04/09/2007

Docentes bonaerenses: «las autoridades de la provincia dicen que no se puede discutir el tema del salario dos veces en el mismo año»

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Los docentes de la provincia de Buenos Aires se encuentran con la discusión salarial trabada con el gobierno de Felipe Solá, con paros que se repiten en las últimas semanas, en medio de la elección nacional de la conducción de CTERA (este jueves) y frente a un escenario de elecciones presidenciales que paraliza todo. En esta situación los docentes nucleados en el Colectivo de Trabajadores de la Educación «El Bondi» expresan su opinión.


Por El Bondi:

Los docentes bonaerenses venimos luchando por un aumento de salario. Las autoridades de la provincia dicen que esto no puede ocurrir porque en marzo hubo un incremento del 23% y que no se puede discutir este tema dos veces en el mismo año. La Nación, tratando de apagar el incendio para que no entorpezcan las próximas elecciones, reconoce el descontento y la necesidad de aumento: los maestros cobrarán durante septiembre, octubre y noviembre próximos una cuota adicional de 110 pesos por cargo, que corresponde a una deuda que se venía arrastrando por el incentivo docente. Desde la CTERA, mejor ni hablar. A pesar de las distintas protestas, mira para otro lado. No parece el nucleamiento gremial docente a nivel nacional, y más bien se la visualiza como un dique oficialista a punto de desbordar. Hugo Yasky intentó mostrarse cauteloso frente a la miseria del incentivo. Aunque señaló el acuerdo como un «paso muy positivo», recordó que «nos permitirá saldar y empalmar con la discusión del salario para el año 2008» y adjudicó el mérito a «la lucha histórica de los 1003 días de la Carpa Blanca». Si, ciertamente, histórica pero en el sentido de perimida»¦

En buen criollo: por el momento tratemos de conformar a los docentes con el dinero que se les debe, si quieren más, tendrán que esperar hasta el 2008, por que ahora plata no hay. Así las cosas. La letanía que se repite siempre: no hay plata. Tampoco hay plata para los médicos y los empleados judiciales, ellos también se encuentran negociando en paritarias, pero»¦ no hay plata.

La pregunta es, si no hay plata, ¿por qué se sigue subsidiando a las empresas privadas?, ¿por qué siguen pululando ongs costeadas por estado?, ¿por qué todavía los políticos pueden hacer campañas electorales?, ¿por qué se sigue pagando la deuda externa provincial y nacional?, ¿por qué los legisladores cobran los sueldos que cobran?, ¿por qué tienen tantos asesores?, ¿por qué un juez cobra 25.000 pesos?, ¿porqué se siguen viendo por la calle 4×4?, ¿por qué aumenta la publicidad de bienes de consumo, que, para un docente, para un empleado público, para una cajera de supermercado y para cualquier trabajador, ni siquiera podrían formar parte de un sueño?, y podríamos seguir agregando porqués. Si no hubiera plata, nada de esto sería posible.

No sólo el Estado tiene plata, las empresas nacionales e internacionales, los propietarios de las tierras tienen plata»¦ Nunca en el mundo hubo tantas maneras de generar riquezas como en este momento, como tampoco tantas formas de bienestar como ahora. El avance científico-tecnológico posibilita esquivar la muerte por más tiempo, posibilita reducir el esfuerzo en la producción a partir de que las máquinas pueden reemplazar a los obreros. A pesar de eso mueren en la Latinoamérica, en Asia y en África, muchos niños por desnutrición, por falta de vacunas.

A pesar de que las empresas no dejan de producir y aumentar ganancias, en la Argentina y en el mundo existe desocupación y marginación. La respuesta es siempre la misma, no hay plata, no hay inversiones, la globalización, los mercados, las estructuras económicas y vaya a saber qué otras cuestiones, que, para un simple mortal resultan esotéricas.

Lo que si entendemos los simples mortales, y lo entendemos porque los vemos, es que plata hay, riqueza hay. Hay tanta, que alcanzaría para que la humanidad entera viva, coma, atienda sus problemas de salud, estudie, disfrute de la vida»¦ Una de las formas de reparto de esa riqueza es el monto del salario. Y parece que los gobernantes no están dispuestos a repartirla, además les parece injusto que pretendamos que se reparta: el de la Provincia de Entre Ríos calificó de agresivo el reclamo salarial, Solá, amenaza con castigarnos con descuentos, en Salta fuimos reprimidos, en Neuquén un compañero fue asesinado, en Santa Cruz nos atropellaron con una 4 por 4″¦

La riqueza existente solo es posible en el siglo XXI, los intereses de clase junto con sus metodologías se remontan hasta la Inquisición y mucho más atrás»¦ Se habla mucho de consenso, de paritarias, de diálogo. ¿Qué consenso puede establecerse con quién decide destinar fondos para gastos con los que no estamos de acuerdo? ¿Nosotros, los trabajadores, fuimos llamados a consensuar el mentado presupuesto, como para acatar de buena o mala gana los dichos del gobernador? ¿Cómo negociar cuando las partes ocupan lugares tan distintos en el concierto social?

¿Entonces?

Entonces, que los gobernadores, revean sus gastos, sus presupuestos, que le cobren más impuestos a las petroleras, a Carrefour, a Walmart, que bajen las dietas de los políticos, que dejen de pagar coimas, que se las arreglen, que sean creativos»¦, su problema debería ser repartir la riqueza, el nuestro es instrumentar la forma para que lo hagan.

Y en eso estamos: seguimos con las medidas de fuerza para exigir que se nos de una parte de lo que otros tienen en demasía, porque es nuestro.



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