21/05/2007

Luego de ser liberado, el refugiado político peruano Raúl Paiba dijo que denunciará los apremios recibidos

Raúl Paiba Cossios, dirigente Docente Universitario de Perú, había sido detenido en Argentina el 17 de abril por un pedido de su país, pero fue liberado el viernes 12 de mayo por orden del gobierno, ya que recibió certificado de Refugiado Político de las Naciones Unidas. Había sido acusado de «terrorista» por ser opositor al régimen de Fujimori y Alan García.


Luego de varios pedidos por parte de sus abogados, Claudio Pandolfi y Rodolfo Yanzón, el martes 9 de mayo el gobierno argentino lo consideró refugiado político conforme la declaración de la ONU y lo declaró no extraditable, auque fijó que debía abandonar el país en el término de 72 horas hacia Chile, donde residía desde hace 14 años. Recuperó la libertad el viernes 12 de mayo y el lunes 15 a las 18 horas partió hacia Chile, luego de que le devolvieran sus documentos y que Migraciones lo habilitara.

Sus abogados informaron que llegó a Chile sin problemas, previa confirmación en vuelo de que se encontraba sobre el avión (fue citado a la cabina por el comandante del avión cuando ya habían despegado).

Sin embargo, Raúl Paiba declaró que realizará una denuncia al servicio penitenciario por apremios. Sus abogados en Argentina recibirán un poder judicial para tramitar la causa.

En una Carta que escribió desde la cárcel de Ezeiza, el 6 de mayo pasado, y que publicó ANRed, Raúl Paiba denunció los malos tratos recibidos por el personal penitenciario.

Testimonio de Paiba:

«Cerca de las 9 AM del miércoles 2 de mayo, 40 efectivos del Grupo Requisa ingresaron violentamente, obligando a los internos a dirigirse como estaban al patio del pabellón (…) En el patio, fuimos apiñados en 5 filas pegaditos con la cabeza agachada, pegada a la espalda del de adelante, golpeándonos con palos a algunos, los más bajos en la cabeza y a los más altos en la espalda (…) Al grito de ¡¡alto!! corríamos donde estaban armando un nuevo grupo con lo que alcanzábamos a ponernos, cabeza gacha, recibiendo insultos permanentes: «apestosos», «dan asco»»¦ (…) Después te llamaban por celda y tenías que ir corriendo a tu celda, en el camino como callejón oscuro te golpeaban con palo donde te cayeras, en tu celda te esperaban tus pertenencias revueltas y algunos con preguntas que contestar.»

«Yo no pude hacer las cosas con la velocidad que querían, porque las escaleras son de fierro, resbalan. Cuando llegué abajo me hicieron regresar para que repitiera mi bajada, compitiendo con otros que trataban de pasar todos a la vez para no ser castigados, en la punta de la salida al patio (en mi caso debido a mi tumor en el cerebro lado parietal derecho pierdo el equilibrio fácilmente). Cuando llegué a la puerta me empujaron con escudos y golpes con palos por la cintura y brazos (cada uno tenía casco con protector de rostro que desformaba su cara, un escudo, unos palos de madera y otros con palos de gomas). En el patio, cuando me desnudé, me preguntó: «¿de donde eres?», «peruano», le contesté, agarró un palo y me golpeó un brazo diciéndome: «por culpa de tu país perdimos Malvinas, peruano que viene a quitarle el trabajo a los nuestros». Cuando llegué a mi celda había 6 del equipo de Requisa con el que los dirigía. Todas mis cosas estaban en el suelo y los documentos en la mesa, que eran fotografiados con cámara digital. El que dirigía el grupo me dijo: «peruano senderista, ¿a cuantos te cargaste?, eres igual que el otro senderista Ruthi, seguro que están coordinados para cargarse más gente». (…) Posteriormente me preguntó «¿estos son tuyos?» (un billete de $10 argentinos y un billete de 1000 pesos chilenos). «Si señor», le respondí»¦ «¿Usted sabe que está prohibido tener dinero en el penal?» Le respondí que nadie me había comunicado de ello. (…) Me dijo «Esto es un delito, es una infracción y te voy a sancionar». (…) Quedaron en mi celda tres de la requisa, me amarraron, me esposaron las manos adelante y uno de ellos me puso el paquete hecho con mis sábanas en las manos y me dijo «Corre viejo» y me sacó corriendo de mi celda, bajando las escaleras con el que llevaba del brazo (…) En la administración me embarcaron en un bus que pasó por varios lugares dentro del penal hasta que me entregó a los encargados de las celdas de sancionados.»

Más información en esta sección



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba