22/09/2006

Respuesta a Federico Bonomi de Kosiuko

Reproducimos artículo de opinión

Por Gustavo Vera, de La Alameda

El lunes pasado la firma Kowzef fue denunciada penalmente ante el juzgado correccional 14 por la Procuración General del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La denuncia se basa en el informe técnico presentado por la Subsecretaría de Trabajo porteña luego del relevamiento de todas las direcciones que Kosiuko presentó como los supuestos talleres donde confecciona sus prendas. La mayoría de ellos no existía y los que existían tenían graves irregularidades de higiene, seguridad y condiciones laborales.

Como frutilla al postre fue hallado además un taller no informado por Kosiuko que trabaja para esa firma según las prendas halladas en el lugar y la declaración jurada de los mismos talleristas que consta en las actas de las inspecciones, en el que no solamente estaban todos fuera de convenio, sino además indocumentados. Obviamente este no es el único taller trucho de Kosiuko. En las próximas semanas se irán dando a conocer otros talleres no declarados por Kosiuko que trabajan para dicha marca que se encuentran en idénticas condiciones al denunciado.

La denuncia penal del Gobierno se basa en el delito de obstrucción a la autoridad laboral y por ello derivo la causa a un juzgado correccional. Sin embargo, se queda a mitad de camino. Por ello la próxima semana, la Unión de Trabajadores Costureros presentará una ampliación de la denuncia patrocinada por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre en la que se acusa a Kosiuko de violar el artículo 117 de la ley de migraciones (explotación de migrantes indocumentados con fines de beneficio personal) y violación del convenio colectivo de trabajo (art 35 de la ley 12.713 de trabajo a domicilio) reclamando que la causa pase al juzgado Federal. Además se imputará a Kosiuko el obvio delito de evasión impositiva.

NO ACLARES QUE OSCURECE

El Sr Bonomi , en dos reportajes concedidos a la prensa uruguaya y argentina, intenta defenderse de las imputaciones con argumentos que lejos de aclarar, oscurecen su situación penal.

Bonomi admite tener 225 empleados que están «en dos tipos de convenio gremiales de trabajo: en el de comercio y en el de exportadores de indumentaria” (Revista Eco), es decir, admite no tener un solo taller de confección propia, sino solamente locales de venta. Admite implícitamente que terceriza su confección de prendas a talleres que , según la legislación vigente, tendrían que estar encuadrados en la ley de trabajo a domicilio (12.713) y en el convenio colectivo de los obreros de la industria del vestido.

Cuando el diario Perfil le pregunta a Bonomi si conoce los talleres donde fabrica su ropa responde «no pongo las manos en el fuego por lo que no conozco” (10.09). Grueso error. El artículo 4to de la ley 12.713 establece solidaridad entre fabricantes, intermediarios y talleristas en todo lo atinente a las condiciones laborales de los obreros que confeccionan prendas, por lo tanto, si los obreros de un taller que trabajan para Kosiuko están fuera de convenio, en negro e indocumentados es responsabilidad, no sólo del tallerista, sino también de Kosiuko. Si Bonomi no quiere lidiar con los dolores de cabeza que le implicaría tener fabricación propia, al menos tiene que lidiar con la responsabilidad de chequear que los talleres donde manda a confeccionar sus prendas estèn habilitados y trabajando de acuerdo al convenio colectivo laboral vigente porque al no hacerlo se convierte legalmente en corresponsable de esta situación.

Que Bonomi se jacte de su poderìo econòmico y de sus amistades con Guillermo Moreno no lo excluye de respetar la legislación vigente. Ahora tendrá que responder a la justicia penal por la información fraudulenta que proporcionò, por los talleres que oculta, por la evasión impòsitiva y por la violación federal de la ley de migraciones. Quizàs pueda ablandar el alma de algún funcionario, pero no ablandarà ni a la Uniòn de Trabajadores Costureros, ni a los organismos de Derechos Humanos, ni a la Defensoria del Pueblo que hace meses que le siguen sus pasos a estas y otras marcas que basan su imperio en la utilización de talleres ilegales.

Cabe aclarar que el trabajo en negro, el trabajo esclavo y el trabajo precarizado en todas sus formas no es un problema del pueblo boliviano, sino de los trabajadores de conjunto e incluso de la población en general ya que implica un doble perjuicio, el de arrasar con derechos laborales básicos conquistados por todos los trabajadores y el de estafar a los consumidores con precios astronòmicos por prendas cuya confección costó centavos. No está en juego solamente el derecho de los ciudadanos bolivianos a trabajar dignamente, sino el de todos los trabajadores y además el bolsillo mismo de toda la población.

Por otra parte, cabe señalar que gracias a la lucha contra el trabajo esclavo cientos de miles de ciudadanos bolivianos y de otros paìses del MERCOSUR han podido radicarse gratuitamente en la Argentina por el programa Patria Grande, que ha crecido la oferta laboral de costureros en blanco como puede apreciarse en cualquier clasificado y que muchas marcas se han visto obligadas a aumentar el precio con el que mandan a confeccionar sus prendas. Falta mucho todavía, obviamente, pero algunos pequeños pasos se han dado para comenzar a salir del infierno del trabajo esclavo, el trafico de personas y las relaciones laborales donde se somete a la servidumbre a miles de personas. El Sr Bonomi utiliza la clásica extorsión empresaria del tipo «si me investigan, me voy” como último recurso para evitar la imputación penal: «le estan haciendo mucho daño a la comunidad boliviana y a la industria que esta teniendo una oportunidad unica de seguir creciendo»¦porque si comenzamos con una caceria de brujas infundada va a provocar que muchos empresarios digan «vamos a empezar a fabricar otra vez en China , en Brasil, en Uruguay porque no nos van a cuestionar. Pero el irse seria una verdadera pena, eso es lo que puedo decirle a los medios”(Eco). Lo que Bonomi nos dice es «si nos van a cuestionar (lease, inspeccionar), nos vamos”.

Interesante definición de un empresario que ha trepado en medio de la globalización, desregulación y flexibilización que provocó la mayor miseria de los trabajadores en la Argentina y en América Latina.

En la legislatura porteña hay un proyecto con estado parlamentario que propone reformular la ley 265 a fin de decomisar las maquinarias de los talleres clandestinos que someten a los trabajadores para que esas mismas maquinas sean cedidas a sus victimas a fin de que se reorganicen en forma cooperativa. Ese puede ser un principio de salida del infierno. La otra salida es que las marcas comiencen a pagar lo que corresponde para confeccionar sus prendas y no se lleven diferencias de varios cientos por cientos entre el precio final de una prenda y la infinita miseria que se le paga a un costurero. Un camino u otro, o ambos a la vez, van a tener que recorrer. En caso contrario, nadie lamentará que el Sr Bonomi decida irse a fabricar a China o donde le parezca, no sin antes responder a las imputaciones legales.

asambleaparqueavellaneda@hotmail.com



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