11/06/2007

Ferrocarriles Argentinos, estado de situación

trenes.jpg
Juan Carlos Cena, es periodista y ferroviario, autor de El Ferrocidio. Desde el Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles (Mo.Na.Re.Fa) difunde las políticas de transporte público y realiza una investigación y denuncia permanente. El siguiente artículo sobre la situación de los trenes en Argentina fue publicado en el primer número del periódico del Movimiento Intersindical Clasista (MIC).


Algunas consideraciones previas

El transporte interviene, reiteradamente, en la producción y comercialización de bienes. La mercancía o cualquier producto manufacturado toman valor, recién, cuando interviene el transporte. Por eso el precio y la calidad de los servicios del mismo afectan intensamente la perfomance de todo el sistema económico.

El ferrocarril es un componente del Sistema Nacional de Transporte y, como tal, su relación con la economía general se inscribe en este marco. Sistema que está en este momento en caída libre, o en estado grave. El ferrocarril es el medio más barato para el transporte masivo de personas y cargas en medias y largas distancias, bajo ciertas condiciones. El ferrocarril es un sistema integrado de transporte e industrias, es un servicio publico y cumple una función social, que entre sus características principales figuran la de transportar todo a todas partes y en todo tiempo, con la regularidad obligada de sus servicios.

La nacionalización de los ferrocarriles

No podemos hablar del sistema ferro-
viario y su estado de situación actual sino
mencionamos su nacionalización y sus con-
secuencias, políticas, sociales, y el impacto
socio económico que originó. «Al recuperar
ese medio de transporte, fue un acto de sobera-
nía. Que el Estado tenga en sus manos el trans-
porte, la energía y las comunicaciones es una
cuestión de principios, y la de posesionarse como
Nación Soberana frente al mundo. Apropiarse
de esos resortes fundamentales del desarrollo,
tiene que ver con objetivos nacionales estraté-
gicos irrenunciables» … «Una vez nacionaliza-
do los ferrocarriles pasaron a instaurar un sis-
tema de transporte que se inscribía dentro de un
proyecto de desarrollo y crecimiento del país,
donde el modo ferroviario se constituía en un
factor de progreso, integrador y articulador de
los espacios económicos y sociales, expandiéndo-
se por toda la geografía nacional. Este pasó a
ser un elemento solidario, comunicador, de
conexión entre las distintas regiones del país, y
a contribuir al desarrollo de las economías
regionales, enmarcado dentro de un proyecto de
Nación», pág. 118, Juan Carlos Cena El
Ferrocidio
, Ed. La Rosa Blindada-2003.

El ferrocarril se transformó, por su propia
dinámica, en un Sistema Integrado de
Transporte, Industrias y Comunicaciones,
de esa manera pasó a organizarse como un
servicio publico que debe cumplir una fun-
ción social y, que entre sus características
principales figuran la de transportar todo a
todas partes y en todo tiempo, con la regula-
ridad obligada de sus servicios.

Los ferroviarios

Todos los que han escrito y escriben, en
este caso sobre el ferrocarril, se ?olvidan? de
una de sus partes sustanciales: los ferrovia-
rios. Nada más ni nada menos que de los
trabajadores del riel. No se puede dividir la
relación biunívoca ancestral que existe entre
el trabajo y el hacedor de ese trabajo, que es
el obrero, y en este caso: el ferroviario. El
ferroviario es parte indivisible del ferroca-
rril.

Se inicia la ofensiva más brutal contra el
ferrocarril en 1961, durante el gobierno de
Arturo Frondizi, cuando se quiere imponer
por mandato del Banco Mundial el Plan
Larkin. Este plan es rechazado por la resis-
tencia Obrera Ferroviaria y el pueblo en
duros 42 días de huelga. Acción obrera y
popular que fue reprimida brutalmente por
el Capitán de Navío Recadero Vázquez.
Luego comienza en forma permanente y
sistemática una campaña dirigida a la opi-
nión pública contra el ferrocarril, su déficit
y su ineficiencia por ser estatal. Al mismo
tiempo otra ofensiva se desata, era una
embestida psicosocial contra el trabajador
ferroviario. Esa campaña lo debía penetrar,
que sienta en su interior que él también era
culpable de este mal Es decir, había que
socavar el mundo subjetivo del ferroviario y
ganar, a la vez, a la opinión pública.

