14/06/2006

Carta de Sampietro, «rehén de la Justicia y del Servicio Penitenciario Bonaerense»

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Contra la Pena de Muerte encubierta

Huelga Seca contra el Terrorismo de Estado de la Provincia de Buenos Aires.

«la forma de morir y quedar libre de tantos tormentos, la he elegido yo, sin comer ni ingerir líquidos».

Unidad Nº 34 «“ Melchor Romero «“ La Plata

12 de junio de 2006

Me llamo Nelson Fabián Sampietro y he iniciado una huelga de hambre seca dentro de una cárcel bonaerense. El motivo de la misma es por llevar sin sentencia firme -es decir procesado con exceso de plazo razonable- 19 años de prisión, que sumados a la Ley 24.390 (2×1) son 27 años de prisión, por una condena de 25. Es decir, la pena se encuentra agotada.

En junio del 2005 fui excarcelado por la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca, y fui vuelto a detener en la ciudad de Trenque Lauquen, por un operativo armado por la Policía Bonaerense y el Servicio de Inteligencia del Servicio Penitenciario Bonaerense. En el debate oral quedaron comprobadas las violaciones a los derechos humanos. Debate al que fui acompañado por varias organizaciones de Derechos Humanos, ya que trabajo desde el mismo momento que recuperé mi libertad en un proyecto de comunicación popular, al que me incorporé siendo un detenido muchos años antes.

Mientras estuve en libertad cumplí con todo lo que a ley y la Justicia me impusieron. Era controlado por el Patronato de Liberados, supervisado por la Dirección de Protección de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y acompañado por mis compañeros de colectivo de trabajo La Cantora al que pertenezco. Todos ellos dieron cuenta de mi tarea extra-muro.

La Fiscal del Departamento Judicial de Trenque Lauquen, Dra. María Cristina Ciccacci, ha avalado el armado de la causa y por ello ha sido denunciada ante la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires y ante la Fiscalía Gral. de Trenque Lauquen, por violación a los Pactos Internacionales a los que adscribe Argentina.
Ante la gravedad institucional que esta causa ha tenido, desde violaciones en el acta de procedimiento, hasta la violación a la intimidad por parte de la policía bonaerense, que como he dicho todo quedó probado en el debate oral, donde Organismos Gubernamentales y No Gubernamentales de Derechos Humanos han podido verificar ya que fueron veedores del mismo. Juicio que ha sido grabado y que cuya filmación se encuentra a disposición de quiénes deseen fiscalizar las mismas.

Violaciones de las que tanto el Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Eduardo Di Rocco; como el Secretario de Derechos Humanos de la misma Provincia, Eduardo Binstok; hasta mismo el Gobernador Felipe Solá y nuestro Exmo. Presidente de la Nación Nestor Kirchner, se hacen eco como acérrimos defensores de los Derechos Humanos, los cuales Argentina ha suscripto en los Pactos Internacionales.

En la causa por la cual estaba excarcelado, existe exceso de Plazo Razonable, pero la justicia no se ha expedido aún. Al estar la pena agotada se me condena a la pena de muerte, una pena de muerte instalada de forma encubierta por la justicia y efectivizada en las cárceles bonaerenses.

Cárceles superpobladas por, entre otras razones, personas detenidas con su pena agotada, excedidas de un plazo razonable, con sus causas dormidas en los tribunales. Cárceles que efectivizan la pena de muerte encubierta por las condiciones infrahumanas de detención, muertes diarias, torturas físicas y psicológicas, ausencia total del Estado en todas las áreas, en especial en el sistema de salud ya que del mismo solo queda algún cartel colgado que dice «Sanidad” en donde no hay ni siquiera una aspirina. Ni se nos ocurra pedir un médico.

Por todo lo antedicho, y ante esta condena a muerte encubierta les digo a los responsables del terrorismo de Estado que: la forma de morir y de librarme de tantos tormentos, la he elegido yo, me declaro en huelga seca, sin ingerir alimentos ni líquidos.

El artículo 18 de nuestra Constitución dice: «prohibidos los azotes, tormentos y tortura»¦”. En 19 años de cárcel he sufrido todo tipo de golpes, azotes, tormentos y torturas: pérdida de visión del ojo derecho, piezas dentales arrancadas a patadas, quebraduras de brazos y piernas, bajo la represión penitenciaria en plena democracia. Las marcas en mi cuerpo y en piel hablan y dicen más que todas las palabras. Y hoy ante una condena, no solo cumplida sino agotada por su extensión procesal, se me sigue privando de mi libertad.

Soy un rehén de la Justicia y del Servicio Penitenciario Bonaerense, y como si fuera poco me han recluido en un régimen de Reclusión y no de prisión, en una Unidad Psiquiátrica, a la que fui derivado por los reclamos que realicé durante mi estadía en las Unidades 29 y 45: una forma de vida digna, más allá de estar privado de mi libertad.

Un párrafo más sobre la lentitud de la Justicia: un acuerdo de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires con fecha 6 de julio de 2005, se me notificó en el día de la fecha, conclusión: once meses para notificarme de una resolución.

Creo que las palabras están absolutamente demás.

Mi libertad o mi muerte.

Yo ya cumplí mi condena.

Nelson Fabián Sampietro

DNI 17.511.569



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