03/11/2006

Testimonio de Ramiro González, militante de HIJOS secuestrado

Por Daniel Giovannini. MyC – Prensa Asamblearia

Ramiro González tiene 28 años y milita en la agrupación HIJOS de la Capital Federal. El martes 16 de octubre, alrededor de las 23:30, en Nazca al 1800, fue secuestrado y detenido durante casi dos horas por cuatro sujetos de entre 45 y 50 años, que lo obligaron a subir a punta de pistola a un VW Polo de color rojo. Luego de sufrir golpes e intimidaciones fue liberado a la altura de Liniers.

Entrevistado por MyC Ramiro relató: «Se baja una persona acompañante del conductor y me dice que no lo mire, que mire para abajo apuntándome con una pistola. Automáticamente sale otra persona de atrás del vehículo, me toma por los pelos, me hace una llave y me imposibilita totalmente a moverme para cualquier lado y resistirme y me mete en el auto. Una vez que estoy adentro me ponen agachado dentro del mismo y me dicen que si no hacía nada, no me iba a pasar absolutamente nada. Que me callara la boca y que no mirara para arriba. Me empezaron a mostrar fotos de gente en actividad de militancia. Me preguntaban una y otra vez si yo reconocía a alguna de las personas y yo les decía que no. En realidad no conocía a ninguna persona. Cada vez que yo decía que no, era golpeado. Después me tomaron huellas dactilares de ambas manos”.

«Después de haber estado dando vueltas un buen rato, aproximadamente unos cuarenta minutos más, me largan a unas ocho cuadras de Liniers. Me hacen bajar y me dicen que me de vuelta y que empiece a correr y que no mire para atrás y que a mi y a todos mis compañeros nos iban a matar a todos juntos”.

Al día siguiente la agrupación HIJOS realizó la denuncia en la Cámara Penal en el juzgado de instrucción número 35. El número de causa es 59801/06.

«Después, se comunicó conmigo Luis Saler de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación y lo único que le pedí es que meta presión para que la denuncia no quede archivada en un cajón. Anteriormente también habíamos recibido amenazas del Penal de Marcos Paz y habíamos hecho la denuncia en la misma Cámara Penal. No obtuvimos ninguna respuesta y recién nos llamaron al mes y medio para ratificar la denuncia. Si nos hubiesen escuchado diferentes organismos o el mismo gobierno, quizá la desaparición de López no hubiese pasado”, agregó González.

Ramiro se refiere a la amenaza recibida por Julio Talavera, otro integrante de la misma agrupación. Una semana antes del inicio del juicio a Etchecolaz, Talavera recibe en su domicilio, una llamada por cobrar de dentro del penal de Marcos Paz. Del otro lado de la línea alguien que dice ser su padre desaparecido en 1977, le dice «no te presentes en el juicio porque te vamos a matar”. El 20 de junio, Julio Talavera hace la denuncia en la fiscalía número 37 y recae en el juzgado del Dr. Scotto. Efectivamente, cuarenta y cinco días después es llamado a ratificar su denuncia. Ahora las causas están unificadas en el juzgado número 35.

A la semana siguiente del secuestro de Ramiro, en el mismo horario, caminamos la cuadra de Nazca al 1800. Animada, con mucha gente en el bar, con repartidores de pizza esperando turno en la calle y kioscos abiertos. Los vecinos parecen ignorar lo sucedido y los entrevistados aseguran no haber visto nada. La agresión sufrida por Ramiro es en realidad una agresión al conjunto de la sociedad. El terror que se quiere recrear y la humillación del secuestro también nos alcanza a todos.



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