29/03/2007

Caso Gallardo: Identifican a los 4 torturadores

Difundimos comunicado de prensa

JUICIO A LA TORTURA

DÍA 2:

LOS TORTURADORES IDENTIFICADOS

En la segunda jornada del juicio contra los policías Gómez, Gnopko, Fiordomo y Silva
declararon tres jóvenes que compartían la misma celda de la comisaría 3ª de
Avellaneda con Diego Gallardo.

Martín Gavilán relató que el 10 de enero de 2005- alrededor del mediodía- los policías
sacaron a un patio cubierto a los ocho detenidos del calabozo «del fondo», entre los
que estaba él y Diego Gallardo, para hacer una requisa de la celda. Luego de varias
horas, cerca de las 18 o 19, los fueron haciendo entrar de a uno para buscar sus
pertenencias y ser trasladados, ocasión en la que cada uno de ellos fue apaleado,
pateado y golpeado por cuatro funcionarios policiales, de los que recordó que uno se
llamaba Silva; otro era grandote y con un mechón blanco en el pelo renegrido; el
tercero, igual de grande pero rubio y de ojos claros, y el cuarto era el
subcomisario. El fiscal Michelini pidió al testigo que mirara a las personas
presentes en la sala e indicara si veía a sus agresores. Sin dudarlo, Gavilán señaló
a Fiordomo (el «morocho grandote») y a Silva. Sin embargo, al ser mostradas las
fotos de los cuatro imputados tomadas el día de su detención reconoció sin dudas al
subcomisario Gómez, entonces mucho más robusto, sin barba como luce ahora, y con
anteojos, los que se sacó en la sala para evitar ser reconocido. También señaló en
las fotos a Gnopko como «el otro grandote, blanquito». Ellos cuatro, afirmó, fueron
quienes, armados de los palos «que usan en la cancha» los golpearon antes de
llevarlos al camión de traslado.

Gavilán fue bien preciso en cuanto a la evidente descompensación de Diego cuando fue
subido al camión, donde se quejaba, le faltaba el aire, sentía que se le aflojaban
los esfínteres y gritaba que le dolía la cabeza.

Preguntado sobre los motivos de la golpiza, dijo que el suboficial Silva le dijo:
«Qué querés negro, si se quisieron ir», haciendo alusión a un presunto intento de
fuga ya que había un principio de boquete en una pared.

El segundo testigo, Miguel Juárez, pese a la reticencia natural por estar aún
detenido, en esencia manifestó lo mismo. Relató que estuvieron en el patio desde las
11 de la mañana hasta las 6 o 7 de la tarde, en que los vinieron a buscar de a uno,
y a medida que los llevaban les pegaron con los bastones de infantería. Reiteró que
los encargados de castigarlos mientras les gritaban: «Negros de mierda, se quisieron
ir» fueron cuatro: «el subcomisario, el jefe de calle y otros dos». Explicó que
Diego no pudo subir al camión por sus propios medios, ya que casi no se tenía en
pie; que estaba transpirado, y se quejaba de dolor de cabeza, diciendo «me hago
caca», lo que motivó que todos empezaran a golpear las puertas del camión gritando
que le dieran atención médica, ya que estaba muy mal. Finalmente, ya en su nuevo
lugar de detención, pudo ver que otro de los trasladados, alojado con él, estaba
también golpeado.

El tercero, Matías Spikerman, fue el anteúltimo en ser llevado de vuelta al
calabozo, y relató que a medida que los demás iban entrando se escuchaba desde el
patio cómo les pegaban, junto con los desgarradores gritos. Dio una pieza clave al
informar que antes de reingresarlos el subcomisario Gómez se acercó a la reja del
patio y les dijo que habían descubierto el incipiente boquete, que «él no era ningún
boludo y los iban a cagar a palos antes de trasladarlos», quedando así probado que
la finalidad del apaleamiento fue castigarlos por la presunta tentativa de fuga. El
testigo contó los golpes que recibió por parte de los cuatro imputados, a quienes
reconoció con firmeza, indicando que además de los palos y patadas, le dieron golpes
en los oídos con las palmas abiertas, lo que le produjo problemas de audición. Sobre
el estado de Diego Gallardo después de la paliza, coincidió con los demás
testimonios. «Diego gritaba que le dolía la cabeza y la panza, que se cagaba encima,
pedía ayuda».

Los tres testigos recordaron que al día siguiente, cuando fueron llevados a declarar
en la fiscalía de turno, cada uno viajó en un patrullero diferente, y no tuvieron
contacto en momento alguno, preservándose así la espontaneidad de sus primeros
dichos, totalmente coincidentes con los que hoy aportaron en el debate.

Lo fundamental de la jornada fue la corroboración, a través de los testigos, del
mecanismo de producción de las lesiones tal como lo describiera el lunes pasado el
médico forense, y la plena identificación de los cuatro policías como los autores de
la tortura padecida por los detenidos.

El debate continuará el día jueves, así como el martes y miércoles próximos, con más
testimonios de policías de las comisarías 1ª y 3ª de Avellaneda y otros ex detenidos
de ambas dependencias.

Contactos de prensa:

(011) 15-4-417-0659 María del Carmen Verdú, abogada de CORREPI

(011) 15-5-961-3850 Mariana Barrenechea, prensa de CORREPI

DIARIO DEL JUICIO A LA TORTURA: http://cablemodem. fibertel. com.ar/juicioala tortura/



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