Justicia militar
La Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba de acordar un fallo en el que plantea la inconstitucionalidad de los Tribunales Militares.
Por Félix Cantero
La historia demuestra que el autojuzgamiento ha sido y sigue siendo una farsa, eso se demostró en la actuación de estos Tribunales Militares, tanto en la causa sobre los responsables de la guerra de las Islas Malvinas en 1982 como sobre el terrorismo de Estado ejecutado durante la dictadura procesista.
Esos tribunales no sólo violan el legítimo derecho a contar con una defensa designada por el acusado, -hoy es nombrado por el mismo tribunal-, sino algo mucho más grave: crea una justicia paralela, inconstitucional, ya que establece una justicia al servicio de una casta, la castrense.
En estos días ha surgido ante la opinión pública el escándalo protagonizado por la Fuerza Aérea con relación a la seguridad de los vuelos internacionales y de cabotaje, tanto civiles como oficiales y militares, y el manejo de los fondos asignados por el Presupuesto Nacional o lo recaudado en las Estaciones aéreas. La responsabilidad del alto mando aeronáutico en los manejos de los controles de vuelos aparece claramente en las diversas denuncias, tanto ante la prensa como en los Tribunales de la Justicia Penal. La justicia militar no debe investigar estos ilícitos.
El Gobierno Nacional anunció el año pasado la necesidad de disolver el fuero castrense y crear un nuevo Código que contemple la disciplina propia de un organismo militar. Hasta la fecha, salvo algunos trascendidos periodísticos o declaraciones de la ministra de Defensa, no se conoce el proyecto de ley que se estaría redactando en diversos ámbitos oficiales.
El pronunciamiento de la Corte es con relación a una causa particular pero plantea la necesidad de avanzar sobre normas que violan la Constitución Nacional y separan, mediante este fuero, a los militares de la ciudadanía.
Ha llegado el tiempo de terminar con este engendro del pasado, donde se privilegia a las castas militares, si se desea ampliar la democracia.