Exposición fotográfica de la Villa 31
Inaugura el VIERNES 11/06 a las 20 Hs.
EN LA CIUDAD AL MARGEN
(fotografías de la Villa 31)
Lunes a Viernes: de 09.00 a 23.00 hs.
Sábados: de 10.00 a 17.00 hs.
Fotogalería
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Buenos Aires
Ramos Mejía 841 «“ PB
Ciudad de Buenos Aires
Del 7 al 26 de junio.
En julio la muestra se traslada a la Villa 31 y en agosto, una versión ampliada con la fiesta de la Virgen de Copacabana en el barrio, se expondría en La Paz, Bolivia.
Se agradece la difusión.
Pablo Vitale
pablovitaleba@hotmail.com
EN LA CIUDAD AL MARGEN
(fotografías de la Villa 31)
Por los años treinta los alrededores del puerto nuevo y las terminales de tren de Retiro empezaron a poblarse de casillas que fueron multiplicándose a partir de la siguiente década. Atraídos por los puestos de trabajo que ofrecía la industrialización por sustitución de importaciones llegaban miles de personas del resto del país. Pero el empleo no alcanzaba para todos. Las precarias condiciones de vida se prolongaron para estos habitantes venidos desde provincias y países con menos oportunidades que Buenos Aires.
Del otro lado de las vías, en el centro, la ciudad también crecía. Los edificios incrementaban sus pisos y lujos. Se abrían calles más anchas, el tránsito se volvía más denso, los hoteles cinco estrellas y las sedes locales de multinacionales poblaban la zona.
La Villa 31 sobrevivió «“sus pobladores sobrevivieron»“ a dictaduras, topadoras, autopistas y múltiples intentos de desalojo. A duras penas y con persistentes luchas resistieron años de terribles condiciones de vida y la constante amenaza de ser sacados de ese lugar que, pese a todo, era cada vez más suyo.
Hoy viven aquí 12.300 personas. El 20 % son bolivianos y cerca del 25% vienen de provincias argentinas. Hay 3.244 viviendas, algunas de hasta tres pisos. El 27% son casillas. Hay dos iglesias católicas, otras evangelistas, unos diez comedores, tres guarderías y por lo menos cinco canchas de fútbol. Una autopista divide a la villa en dos.
Este Retiro pobre está justo enfrente de ese otro Retiro acaudalado, que alberga varios de los hoteles más caros y algunas de las torres emblemáticas de Buenos Aires. Apenas unas vías de tren, un par de muros y otro par de rejas marcan el abismo que hay entre las clases sociales que viven en cada uno.
Y pese a todo, lo inhóspito se vuelve estallido de movimiento, la dura supervivencia, celebración. Hombres, mujeres, pibes; habitantes de una zona en permanente disputa, tan céntrica y tan marginal. Se mezclan las culturas de sus vecinos con las de la urbe y, por suerte, la última no siempre gana.
Hace casi seis años que voy cinco de los siete días de la semana a la Villa 31 y aunque ya no me produce el extrañamiento de los primeros días, me sigue impresionando esa imagen diaria de tierra y casitas humildes con rascacielos fastuosos de fondo. En esa foto, que probablemente nunca pueda hacer por más que lo intente, está condensada, como sólo puede condensar una buena fotografía, la ciudad que muchos suponen pero pocos ven.
Estas imágenes integran un trabajo que no tiene, por ahora, fecha de conclusión. Está dividido, también por ahora, en tres partes independientes: la primera recorre algunas calles, pasillos y casas del barrio, la segunda se dedica a seguir la procesión de la Virgen de Copacabana «“patrona de la Villa 31y de Bolivia»“ y la tercera se detiene en chicos del barrio dentro y fuera de él. La muestra se conforma con fotografías de estas tres partes.
El carácter inconcluso de En la ciudad al margen busca acompañar el movimiento de una realidad dinámica, en permanente cambio. A la vez, la redefinición constante de mi trabajo pretende ser una forma de sostener en el tiempo el compromiso con el barrio, su gente y la mejora de sus condiciones de existencia. Concebir un trabajo cerrado o distante de las vivencias de los hombres y mujeres que pueblan las fotos implicaría encorsetar una realidad y enajenarla de los sujetos que la producen. Muy por el contrario, se busca limitar la alienación a la que es inherente al recurso fotográfico (sacar la foto) para devolver esa nueva realidad que es la imagen impresa, intentando potenciar, resignificar y problematizar tanto la cotidianeidad como el acontecimiento que constituyen la vida social y cultural del barrio.
Pablo J Vitale.