02/03/2007

Declaración fundacional de CORREPI SUR

La Agencia de Noticias RedAcción (ANRed) difunde el siguiente documento de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) Sur:

Somos un grupo de compañeros, algunos pertenecientes a diversas
organizaciones políticas y otros independientes, que en su mayoría
formamos parte desde hace años de la Coordinadora contra la Represión
Policial e Institucional (CORREPI). Dadas las circunstancias que en
adelante desarrollaremos, hoy nos vemos obligados a diferenciarnos de
las decisiones que un sector de dicho organismo ha hecho públicas
últimamente.

Desde su conformación en el año 1992, a través de un proceso de debate
entre las fuerzas y militantes que la conformaron originalmente, CORREPI
fue definiendo su punto de vista sobre las particularidades de la lucha
antirrepresiva en el marco del sistema capitalista, y en particular en
la etapa post-dictatorial en nuestro país. En distintos documentos se
caracterizó la represión como inherente al sistema capitalista y como
herramienta coercitiva del Estado burgués, que «independientemente del
gobierno que lo administre y en tanto representante de los intereses de
los sectores dominantes», necesariamente recurre a estrategias
represivas como el gatillo fácil, las torturas, las detenciones
arbitrarias y la persecución política con el objetivo de ejercer el
control y el disciplinamiento social y para garantizar la aplicación de
sus políticas de hambre y exclusión. En ese contexto se producen las
permanentes violaciones a los derechos humanos, entendidas así como un
accionar
sistémico ejercido por el Estado, principalmente mediante la represión
preventiva hacia los sectores más empobrecidos y marginados y la
represión contra los luchadores populares. Claro ejemplo de esto es la
gestión de(Néstor) Kirchner, que mientras se autoproclama como «el gobierno de
los derechos humanos» continúa aplicando estas políticas represivas para
intentar frenar el conflicto social.

Por lo tanto, esta lucha tiene un profundo contenido ideológico, ya que
sólo tiene sentido enmarcada en la gran batalla del objetivo
estratégico: la derrota del capitalismo. Sin embargo, la CORREPI no
puede ocupar el rol protagónico en la construcción del proyecto del
cambio revolucionario, ya que su ámbito es la lucha antirrepresiva y
reivindicativa por los derechos humanos, en la cual, por otra parte,
confluyen y conviven diversas visiones sobre las formas de construcción
revolucionaria y la disputa por el poder.

Respecto del funcionamiento, la instancia decisiva de la CORREPI , tanto
en lo político como en lo operativo, era la asamblea que se reunía
habitualmente en la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, en la
cual podían participar todos sus miembros y donde cada uno de ellos era
responsable por la expresión de sus puntos de vista y de llevar adelante
las tareas que se determinaban en cada reunión. En este sentido, no
importaba si el compañero representaba a una organización de miles de
afiliados, a una pequeña organización social o no tenía ninguna de estas
pertenencias, ya que se debatía en pie de igualdad. Además, esta
asamblea se constituyó en un espacio abierto a cualquier compañero u
organización del campo popular que, sin ser miembro de CORREPI,
necesitara hacer una propuesta o planteo concreto.

Estas definiciones han sido siempre el eje y la base de los acuerdos
para construir con todos los compañeros y organizaciones que se
acercaron a la CORREPI. Por esta razón se apostó a la pluralidad
dentro del marco del campo popular, llevando adelante la tarea común
de confrontar la represión estatal con unidad, organización y lucha.

Esta dinámica de trabajo, que se mantuvo durante muchos años, fue
dejada de lado por un sector de la organización y se evidenciaron dos
formas de construcción claramente distintas e incompatibles.
Paulatinamente, la CORREPI fue dejando de ser un espacio de
coordinación donde prevalecía el criterio de unidad en la lucha para
convertirse en un escenario desde el cual «a espaldas del resto de la
organización» dicho sector se conformó de hecho en un buró político
que resolvía y deliberaba en nombre de CORREPI.

A dicho accionar, visible por una serie de hechos y actitudes que no
merece la pena detallar, pero que consiguieron instalar un clima
interno de poca confianza en lo político y en lo personal, se
agregaron incumplimientos a varios de los acuerdos alcanzados en el
último plenario realizado en 2005, particularmente respecto de los
manejos y destinos de las finanzas de la organización y la forma de
funcionamiento de la misma.

Este proceso dio como resultado que hoy existan dos sectores claramente
diferenciados, uno de los cuales expresó públicamente su voluntad de
conformar una «organización política que milita en el campo de los
Derechos Humanos», reivindicando para sí el nombre de CORREPI, pero
caracterizando la organización de manera claramente diferenciada de los
propósitos originales.

