16/04/2008

No al cierre del CBC de Merlo

Difundimos comunicado

Los docentes del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires

A LA POBLACIÓN DE MERLO Y LA ZONA OESTE

La fuerza de las circunstancias nos lleva a recurrir por primera vez a este medio de comunicación para dar nuestra opinión frente a los agravios de todo tipo que estamos recibiendo.

La sede del CBC-Merlo funcionó durante 14 años por un convenio entre la UBA y la Municipalidad de Merlo a partir de una propuesta originada por las mismas autoridades del Municipio. Ese convenio se alteró de una manera sorpresiva e irracional el 25 de marzo, dejando a unos 3500 alumnos sin poder cursar en la sede en que se habían inscripto con anticipación conforme a todos los requisitos formales establecidos por la UBA. Los alumnos se enteraron de esta situación al llegar para cursar en lo que debiera haber sido su primer día de clases, y los docentes nos enteramos el día anterior.

No sostenemos que un convenio deba ser eterno, pero estamos convencidos de que una ruptura como la que se llevó a cabo es irresponsable, expone una insensibilidad inaudita y aun escapa a la legalidad vigente, originando daños irreparables tanto materiales como morales a quienes depositaron todas sus ilusiones en el inicio de una carrera en la universidad pública que sostiene los principios de gratuidad y el acceso irrestricto. Esto es lo que algunos no parecen comprender o no les preocupa.

Frente a esta situación, la inmensa mayoría de los docentes del CBC-Merlo decidimos continuar con las clases y exigir la reconsideración de una situación tan irregular. Las autoridades del Municipio nos acusan a los docentes en un volante: «sólo buscan su beneficio personal”. Esta afirmación no constituye solamente una falsedad gratuita. Es lisa y llanamente una infamia. Los docentes somos trabajadores, trabajadores de la educación que estamos acostumbrados a la injusta precariedad de nuestros empleos. El salario provee, naturalmente, el sustento material de nuestras familias y tenemos, llegado el caso, todo el derecho del mundo a defenderlo. Pero irrefutables elementos muestran que la firme actitud de los docentes no está motivada en la preservación de los sueldos y hay otros valores que se han puesto en juego. En primer lugar, la Universidad resolvió trasladarnos, así como a los estudiantes, a otras sedes, y garantizar nuestro salario. Sin embargo, no lo aceptamos, porque dejaríamos a muchos alumnos ingresantes sin clases. Además, no son únicamente los docentes de la Sede de Merlo quienes se oponen a su abrupto cierre: los Consejos Directivos de varias Facultades, como así también muchos otros integrantes de la universidad, ya se han pronunciado oficial y formalmente en el mismo sentido.

Lo que las autoridades del Municipio no consideraron es la ilegitimidad de esta resolución intempestiva, así como quizás -y nos duele muchísimo tener que decirlo- las autoridades del CBC de la UBA tampoco llegaron a prever la magnitud de las consecuencias. Para la mayoría de los alumnos la reasignación en otras sedes equivalía a no poder cursar. Los docentes del CBC en Merlo creemos que la UBA debe cumplir con el compromiso que asumió al inscribir como sus alumnos a miles de jóvenes de la zona oeste.

La Municipalidad de Merlo ratifica en sus volantes y carteles, como si fuese una alternativa a la situación creada, su deseo de que se erija una nueva Universidad Nacional en Merlo. Lo que no dice es que este proyecto fue rechazado en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), organismo al que le compete el análisis de la creación de universidades nacionales, por lo que no pasa de ser por el momento un deseo sin posibilidades concretas de realización. Construir una nueva Universidad, una verdadera Universidad y no un producto demagógico administrado por los miembros de una cofradía política es un asunto de la mayor seriedad. ¿Acaso -nos preguntamos- no se persiguen con este proyecto intereses personales, que es de lo que se nos acusa a los docentes del CUM?

Después de muchas tratativas, el miércoles 9 de abril hemos logrado en el Rectorado que las autoridades de la UBA reconozcan como válidas las clases que continuamos dando en Merlo. El Municipio respondió con un volante, diciendo: «es mentira la operación de prensa montada sobre la reapertura temporaria del CUM”. El viernes llegaron a cortarnos la luz en medio de las clases. Se fomenta también el vaciamiento de la sede por diversos medios, como por ejemplo mediante la promesa de pagar los viáticos a quienes se reasignen. No podemos más que sorprendernos ante esta negativa a permitir el funcionamiento, aunque fuese durante un breve período, de la sede que a lo largo de 14 años y pese a sus deficiencias edilicias ha venido prestando un invalorable servicio a la comunidad que vive en el Oeste del Conurbano.

Ya hay tratativas para conseguir una sede en otro municipio. Creemos, y así estamos haciéndoselo saber a las autoridades de la UBA, que debe haber una sede del CBC en la zona Oeste que facilite el ingreso a las carreras ofrecidas por nuestra universidad. El CBC de la UBA posee dos edificios propios construidos expresamente como sedes en el Gran Buenos Aires, uno en zona Norte y otro en zona Sur, y nos preguntamos si no es un caso de discriminación que la zona Oeste padezca estos maltratos de los que somos víctimas.

Desde el inicio de este intento escandaloso de cierre, en las calles de Merlo hubo un poco más de ruido e incluso protestas callejeras. No siempre hay que coincidir con quienes hacen ruido, pero hay que recordar, ante quienes prefieren el silencio y la aceptación sumisa, que manifestar la propia opinión es legal y legítimo. Pedimos a la población que juzgue cuánta razón les asiste a los alumnos y a los docentes para seguir ejerciendo el derecho de aprender y enseñar. Un derecho y una obligación que los profesores hemos asumido, aun en desfavorables circunstancias edilicias, durante 14 años y que no estaba en duda hasta pocas horas antes de que comenzara el actual período lectivo. Un derecho que la UBA y el Municipio prometieron garantizar a todos y a cada uno de los alumnos que se inscribieron en la Sede.

Quizás esta misma reacción que vivimos en Merlo muestre que la Universidad de Buenos Aires estaba cumpliendo con una de sus funciones básicas: la de contribuir a formar ciudadanos constructivos y con pensamiento crítico, que no estén incondicionalmente dispuestos a aplaudir o a resignarse frente a las decisiones que afectan personal y colectivamente tanto su inmediato presente como su futuro.

Merlo, 14 de abril de 2008


El volante que sacó la municipalidad, así como una historización del conflicto, puede verse en www.nocierrenelcum.8k.com

Más información en:

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