19/09/2010

CABA 20/09 19hs Asamblea interestudiantil en el estacionamiento recuperado de Sociales

Reproducimos el siguiente Comunicado de Prensa:

LUNES 20/9 19hs

ASAMBLEA INTERESTUDIANTIL

Para discutir cómo continúa la lucha

(EN EL ESTACIONAMIENTO RECUPERADO DE SOCIALES, AZCUÉNAGA 900)

Segundo mes de tomas en secundarios, dos semanas de toma en Sociales, extensión de la lucha en la UBA, el IUNA y terciarios. Los estudiantes venimos derribando las barreras que nos separan y construyendo una perspectiva política que ponga en primer lugar nuestros reclamos.

Nuevos actores se suman a la lucha fortaleciendo la potencia del movimiento estudiantil. Éste ha alcanzado una masividad histórica, sumando hoy a más de veinte colegios secundarios, terciarios, el IUNA, las tres sedes de Sociales, Filosofía y Letras, Psicología, FADU e Ingeniería.

En las facultades, institutos y colegios en los que ha habido asambleas, éstas vienen siendo por mucho de las más grandes de los últimos años. Se han realizado cortes y movilizaciones realmente multitudinarias. La interestudiantil del viernes pasado convocó a más dos mil estudiantes dispuestos a discutir cómo continuar la lucha. Este martes, secundarios, terciarios y universitarios realizamos más de una decena de cortes coordinados en esquinas de toda la ciudad: Corrientes y Callao, Córdoba y Ayacucho, Ángel Gallardo y Corrientes, Rivadavia y Jujuy, San Juan y Bolívar, Acoyte y Rivadavia, Carabobo y Rivadavia, Directorio y Lacarra, Scalabrini Ortiz y Santa Fe, Cabido y Juramento, Corrientes y Federico Lacroze, Patricios y Pinzón, Independencia y Urquiza.

Este proceso de movilización estudiantil ha sobrepasado las expectativas de la mayoría de las fuerzas, presionando desde abajo para seguir adelante y corriendo el límite de lo que hasta el momento parecía «razonable”. En este sentido, se trata de un movimiento que no tiene techo y tiene aún más camino por recorrer.

Se ve cada vez más que no es razonable resignarnos al estado actual de nuestra educación pública. Los reclamos puntuales ya no se realizan aisladamente en tanto hay un movimiento capaz de articular los distintos problemas que sufre la educación combatiendo una política educativa general. En este sentido, este nuevo movimiento estudiantil está planteando la pelea política por otra educación.

El estado actual de nuestra educación pública no es un accidente de la torpeza macrista. Es resultado de una política educativa que se viene desplegando desde hace tiempo, con la responsabilidad compartida de sucesivos gobiernos nacionales y de la ciudad. Estos vienen demostrando que la política del desfinanciamiento va más allá de los límites jurisdiccionales y no depende de la disponibilidad de recursos fiscales. En el caso específico de las universidades se agrega la responsabilidad de unas autoridades universitarias cuya única política es la adaptación. El movimiento estudiantil sabe que su enemigo es el mismo, se vista de amarillo o de celeste y blanco.

Para Macri y para quienes van demostrando ser igual que él, el problema no son las condiciones de la educación, sino la protesta. La pasividad estatal deja entonces paso a un hiperactivismo de descalificación y persecución. La respuesta a los reclamos de los estudiantes viene siendo, en este sentido, la conocida política de criminalización de la protesta: las listas negras, el pedido de sanciones, la argumentación macartista.

También se va viendo el lugar del supuesto «progresismo” en todo esto. El primer ejemplo de campaña contra la lucha estudiantil desde el «progresismo” lo brindó el decano de Sociales. Con el mismo nivel de fanatismo que Macri, Caletti salió a denunciar como «políticos” los reclamos que hace la comunidad académica de su facultad. Cuando no se denuncia la lucha, se intenta (como en las recientes declaraciones de la presidenta) vaciarla, fragmentando los reclamos y manipulándolos en función de una lógica ajena (la puja entre kirchneristas y macristas). Los estudiantes secundarios han luchado contra Macri más que todos los «progresistas” juntos a lo largo de estos dos años, si se intenta descalificar o vaciar su lucha es por el temor que les genera la claridad política de quienes saben cuáles son sus enemigos.

Así, unos y otros desconocen sus responsabilidades políticas en el estado actual de la educación pública.

Los desafíos de este movimiento estudiantil no son menores. Pero se trata de un movimiento que ha venido creciendo para golpear como nunca antes a la política educativa vigente. Es entonces que hay que ser conscientes del desafío del momento y no escatimar esfuerzos en la perspectiva de seguir haciendo crecer el movimiento.

El crecimiento al que apuntamos no es el meramente aditivo, de ir sumando uno por uno nuevos establecimientos educativos a la lucha. Ésa es, por el contrario, la estrategia del desgaste y la que nuestros enemigos esperan que sigamos. El momento exige un crecimiento de otro tipo: un salto en la lucha que abra una nueva etapa del conflicto. Una nueva etapa para la cual es necesario profundizar las medidas de fuerza. El momento exige también articular la pelea educativa con la de los otros sectores que están en lucha en la ciudad. Coordinando los reclamos por educación, por trabajo, por vivienda, podremos golpear al gobierno nacional y al de la ciudad con más fuerza, fortaleciendo las luchas sectoriales a la vez que planteamos una disputa política general.

Agrupación Estudiantil Prisma/La Pulpería



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