria, de anécdotas de cuando las cosas fueron diferentes. También es una manera de no poner en representación una figura que podría contar sobre épocas donde las cosas fueron diferentes, mejores o peores, pero diferentes. Es la idea de presente. Billiken está obsesionada con el futuro pero en estas cosas es la presentación de una familia estereotípica que por lo pronto no mira al pasado salvo como recordatorio de batallas porque tiene que ver con el tratamiento de la historia que hace Billiken.

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 ANRed: ¿Qué reflexión te merece que la vicedirectora y responsable de contenidos de la revista Billiken, Alejandra Becco, dijera que tu libro es «tendencioso»?

 Paula: En algún punto para mi es fantástico que la gente de la editorial (Atlántida) se haya notificado de la existencia del libro. No sólo dice que es tendencioso sino que dice muchas cosas más. De todo lo que dice lo que me parece más interesante para tener en cuenta es que el modo de justificarse es que ella no estaba en el staff, entonces no sabe no contesta. Pero por otro lado dice cómo se le pide a una revista infantil que hable de cosas tan terribles y para mi tiene que ver con como uno concibe la funcionalidad o la complementariedad. Yo desde ningún punto de vista estoy pidiendo que a un niño se le diga: «bueno, a ver la tortura, primer paso». Pero me parece que uno puede ser funcional o cómplice justamente no por no decir estas cosas, sino como lo era Billiken al reproducir los valores, los mismos valores que eran buscados, promovidos por el gobierno de facto. Hoy es políticamente correcto hablar de la dictadura. Es insuficiente que hoy en Billiken se diga se cumplen 31 años del Golpe, no es un cambio importante. No haría falta hablar de tortura y sí hablar de la recuperación de la democracia siempre y cuando eso esté acompañado de una modificación general que tenga que ver con qué valores uno fomenta esa niñez futura ciudadanía. Que se diga que es tendencioso está bien, tienen que enojarse.

 ANRed: Becco también dijo que en esa época era difícil explicarle lo que era un desaparecido o una guerra civil a un niño. ¿Era Billiken la única revista de Editorial Atlántida que no hacía mención a lo que estaba sucediendo?

 Paula: Se trata de una política editorial que excede a Billiken y que tiene un mayor alcance, eran funcionales las revistas para adultos y era funcional Billiken también lo que sucede es que lo hacían de diferente manera, de la revista Gente y de Para Ti ya había análisis de cómo eran funcionales, a mi me interesaba cómo se podía, si es que se era cómplice, el modo que cobraba esa complicidad y yo la encontré en las cuestiones que tenían que ver con la preeminencia de un discurso castrense, ligado con la cuestión bélica, militar, la obsesión por el orden, porque todo sea identificable, transparente, incuestionable, porque haya una única verdad que no se compare con ninguna otra. Yo encontré varias notas sobre la importancia de tener tu DNI, que en ultima instancia es anecdótico, existen países que no tienen DNI, lo que llama la atención es cuando las cosas se vuelven recurrentes hasta un punto sintomáticas. Esa nota del DNI que podría ser anecdótica se articulaba con una serie de notas en las que se señalaba que era importante saber quién trabaja en la manzana de tu casa, de qué trabajaba y qué hacía, esto habla de la obsesión por la visibilidad, de la transparencia, que tiene que ver con el tratamiento del espacio público, que menciono en el libro, un espacio público absolutamente carente de conflictos donde todo estuviera compartimentado y claramente ubicable. Si hubiera una sola nota sobre la ciudad limpia y ordenada no sería llamativo, pero esta nota articulada con la del DNI, con el tema de la transparencia y con la idea de cuerpo estereotípico de las clases medias hace todo un horizonte articulado termina resultando un universo bastante funcional a lo dictatorial, pero no necesariamente porque si bien en ese momento fueron funcionales a la dictadura, pero una revista o un objeto cultural que fomente una subjetividad o una conciencia poco critica es funcional tanto a un periodo dictatorial como democrático.

Ojala podamos, de una vez por todas, hablar de democracia con todas las letras y que el horror que significa un Golpe de Estado como fue el perpetrado en la Argentina durante el periodo 1976 – 1983 no ocurra nunca más, ni aquí ni en ningún otro lugar del planeta, y que siempre perdure en la sociedad el ejercicio de la memoria.

Carla Lucero



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