Declaración de Rompiendo Cadenas: Desafíos para el movimiento popular ante la muerte de Kirchner
Reproducimos:
Ante la muerte de Kirchner
Desafíos para el movimiento popular
La muerte de Néstor Kirchner ha sacudido fuertemente la situación
política de nuestro país. La masiva movilización popular durante su
velatorio tiene seguramente muchos componentes, incluso
contradictorios. Centralmente expresa un profundo deseo de avance
social y de mejora de nuestras condiciones de vida.
Quienes intentamos organizar a los compañeros de nuestra clase en un
camino de modificaciones de fondo de la sociedad debemos estar siempre atentos a los reclamos y los sentimientos de importantes sectores de nuestro pueblo. Nos unen a estas masas de trabajadores, de jóvenes y
amplias capas medias la necesidad de mejorar nuestra situación social
y salarial, el odio a los genocidas de la dictadura y a las actuales
expresiones políticas más reaccionarias, y un sentimiento común
favorable a la unidad de los pueblos de América Latina y contrario al
imperialismo.
Seguramente nos diferencia una percepción distinta del sentido
general del Gobierno desde 2003 hasta el momento. Como parte de un
sector activo de nuestro pueblo, vemos que muchos de los avances
importantes de los últimos años (mejora relativa de los salarios, baja
de la desocupación, la estatización de las AFJP y el aumento de la
cobertura jubilatoria, los juicios a los represores de la dictadura,
la ley de medios, la asignación universal por hijo) constituyen, en
buena medida, una respuesta estatal a las importantes luchas obreras y
populares de los últimos años, y a la rebelión popular que atravesó
todo el país en 2001 y 2002. En este sentido, fue la forma de
recomponer la dominación política de un Estado en crisis del odio
popular que se expresaba en «Que se vayan todos”, atendiendo parte de
los reclamos populares.
Pero este Gobierno ha mantenido importantes elementos de continuidad
con la etapa neoliberal: el vínculo con muchos de los grandes
monopolios, el pago de la deuda externa en detrimento del mayor
presupuesto para salud y educación, la ley de entidades financieras
de la dictadura, el apoyo a la burocracia sindical tradicional, la
continuidad de la política minera, petrolera y de uso de los bienes
naturales, la precarización laboral constante, etcétera.
Por otra parte, la unidad de los pueblos de América Latina, la
búsqueda de vínculos cada vez más cercanos entre los procesos
políticos más progresivos de nuestros países, es indudablemente un
elemento positivo de la actual situación política nacional y
latinoamericana. A nivel simbólico este Gobierno se ha mostrado
abierto con estos gobiernos. Pero traducir los acuerdos comerciales y
los discursos históricos en políticas concretas y efectivas implicaría
construir una política que no se amolde a «humanizar el capitalismo” y
se integre realmente en el profundo proceso de debate y de cambio que
atraviesa nuestro continente.
Claramente, ese no ha sido el rumbo seguido por el Gobierno de los
Kirchner, que, en sintonía con la política brasileña de «autonomía
burguesa frente al imperialismo”, está lejos de integrarse al bloque
del ALBA (aun manteniendo buenas relaciones con sus gobiernos), aporta
a la intervención militar en Haití que encabeza Brasil, y participa
del G20 imperialista. Con el argumento del atentado a la AMIA, se han
alineado a los intereses yanquis e israelíes en Medio Oriente contra
Irán.
Hoy es muy difícil pronosticar con exactitud como evolucionará el
Gobierno nacional hacia delante, en el marco de la interna del PJ y de
los planteos de los poderosos de siempre. Es igualmente complejo
prever como se desarrollará el posicionamiento popular de los millones
de compatriotas que fueron conmovidos políticamente por el repentino
fallecimiento de Kirchner.
La satisfacción de las necesidades de la mayoría de la población
depende en buena medida de la profundidad, masividad y extensión de
las luchas populares, y de la formación de una construcción política
popular que permita proyectar esas luchas y darle organización. Miles
de jóvenes, de nuevos activistas populares, necesitan una nueva
perspectiva política que permita encauzar esas aspiraciones populares
en nuestra patria. Esa tarea aún está pendiente, y tiene estrecha
relación con el desarrollo político de los trabajadores y el pueblo en
nuestro país.
Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas