24/10/2004

El MOCASE denuncia violaciones a los derechos humanos

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero – MOCASE- denuncia nuevamente los actos de gravísima violación a los Derechos Humanos que sistemáticamente acontecen en sus territorios. Las denuncias vienen realizándose a nivel local, provincial, nacional e internacional desde hace tiempo, y aún no se tienen respuestas positivas de parte de los organismos e instituciones correspondientes.

Reproducimos comunicado de prensa del Movimiento Campesino de Santiago del Estero.


La Justicia para los campesinos que luchamos, resistimos en nuestros territorios NO EXISTE. Los jueces sólo dicen «hay que aguantar», mandan órdenes de desalojos, de allanamiento, detenciones, secuestros y escuadrones de muerte armados hasta los dientes que proceden violentamente, sin importarles que delante de ellos estén más de 20 niños.

En la provincia siguen sueltos los personajes siniestros que destruyeron y quemaron ranchos, pozos de agua, cercos, sembrados, alambrados; que amedrentaron, y lo siguen haciendo, a familias campesinas, y que en plena vía publica intentaron asesinar a miembros del MOCASE.

Uno de estos personajes Miguel Ángel Zurita, delincuente prófugo de la ley por intento de homicidio desde hace meses. Este martes 19 de octubre de 2004, acompañaba y ordenaba al oficial de Justicia Julio Ordóñez, como a los policías de la cómplice Comisaría 29 de Quimilí, en el desalojo de la familia Roldan de la comunidad de Pampa Pozo. Concluido el procedimiento de desalojo, quedan en el rancho de la Flia. Roldán, más de 10 paramilitares armados al mando de Zurita, todos ellos contratados por el «Turco» Orlando Jorge, quien desde hace tiempo pretende adueñarse de las tierras de la comunidad de Pampa Pozo.

El juez Raúl Oscar Romero del Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional de Primera Nominación ordena al Interventor de la Policía a proceder al allanamiento en el domicilio del compañero Ángel Strappazzón, en el local de «Cenepp» y en la comunidad de Pampa Pozo, Lote 110. La actuación se debe a la denuncia formulada por Orlando Jorge en contra de personas a establecer, «desobediencia judicial, instigación a cometer delito, robo, daño intencional, usurpación de propiedad, lesiones gravísimas»; además de la inmediata detención para Ángel Strappazzón, Miguel Sequeira, Roldan, Rengo Pereyra y de todos quienes estén presentes en el Lote 110.

Disponiendo secuestro de armas de fuego de uso civil, de guerra, municiones, «tumberas», tractor, camioneta doble cabina de color rojo, blanco y/o otro color y todo otro elemento. En ninguno de los allanamientos encontraron armas.

Por otro lado, estaban en viaje varios compañeros del MOCASE, Rosendo, Adolfo, Hernán, las chicas Contreras y Ángel hacia la Capital de Santiago, para entrevistarse con el Ministro de Justicia y Diputados Nacionales, a efectos de denunciar y solicitar acciones urgentes para frenar las violaciones a los Derechos Humanos sufridos por las familias campesinas. Al llegar el vehículo a la ciudad de Suncho Corral, es detenido Ángel Strappazzón e incomunicado, para ser llevado hasta la Capital de Santiago. En el campo Lote 110, propiedad de las familias de Pampa Pozo, detienen, incomunican y trasladan a Santiago al compañero Gustavo Carrizo, quien andaba manejando la camioneta de la Cooperativa, la cual ha quedado secuestrada a disposición del juez.

Cabe aclarar que ambos compañeros, Ángel Strappazzón y Gustavo Carrizo, detenidos e incomunicados, no se encontraban en Pampa Pozo cuando ocurrieron los hechos por los cuales se los detiene. Por lo cual, queda en evidencia la intención de involucrarlos para demorarlos y amedrentarlos. Así, la persecución política e ideológica a los miembros del MOCASE se muestra como herramienta para atemorizar a las familias campesinas.

La trama de complicidades y corrupción en Santiago del Estero sigue actuando y cometiendo delitos. El objetivo es deslegitimar al MOCASE, desarticularlo y meter miedo. Y como no lo logran, van cometiendo cada vez delitos más graves.

Nosotros nos preguntamos ¿hasta cuándo tenemos que seguir «esperando», hasta cuándo nuestra paciencia? ¿Qué tiene que suceder para que los funcionarios actúen y hagan cumplir la ley? Ellos son los que tienen las herramientas democráticas para ejecutarlas. El silencio de muchos responsables será juzgado por sus conciencias, sus familias y los pueblos, del cual son parte.

No nos queda otra alternativa que pensar que esta falta de actuación por parte de los funcionarios, se debe a que son parte de estas tramas de corrupción o son muestra de una inoperancia absoluta, por lo cual, serán responsables de cualquier hecho de gravedad que se produzca en relación a la pacífica lucha que venimos llevando las más de 9.000 familias campesinas pertenecientes al MOCASE.

Para más información llamar a la secretaria de comunicación del MOCASE: 03843-421195


MO.CA.SE.: Grave situación de inseguridad reina en el campo santiagueño

Todo el campesinado santiagueño, con la inclusión de niños, ancianos y mujeres viene siendo víctima de una grave situación de violencia física, psíquica y moral desde remotas épocas del régimen de Carlos Juárez y que se mantiene hasta el presente (con variaciones que tienden hacia el agravamiento).

Los derechos elementales de todo hombre, en el campesino de la provincia de Santiago del Estero, están siendo vulnerados, violados diariamente por personas que se mueven con absoluta impunidad, en casos probados en la clandestinidad, incluso con la presencia y participación de Jueces de Paz No Letrados y personal de las seccionales de Policía del interior provincial.

Esta situación de violencia extrema a la que está siendo sometido todo el campesinado santiagueño diariamente, se da ante un posicionamiento de inacción total por parte de quienes ejercen la administración de justicia en la provincia en la actualidad, en pleno ejercicio del gobierno de la Intervención Federal, la cual fue justamente reclamada desesperadamente en instancias nacionales e internacionales, por este sector campesino que ya venía sufriendo desde hace décadas pasadas constantes violaciones a sus derechos elementales, despojos de sus posesiones territoriales detentadas desde épocas ancestrales, negación al acceso a servicios idóneos de salud y educación, entre otros.

Comunidades campesinas de la zona de Tintina, en el departamento Moreno.

Villa Maria, Alza Nueva, San Dimas, Pampa Charquina, Dolores, Charquina, Libertad.

Estos parajes son colindantes entre sí, en su conjunto conforman un espacio territorial uniforme, en el cual más de cincuenta (50) familias ejercen posesión pacífica, continuada e ininterrumpida desde hace más de ciento cincuenta años. Son familias de origen indígena que se dedican a la agricultura, la ganadería, artesanías y, fundamentalmente elaborando productos de la materia prima forestal (quebracho colorado y blanco, itin, algarrobo, mistol, guayacán, chañar, etc.). Como en todas las demás posesiones territoriales de las comunidades campesinas de esta provincia, la disposición de los ranchos, caminos, cercos, corrales, represas, etc., responden a una lógica indigenista. Existen posesiones domiciliarias (llamadas particulares) y coposesiones comunitarias (el campo, lugar comunitario para el pastoreo de los animales y para la extracción sostenida de materia prima forestal); aquí no hay alambrados perimetrales sino deslindes, demarcaciones que indican territorios extensos donde se ejerce la posesión comunitaria.

En estas posesiones campesinas aparecieron hace aproximadamente un año y hasta la fecha
varias personas, terratenientes foráneos y de esta misma provincia están intentando constantemente expulsar de estos territorios a familias que son poseedoras ancestrales de los mismos. Para lograrlo, estas personas identificadas como Nelson Boyero de la provincia de Córdoba, Carlos y Gustavo Richiger, Yonny Gasparutti, «Guguy»Castillo del paraje «El 25», y una llamada empresa Batzen S.A. están ejerciendo sobre los poseedores de la zona, violencia física y moral extrema diariamente; se están valiendo de personal de civil contratado que amenaza de muerte a los campesinos poseedores del lugar usando armas de fuego de grueso calibre, cuchillos de caza, etc.

Las comunidades campesinas de esta zona están resistiendo al despojo de sus tierras, a la violencia a la que son sometidos por esos personajes que actúan con total impunidad, en la clandestinidad, armados y con el rostro cubierto algunos de ellos. La resistencia es diaria. Hombres, mujeres y niños, todos juntos, han montado carpas de resistencia en toda la zona; y noche a noche son agredidos con disparos de armas de fuego por estos personajes oscuros que están apostados en el lugar, ocupando posesiones de los campesinos.




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