02/08/2007

Lavadero Virasoro: el show de la patronal

r1bis.jpgComo se sospechaba desde ayer, esta mañana un grupo de aproximadamente 100 personas, entre los que se encontraban encargados, gerente, trabajadores, miembros del sindicato de lavaderos, barrabravas y Marcelo Guidetti, el hijo del dueño de la empresa, llegaron a la esquina de la planta de Ovidio Lagos 4650. Previamente, unos treinta policías se habían hecho presentes para «garantizar la seguridad». Frente a los medios de comunicación presentes, la patronal buscó enfrentar a trabajadores contra trabajadores y también autovictimizarse, negando su propia responsabilidad en el despido de 57 obreros. El objetivo: preparar el terreno a un nuevo intento de desalojo. Por Indymedia Rosario.


Los efectivos llegaron al lugar a las 7:30, se apostaron en la esquina de la planta y se acercaron al grupo que mantiene un acampe de más de 35 días para informarles que no tenían ninguna orden de desalojo y que sólo actuarían si se registraban enfrentamientos entre los trabajadores. El clima estaba tenso porque se sabía que en la Jefatura de Policía, ubicada a 7 cuadras del lugar, estaba la Guardia de Infantería lista para llegar cuando lo mande el comisario.

Poco después que los uniformados, llegó una columna de personas, encabezada por los encargados, gerente, Marcelo Guidetti y miembros de la Unión de Obreros y Empleados Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos (UOETSyL), quienes venían acompañados de un grupo de barrabravas reconocidos por los trabajadores en lucha. Detrás de ellos venían unos 80 trabajadores que no apoyan las medidas de lucha.

Como ya hicieron ayer en dos ocasiones, los delegados decidieron ir a dialogar para evitar un choque. Del otro lado de la avenida, se encontraron con que quienes dirigían al grupo eran el hijo del patrón y los encargados de planta, que basaban su discurso en «no nos dejan entrar a trabajar» y calificaban este hecho de «extorsión».

Marcelo Guidetti, que atendió a todos los otros medios, se negó a brindar una entrevista a Indymedia Rosario. Ante el resto, en todo momento se desentendió de su condición de empresario, no dijo otra cosa que «queremos entrar a trabajar» y se definió como «un laburante como todos».

Ante el insistente cuestionamiento por parte de los huelguistas acerca de la ausencia de la patronal a las repetidas audiencias a las que fue citada en la Secretaría de Trabajo, el hijo del dueño sólo respondió con rodeos, silencios o escabulléndose de la escena. Misma actitud tuvo con cada una de las preguntas que le molestaban, como la reincorporación de los ya 57 despedidos.

Consultado sobre qué solución les daría a este punto central del conflicto, el joven empresario aseguró que «hay un solo despido y 50 personas que hicieron abandono de trabajo», para rematarla con un categórico «nadie echó a nadie». Sin embargo, ante las cámaras de Canal 5 afirmó que «se van a seguir los carriles normales judiciales».

Mientras el Dr. Sinópoli, abogado penalista de la empresa, negociaba con los delegados de los obreros despedidos, varios trabajadores de uno y otro sector dialogaban intentando conciliar posturas. Pero los encargados, gerentes y hasta el propio Guidetti interrumpían las charlas arengando a los obreros para que intenten ingresar a la planta, sin éxito alguno.

En diálogo individual con Indymedia Rosario, varios de los trabajadores del grupo patronal aseguraron en todo momento que si bien no están de acuerdo con la medida de fuerza, tampoco desean tener ningún tipo de enfrentamiento con sus compañeros de trabajo. Esto se notó a la hora de las arengas impulsadas por Guidetti, a las que respondían los encargados y algunos trabajadores, en tanto que buena parte del resto se mantenía en actitud reservada.

Sucede que el hijo del dueño acaba de llegar de Italia con algunos importantes encargos de trabajo que se ven seriamente comprometidos por este conflicto. A su arribo, cuando se enteró de los despidos, lo definió como «una locura», aunque ahora esto no parece importarle a la hora de defender la posición patronal, o sea, la de papá.

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DIÁLOGOS

Entre los diálogos que se escucharon durante el encuentro de los dos sectores hubo algunos intercambios dignos de ser destacados.

En un momento, Guidetti les dijo a sus seguidores que los huelguistas «quieren hacer una cooperativa y adueñarse del negocio y que ustedes sean empleados de ellos cuatro». «Eso es mentira. Nosotros queremos que reincorporen a los compañeros y que la planta siga funcionando con los dueños que están ahora. Solamente queremos que se respete la comisión y los derechos de todos», le contestaron.

También afirmó que «ahí no hay trabajadores, hay activistas políticos». Es una nueva declaración en esta línea de la misma patronal que días atrás aseveró que los trabajadores del acampe estaban infiltrados por miembros de Quebracho, organización que no existe en nuestra ciudad.

Discutiendo con los delegados, el hijo del dueño pidió que «no amenacen a estos pobres trabajadores», aún cuando no se registraron amenazas. «Son pobres porque vos les pagás poco», le respondieron.

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NEGOCIACIONES

Mientras todo esto sucedía, algunos delegados entablaron negociaciones con el Dr. Sinópoli, abogado penalista de Guidetti, para intentar destrabar el conflicto. Sergio Calabrese dijo que «llevar adelante una negociación laboral con un abogado penalista es algo comiquísimo».

El delegado explicó que «el planteo de ambas partes es el mismo: tratar de abrir una mesa de negociación donde participaríamos nosotros, la empresa, el sindicato de lavaderos, CGT y algunos sindicatos que nosotros propusimos. La condición de la empresa era que ingresen los compañeros y nosotros dijimos que no teníamos ningún inconveniente si ingresábamos todos los compañeros. La empresa no quiere, se sentaba a dialogar siempre y cuando ingresara primero a la planta la gente que no está despedida. Nosotros le contestamos que otra alternativa es abrir la mesa de diálogo pero mantener las condiciones como están ahora y en función de lo que se resolviera ingresaría toda la gente o no».

Ante estas diferencias, el acuerdo no llegó. «Nosotros seguimos con la misma postura. Estamos intentando por otros carriles que la empresa se avenga al diálogo. Vamos a seguir manteniendo la medida de fuerza hasta tanto se llegue a un acuerdo», aseguró Calabrese.

Respecto de la intervención del Sindicato de Lavaderos, el trabajador afirmó que «vino con la patronal y acompañado de algunos muchachos que no son de la empresa que venían con el grupo de empleados. Son barras que están identificados. Es más de lo mismo, parece que esta gente no puede andar sola».

Cuando el grupo liderado por la patronal y custodiado por la policía se retiró, Calabrese estimó que «la empresa, con el sindicato y el abogado, irán a hacer la denuncia nuevamente en Jefatura de que no se les permitió el acceso. Hay algo que yo no vi, que es que ninguno se arrimara a ingresar. Creo que están buscando conseguir una nueva orden, están detrás del desalojo o bien de una orden de garantización como la que fue librada para el día 10 de julio», cuando la policía reprimió a los trabajadores en la madrugada.

Como resumen de la postura de los obreros en lucha, podemos citar al delegado Rubén Benítez, cuando afirma que «Acá el único que tiene que tiene que sentarse a hablar y dar una solución es el empresario. Pero ellos quieren negociar puestos de trabajo y nosotros no aceptamos negociar puestos de trabajo. Nosotros queremos a todos los compañeros nuevamente dentro de planta como antes de que se desate el conflicto».

Para más información, visitar

http://argentina.indymedia.org/features/rosario/



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