Declaración frente a nuevos allanamientos a talleres clandestinos
Comunicado de la Alameda:
ANTE LOS ALLANAMIENTOS A TALLERES CLANDESTINOS EN MONTE GRANDE Y ESTEBAN ECHEVERRIA
DOS VARAS Y DOS MEDIDAS
Con inusual celeridad la Divisiòn de Estafas y Defraudaciones de la Superintendencia de Investigaciones Federales allanaron tres talleres clandestinos en Monte Grande y Esteban Echeverrìa confiscando mercaderìa, maquinaria y apresando a los responsables por violar la ley 22.362, conocida como ley de marcas. La gente trabajaba allì en condiciones de esclavitud, pero los dueños fueron imputados por falsificar marcas.
Hace mà s de un año fueron denunciados ante el Juzgado Federal por la Alameda y/o la Defensorìa del Pueblo de la Ciudad varias decenas de talleres clandestinos que trabajan PARA GRANDES MARCAS como Soho, Cheeky, Awada, Akiabara, Norman Die, Port Said, Kosiuko, Mimo, entre otras, distribuidos por el conurbano (La Matanza, Florencio Varela, San Martin, Caseros, Ciudadela, etc) en donde no hubo un sòlo allanamiento y menos aùn detenidos. En todos los casos se violan la ley de trabajo a domicilio, la ley de migraciones, el còdigo penal e incluso convenciones internacionales contra la esclavitud, pero esto a determinadas à reas del Estado parece no importarle demasiado. La ùnica ley que suelen aplicar en sus allanamientos es la «ley de marcas» y ,de paso, le hacen un gran favor a las mismas marcas que explotan de igual modo a los costureros en talleres clandestinos propios, pues le barren la «competencia desleal» del mercado.
Ya existen 85 marcas denuncias en el Juzgado Federal. En mà s de 30 casos conjuntamente con la Defensorìa del Pueblo y la Subsecretaria de Trabajo porteña que han aportado testimonios, actas de inspecciones y demà s documentaciòn probatoria. Sin embargo, a pesar de que es obvio de que estas marcas ademà s de explotar costureros hacen una gigantesca evasiòn tributaria , no han sido molestados ni por la AFIP, ni por ningùn organismo del Ministerio de Economìa a pesar de la fuerte presunciòn de delitos penales tributarios. Pareciera que las ùnicas «defraudaciones y estafas» que se castigan en la industria de la indumentaria son las que cometen los que falsifican marcas. Mientras algunos organismos del Estado actùen como agencia de la Cà mara del Vestido podrà n limitar negocios como los de la Salada, pero de ningùn modo terminar con el trabajo esclavo que es patrimonio comùn tanto de las marcas como de sus falsificadores.
Gustavo Vera