29/08/2007

«¿En qué otro lugar del país se hizo retroceder así a la dictadura?»

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A una semana de la conmemoración de la «Masacre de Trelew» en 1972, ANRed publica la entrevista a Diego Paulí, codirector junto a Paula Bassi del documental «Prohibido dormir», acerca de una de las experiencias de organización y lucha popular que dejó esa época: la Comisión de Apoyo a los Detenidos Políticos del penal de Trelew en 1972.


A pesar de la distancia que separa Buenos Aires de Chubut (provincia en la que reside) Diego Paulí accedió a una entrevista vía mail, debido a que la semana anterior participó activamente en la organización de las actividades que realizaró parte del pueblo de Trelew en homenaje a los presos políticos del penal de Trelew asesinados en 1972.

En la entrevista, el realizador aborda el origen de la idea de abordar ese tema, y qué sintió, y cómo vivió el pueblo esa gesta de autoorganización y movilización que, bajo el lema de «Prohibido Dormir» logró, con una huelga general y movilización permanente, liberar a todos los vecinos trelewenses que el gobierno había detenido en represalia por el apoyo que habían brindado antes de la masacre a los detenidos.

 ANRed: ¿Cómo surgió la idea de hacer la película?, Qué los motivo?

 Diego Paulí: La película surge como tesina de la carrera de comunicación de la UBA, que tanto Paula Bassi como yo habíamos terminado de cursar hacía tiempo, y empezó a tomar forma en un seminario sobre cine documental a cargo de Carmen Guarini. Ambos éramos de Trelew (Paula nacida allá, y yo había pasado buena parte de mi infancia y adolescencia), y la cuestión de las detenciones del 72′ posteriores a la masacre de la base siempre habían sobrevolado las charlas de los adultos. Amigos nuestros reconstruyeron buena parte de la historia de sus padres viendo la película, ya que lo que contaban en las entrevistas nunca lo habían charlado ni con sus hijos…

 ANRed: ¿Qué aspectos significativos encontraron ustedes en el pueblo de Trelew?

 D.P: Trelew en esa época era una ciudad pequeña pero inquieta, con ritmo pueblerino, pero con inquietudes de todo tipo (no necesariamente políticas, aunque las había, pero sí culturales en un sentido amplio). Como intentamos contar en la primera parte de la película, era una región del país económicamente activa y en crecimiento, con aporte inmigratorio importante y, como buena parte de la Patagonia, en construcción. Algunas de estas características todavía hoy se mantienen, y en general, diferencian a la Patagonia de ciudades del norte del país, con mucha más historia y tradición.

Creemos que en gran medida esas características hicieron de este lugar un campo fértil para el proceso de solidaridad y la posterior politización que se dio a principios de los 70`, especialmente
por la circulación de gente que el penal de Rawson suponía (no solo los detenidos, sino especialmente aquellos familiares y abogados que se trasladaban para visitarlos).

 ANRed: ¿En qué medida creen que esa solidaridad permitió que la terrible estadía en el penal de los presos fuera transitado de otro modo?

 D.P: Es una perspectiva (la de los detenidos) que en nuestro trabajo no hemos abordado, pero visto desde quienes participaron de las comisiones de solidaridad, lo que se percibe es la construcción de una red de solidaridades múltiples que evidentemente actuó como paliativo fundamentalmente a esa carga de penalidad extra que suponía, en la mente de los represores, el traslado de los detenidos a la Patagonia (especie de «Siberia» argentina, marcada desde el histórico penal de Tierra del Fuego en donde se recluyó).

Las condiciones para el traslado, el alojamiento de familiares, la alimentación de los mismos, en buena medida fue posible gracias a estas comisiones que se fueron formando y a un núcleo solidario más amplio que aportaba con lo que podía. Esto más allá de la participación de abogados de la zona en la representación de
algunos presos (entre otros, Solari Yrigoyen o Mario Abel Amaya), y una buena cantidad de ciudadanos que figuraban como apoderados de los
detenidos.

Paulí y Bassi estrenaron el documental en Trelew, el 11 de octubre de 2002, en el cine Coliseo de Trelew que, con sus 380 localidades colmadas (y con mucha gente que quedó afuera), albergó a la mayoría de los protagonistas que habían prestado antes su testimonio para la memoria de la «Asamblea popular» de Trelew de 1972. Según contaron las crónicas de los diarios de ese año, se cumplían exactamente 30 años de aquél día de ese año en que las autoridades militares decidieron secuestrar a un grupo de 16 vecinos que habían particiado en activamente en la «Comisión de Apoyo a los Presos Políticos» del penal de Rawson.

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 ANRed: ¿Perciben que hubo una movilización diferente de los vecinos frente a las detenciones de los miembros de la Comisión de Solidaridad con los Presos, que frente a la masacre misma?

 D.P: Es evidente que la reacción y la posterior movilización es diferente, más allá de cualquier percepción. Eso es un dato. La cuestión pasaría por indagar las razones que confluyeron en uno y otro caso. Evidentemente la noticia de la masacre (sobre la que no hubo dudas en ningún momento, más allá de las explicaciones que quisieron darse) inmovilizó, generó terror, desconcertó. No era algo esperado y frente a eso no se supo como reaccionar. Pero también es cierto que para un grupo importante, probablemente los más involucrados, la reacción frente a las detenciones de conciudadanos, que evidentemente tenía otro respaldo en la sociedad, fue también en respuesta a los hechos del 22 de agosto.

 ANRed: ¿Qué recuerdos guardan los habitantes de Trelew del período en que funcionó la Comisión de Solidaridad con los Presos Políticos, el período de Asamblea en el Teatro Español?

 D.P: Los recuerdos son múltiples y por supuesto inclasificables. Si queda una sensación más o menos generalizada entre aquellos que participaron más activamente de la asamblea de que la acción política podía ser resguardadada, contenida y protegida por una red solidaria amplia y de gran penetración social y que sobre la base del compromiso y la participación se habría ante ellos un horizonte de gran optimismo. «¿En qué otro lugar del país se hizo retroceder así a la dictadura?», se preguntaba uno de los tantos oradores de la asamblea y eso refleja el clima de optimismo que reinaba, a pesar de las detenciones, de la represión y de la misma masacre.

 ANRed: ¿Por qué «Prohibido Dormir?»

 D.P: La frase aparece citada en «La pasión según Trelew» en donde se menciona esa frase escrita en una pared cercana al lugar de la asamblea, y aunque ningún entrevistado recordaba ese grafitti en general coincidían que la frase reflejaba claramente el clima de alerta constante, de resistencia y la voluntad de no retroceder ni un palmo hasta que se lograra el objetivo: la liberación de todos los detenidos. Y esa participación masiva, sostenida y victoriosa marca -habría que agregar lamentablemente- la excepcionalidad de la asamblea de Trelew del año 72.


Fernando Ruffa



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