19/06/2007

Escribir en rojo

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Rosana López Rodríguez, es autora de La Herencia. Cuentos piqueteros, una investigadora del Centro de Estudios en Ciencias Sociales (CEICS) y directora del Grupo de Investigación sobre Literatura Popular (GILP) de Buenos Aires. También integra la organización Razón y Revolución. Aquí Patricia Devesa reseña su libro.


Razón y Revolución, una organización cultural que combate la ideología burguesa en todos los ámbitos de la vida social y busca producir y difundir conocimiento para intervenir sobre la realidad.

Cuentan con varias líneas de publicaciones: Razón y Revolución -una revista socialista marxista con trabajos de investigación-, El Aromo -un periódico mensual cultural dirigido a un público no académico- y Ediciones ryr -editorial propia que publica libros de arte, literatura, sociología, entre otros-. En el marco de esta última sale el libro de Rosana López Rodríguez en una segunda edición; la primera, que está agotada, data de 2004.

Trabaja desde un programa político no conservador y de voluntad colectiva, en el que considera, acertadamente, que la literaria es «una representación mediada de la sociedad de clases en la que se produce y que por lo tanto, bien podría ser una herramienta de lucha y conocimiento de esa sociedad».

En el prólogo «Por una literatura piquetera», aparecido en la primera edición, abre el debate con un interrogante: ¿Para que sirve la literatura? En primer lugar se detiene en las respuestas que circulan en una sociedad de clases dentro del sistema capitalista: como actividad no productiva, «mera diversión» o como producción de placer.

Plantea una importante diferencia entre el trabajo y el arte de acuerdo a la esfera en que se mueven: la necesidad y la libertad. Esta última se ve limitada frente a la obligación de invertir mayor tiempo y energía para satisfacer la primera.

He ahí que se presenta otra de las tantas desigualdades que genera el sistema: quienes se muevan con mayor libertad, tendrán la posibilidad de desarrollarse en este sentido, nos referimos al arte. En tanto, el artista proletariado y el pequeño burgués, convierte el arte en su trabajo para poder vivir. Es así, que López Rodríguez sostiene: «El arte que no es más que una de las formas de la realización de la libertad humana, aparece para el artista proletariado o pequeño burgués bajo la única forma que puede aparecer en el capitalismo: como expresión alienada de las potencias humanas».
Lo que, además implica que hay una minoría que produce y una mayoría que solamente recibe «lo que ha construido otro». Una mayoría «sometida y explotada»que no encuentra, en general, en esa producción artística otra cosa que la expresión de una clase a la que no pertenece-.

A la pregunta planteada va esbozando algunas repuestas. El arte sirve «para ocultar o develar las potencias humanas. Para ocultar, en tanto arma de las clases dominantes, defensoras del statu quo. Para develar, en tanto arma de las clases dominadas. Es por esta vía que el arte ingresa a la lucha de clases».
Lo interesante de su propuesta es ver cómo la literatura ha estado al servicio de una clase. Este tipo de investigación y reconstrucción de la historia de la literatura no ha sido o ha sido encarada muy superficialmente. Sugiere, por ejemplo, abordar y pensar en romanticismo comprendiendo «la contradicción que crea el capitalismo entre la idea de libertad y su existencia real».

Otro aspecto en el que se detiene es la condición material en la que produce un escritor. Entre otros, hace referencia en este punto a Kafka, escritor conciente de que su falta de tiempo, limita su producción literaria. Pero esa producción cercada por la necesidad de vivir, crea un universo literario que no ofrece otra cosa que reproducción de ese estado que lo aliena: «un universo sin salida, su literatura expresa no el movimiento, sino el no movimiento, la muerte y no la vida».

Toma un concepto de combatido por Marx indispensable para entender la libertad del escritor que produce cambio: libertad negativa -fundada en la idea de que cuanto más aislado estoy, más libre soy como escritor-

De esta manera entiende la libertad del escritor como transformadora cuando puede asociarse y puede construir colectivamente. «Su libertad real consiste en reconocer que responde a una organización -afirma la autora-. Debe, entonces, decidir qué programa, qué voluntad social organizada representará en su escritura. Porque todo escritor tiene su partido, conciente o inconscientemente adoptado».

Entonces, cabe preguntarse cuál es el programa que López Rodríguez nos propone entorno a la literatura. Se trata de una literatura piquetera. Y, como bien dice nada tiene que ver con quemar gomas. Razón y Revolución, como organización, participa activamente y forma parte de la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados (ANT) y, desde la Comisión de Cultura, se impulsa la lucha cultural. Es considerada como lo más avanzado en la clase obrera en la Argentina de los últimos años, porque viene a poner nuevamente en movimiento a esa clase. Con su programa dan salida a la sociedad hundida en la descomposición capitalista. Por ser parte del movimiento, hace literatura piquetera.

Es una literatura que se plantea como vía de expresión y conocimiento de una clase. Agrega: «El saber produce placer cuando reconocemos para qué nos sirve en la vida (…) El placer de la literatura es el placer que produce el conocimiento de la densidad de la vida». Una vida en puro movimiento, en cambio, en transformación. Una literatura para salir de la inmovilidad. Reconoce como referentes en este sentido a Byron, Gorki, Brecht, Walsh, Tuñón, entre otros.

El libro está conformado por quince cuentos que guardan una estrecha relación morfo-temática y una coherencia con la postura ideológica de López Rodríguez. Ha buscado poner en movimiento la conciencia del hombre y ha apelado para ello a las contradicciones, las problemáticas y las salidas posibles que se presentan hoy en una clase oprimida. Utilizando un lenguaje coloquial para tópicos tales como la represión, la opresión de la iglesia, la dictadura, el ocultamiento de la identidad, la movilización, la toma de fábricas, los sin techo, entre otros.

Una narrativa como camino de construcción colectiva.

Por Patricia Devesa

pdevesa@fullzero.com.ar


Para más información:

La Herencia. Cuentos piqueteros

Rosana López Rodríguez

Buenos Aires, Ediciones ryr, 2006, segunda edición, 147 páginas.

www.razonyrevolucion.org.ar



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