Ante esta situación, decidimos dar a conocer nuestras diferencias, ya
que la caracterización realizada por el mencionado sector impide todo
debate que lleve a una síntesis superadora y ha hecho imposible la
militancia en una misma organización. Por lo tanto, hemos decidido
generar un nuevo espacio, continuador de la lucha que desde CORREPI
llevamos adelante durante estos años.

Estamos convencidos de que para construir una visión contrahegemónica
de los derechos humanos, para que las distintas organizaciones del
campo popular tomen la cuestión antirrepresiva como elemento de
confrontación en el marco de la lucha de clases, debemos evitar las
ansias de protagonismo y las pretensiones de vanguardismo. Creemos que
hay que crear ámbitos de coordinación, donde compañeros y
organizaciones puedan debatir en pie de igualdad y donde se genere
política antirrepresiva en conjunto, entendiendo la misma como una
herramienta de autodefensa popular, y buscando influir en las masas
«que son, finalmente, las que deciden el curso de la historia», y no
sólo en un determinado segmento de los militantes organizados.

Esta es la principal diferencia que nos separa hoy, ya que al sostener
que CORREPI debe ser una «organización política que activa en el campo
de los derechos humanos» y que debe perseguir su propia expansión en
todo el país, ya no resulta compatible con un espacio de coordinación
entre compañeros que representen a distintas organizaciones, ni es
posible como espacio asambleario; lo que se pretende es instituir un
espacio de dirección establecido, con la premisa de que todos los que
quieran podrán «formar parte» de la CORREPI , pero sólo de forma
individual y siempre que se subordinen a esa dirección política.

Consideramos entonces que dicha definición como «organización política»
es restrictiva y pseudovanguardista, y que además se convierte en un
concepto vacío de contenido, ya que no está entre sus objetivos la lucha
por el poder. Por otra parte no estamos dispuestos a formar parte de un
espacio que sea el instrumento exclusivo de ninguna organización
partidaria, por grande o minúscula que sea.

En consecuencia, el colectivo que hasta ahora conformaba CORREPI ha
quedado formalmente dividido en dos grupos, en cada uno de los cuales
hay fundadores y miembros recientes de la organización. Uno de esos
colectivos, el que integramos los firmantes, se denominará en adelante
CORREPI SUR, mientras que el otro grupo continuará con la denominación
de CORREPI.

CORREPI SUR seguirá llevando adelante -en todos los ámbitos
territoriales posibles- el trabajo concreto que comenzamos hace años
contra las políticas de gatillo fácil, la criminalización de la protesta
y de la pobreza, y exigiendo la libertad de todos los presos políticos y
la cárcel para los asesinos de ayer y de hoy. También como hasta ahora,
impulsaremos activamente las diversas construcciones que integramos,
como la Coordinadora Antirrepresiva «Carlos Petete Almirón» y la
Multisectorial «Chau Pozo», en la zona sur del conurbano, el espacio de
coordinación con el Colectivo Antirrepresivo «Repique», en el ámbito
porteño y el Encuentro «30 Años, Memoria, Verdad y Justicia» a nivel
nacional.

CORREPI SUR continuará funcionando en forma asamblearia, integrando en
igualdad de condiciones a todos aquellos que se quieran sumar a este
proyecto, cuyo objetivo sigue siendo construir un espacio de
coordinación dentro del marco del campo popular, para llevar adelante la
tarea de confrontar la represión institucional con unidad, organización
y lucha.

León «Toto» Zimerman, Enrique Perelmuter, Martín Alderete, Lucía
Herrera, Claudia Cuneo, Mariana Lisi, Sergio «Cherco» Smietniansky;
Mariano Benitez, Gerardo Etcheverry, Lidia Abineme, Valdemar Jara; Diego
Corradi; Sabrina Dentone, Gonzalo Martinez Ponti, Martín Landini, Diego
Rivero, Héctor Acosta, Gabriela Vázquez, Elisa Borgnia, Gabriel Coria,
Martin Banchero, Nancy Labandeira.

Contacto

 correpisur@yahoo.com.ar

 Nos reunimos todos los martes a las 20 hs. en Av. Corrientes Nº 1785, 2º
«C», Capital Federal (4-371-8066).

 En zona sur, nos encontrás todos los miércoles a las 20 hs. en el Centro
Cultural y Comunitario » La Toma «: República Arabe de Siria Nº 75 2º
piso, pegado al Andén 4 de la Estación de trenes de Lomas de Zamora, en
el marco de la Multisectorial «Chau Pozo».



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