Las Últimas Resistencias

Los primeros ferroviarios desplazados,
fueron 1500 técnicos trasladados a la
D.G.I. Otra vez la Resistencia Ferroviaria
se manifestó en Las Huelgas del 91 y 92 que
fueron dirigidas por las bases (las secciona-
les), con una fe inquebrantable en sus pro-
pias fuerzas. A la Ciudadela Ferroviaria la
habían cercado como nunca antes, estaban
todas las alimañas inimaginables.

Estas huelgas fueron conducidas por los
jóvenes de La Fraternidad, Señaleros, un
sector de las Unión Ferroviaria y las adhe-
siones de algunas seccionales del personal
de Dirección. El Comité de Huelga hori-
zontalizó las estructuras sindicales, se rom-
pió con el accionar vertical de las burocra-
cias sindicales, la democracia directa fun-
cionó a través de las asambleas de los dele-
gados de todo el país.

Consecuencias de esa política

Los ferrocarriles fueron descuartizados.
No son más un servicio público. Predomina
el lucro. La ganancia, a través de transfor-
mar a estas empresas subsidiadas por el
Estado, en empresas recaudadoras. No
cumple más una función social, ya no va a
todas partes, ha dejado pueblos sin agua, sin
comunicación, abandonó en estado de que-
branto a las economías regionales por la
desconexión territorial, ya no transporta
todo, sino lo que les conviene.

Este Plan transformó brutalmente al
ferrocarril en un servicio privado con fines
de lucro. Todos los pasajeros de larga dis-
tancia migraron al transporte automotor
(ómnibus), la carga al camión, como conse-
cuencia de ello, aumentaron las muertes
diarias en rutas. En lo que va del 2007 se
han registrado más 880 muertos y 2200
heridos en accidentes de viales dentro del
ámbito de la República Argentina, repre-
sentado un incremento del alrededor del
30% respecto al año pasado.

Hoy existe una desolación territorial
inenarrable por la ausencia de este medio.
Sin ese territorio la relación social entre los
trabajadores ferroviarios desapareció. En
esta tupacamarización ferroviaria más de
85.000 ferroviarios fueron arrojados a la
calle.

Estado actual

Desde que está en el gobierno el Kirch-
ner, administrando el Estado, ya repartió
3.435 millones de pesos en subsidios a los
concesionarios ferroviarios de los trenes
suburbanos. Podemos decir que existen dos
ferrocarriles, el presente que circula en la
zona suburbana, y el ausente, en el interior
del país. Como consecuencia de ello han
aparecido 870 pueblos fantasmas, no corren
más los trenes sanitarios, el acarreo del agua
a las zonas salitrosas, los trenes de auxilio y
los productores deben de pagar un 38% más
de flete por el acarreo de sus productos que
redundan en el bolsillo del pueblo.

Este gobierno no solo es continuador de
las políticas menemistas sino que las ha
profundizado. Ninguna de las promesas
desde el atril realizado o durante la campa-
ña electoral se ha cumplido como la apertu-
ra de los talleres Los Hornos en La Plata,
Tafí Viejo en Tucumán, no ha restituido
ningún servicio de pasajeros al interior.

Nosotros desde el Mo.Na.Re.FA deci-
mos que no hay soluciones parciales para los
ferrocarriles. Nosotros proponemos que los
ferrocarriles deben volver al Estado, deben
ser monopólicos y eficientes, modernos y al
servicio de la nación. Queremos que vuelva
a ser un sistema integrado de transporte
Ferroviario, de Industrias y Comunicación,
centralizado en la planeación de sus objeti-
vos y descentralizado en su faz operativa.

Muchas veces nos han preguntado cuánto
cuesta recuperar el ferrocarril, siempre contes-
té lo mismo, recuperar su infraestructura es
posible, plausible y necesaria, lo que va a cos-
tar es volver a tener a pleno esos miles de hom-
bres y mujeres que hicieron grande Ferroca-
rriles Argentinos. Se ha perdido nada más ni
menos que el conocimiento acumulado a través
de 150 años de existencia. Recuperar el ferro-
carril es reconquistar parte de la soberanía
nacional en nuestro propio territorio Titánica
lucha nos espera. El ferrocarril es un bien
nacional, nosotros los trabajadores y el pueblo
somos parte constituyente de la nación argen-
tina, y ese bien nos pertenece y debemos luchar
para recuperarlo.

Juan Carlos Cena, Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Mo.Na.Re.Fa



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba