06/05/2007

«Yo no podría decir qué es el Paraná para mi porque somos parte de lo mismo»

DSCN4473.jpg Joselo Schuap es músico, nació en Posadas hace 33 años y hace 4 que recorre Argentina y los países vecinos en un viejo y aguantador Mercedes Benz modelo ’62, el Dino. Enamorado de su tierra, tiene un vínculo muy estrecho con el río, con el agua, y en defensa de ese amor y de ese vínculo se arma de arte y da batalla junto a un grupo de artistas y algunos invitados planifican y ejecutan atentados culturales. Denuncian los impactos ambientales y culturales de la eterna inconclusa represa binacional de Yacyretá.


Junto a Noemí Maizares, en acordeón; Pancho Villasanti, en el bajo; los chicos de Espiraliña, percusión; Jesús, asistencia, sonido, cocina, mecánica y conducción; Ramona, prensa y fotografía; Víctor Valledor, flauta traversa y talleres literarios; Carlos Nievas, murales; Pochosky, payaso, animador cómico y clown; y algunos invitados planifican y ejecutan atentados culturales.

La denuncia de los numerosos impactos ambientales, sociales, culturales y económicos generados por la eterna inconclusa represa binacional de Yacyretá y la defensa del Acuífero Guaraní son los motivos principales de sus acciones.

En su constante ir y venir pasaron por Buenos Aires en el Dino multicolor, y en una de sus paradas Joselo habló de Yacyretá, sus impactos, la resistencia de los afectados argentino paraguayos que en esta ciudad reclaman por sus derechos; también habló de los proyectos, de la Gira H2O, del disco Agua Bendita y del Espacio Cultural Chaloy, que abrieron en Posadas.

-¿Qué es Yacyretá? ¿Cómo impacta en la región?

Yacyretá es una obra de infraestructura muy importante en todo sentido. Ahora, que sea importante no significa que sea del todo buena. Sabemos que se necesita la energía, que todo esto es real, porque todos necesitamos la energía, pero todos sabemos – más en estos tiempos – que se necesita el respeto más a ciertas cosas, porque en el momento en que [Juan D.] Perón y [Alfredo] Stroessner firmaron el convenio de realización de la obra y luego la implementación por parte de los militares – que fueron los que empezaron a construir Yacyretá -, comenzó un camino de problemática social muy grande. Yacyretá jamás pensó en la gente, siempre pensó en su mega obra, en esa publicidad de la energía que iba a generar, que iba a ser el gran monstruo del planeta.

Pero después fue pasando el tiempo y alguien significativo llegó a decir una vez: «Yacyretá es el monumento a la corrupción». Ese alguien sabe mucho del tema, Carlos Menem llegó hasta sorprenderse [de la corrupción que había en] Yacyretá. Imagínense ustedes que si él se sorprende de lo que estamos hablando. Cuarenta veces ya se gastó lo que valía la obra. El 14 de marzo frente a la Casa de Misiones hicimos esa manifestación por el Día Mundial de Lucha contra las Represas y con algunos amigos de Gualeguaychú y los afectados presentes declaramos a Yacyretá oficialmente Monumento Nacional de la Corrupción.

Lo hicimos frente a la Casa de Misiones porque el director de la entidad binacional – hay un paraguayo y un argentino – siempre está ligado al poder político y es aquella persona que está de parte del gobernador, que le genera muchísimos ingresos. Manejar Yacyretá significa todas las obras complementarias, una caja de recursos muy importante para el gobierno actual. El Banco Mundial sigue financiando a Yacyretá cuando está comprobadísimo que esto realmente ha sido algo negativo y algo muy mal hecho, algo que excedió los límites de tiempo. La represa tiene un tiempo de vida útil y le queda muy poco de ese margen de vida útil por el barro que se va acumulando en el muro, sin embargo, todavía no se terminó. Está próxima a caducar y todavía no se terminó.

Nos duele lo que ha dejado Yacyretá, casi un tendal de gente viviendo a la vera del camino, cuando antes se estaba a la vera del río. Yacyretá hizo dos censos importantes y se tardó tanto en construir que aquellas parejas de recién casados que vivían en la costa del río en aquel momento y fueron censados en su casa la primera vez, al momento de aumentar la cota – quince años después – ya eran abuelos casi, tenían una hija de 15 años que ya estaba embarazada.

Con Yacyretá comenzaron las problemáticas de estos vecinos, que tenían solucionado su problema de supervivencia, porque el río les daba para comer. La costa del río está muy cerca del centro de Posadas, entonces caminando 15 cuadras, 10 cuadras, ya estaban entre la gente que podía comprar cualquiera de sus productos. El tema del uso de la frontera como una cosa muy natural, la placita de Posadas es casi hasta un lugar turístico. Todo el mundo que va a Posadas no se acuerda de un monumento, de un paseo, se acuerda de la placita a donde fue a comprar electrónica, a donde fue a comprar ropa. Y todo esto forma parte de la cultura de nuestra ciudad, que arrancó en el puerto. Todo esto ya no existe, Yacyretá aumentó la cota no contemplando la relocalización de esa gente, entregando las viviendas para los relocalizados que no son las que se merecen a cambio de haberla sacado de un lugar maravilloso donde vivían. Es decir, no va a haber indemnización alguna que pague lo que Yacyretá destruyó en esas familias.

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La gente de la costa no era solamente pescadores, eran oleros [productores artesanales de ladrillos], eran lavanderas, era gente que fabricaba techos con paja, había mucha gente que vivía de la venta de carnada para la pesca, los que encontraban la lombriz para vendérsela a los pescadores. Cuando el río sube, cuando lo sacan de ahí, los llevan a 15 km del centro, sin colectivo, sin servicios, lejos de su hábitat y los dejan ahí, con una casa hermosa, con azulejos, con baño instalado, pero a que se mueran en ese lugar.

Y además de todo esto, lo que Yacyretá genera hoy al estancar semejante río como el Paraná, un lago de 100 y pico de kilómetros de circunferencia que no estaba previsto. Ese lago supera los límites de la ciudad Posadas hasta el Norte, rumbo a Iguazú, río arriba. Genera que hoy la ciudad de Posadas tenga enfermedades extrañas, que nuestros hijos tengan problemas respiratorios. Hay muchos informes que el Ministerio de Salud de la provincia no reconoce, pero que son reales.

Ahora, trato de ser positivo, pienso en cuál es el lado bueno de Yacyretá: energía para Brasil. No sé qué más podría decirte.

– Los impactos de Yacyretá se empiezan a sentir antes de que suba el agua, ¿no? ¿Cómo es todo ese proceso?

Yo tengo 33 años y me acuerdo de los problemas de Yacyretá desde que era chico. Por ejemplo, el viaje de 7º fue ir a ver la obra, me llevaron en un colectivo con una guía de turismo que decía: «Usted está visitando»¦», «A la derecha puede ver»¦». Pero con mi familia siempre iba de camping y el viejo se quejaba que no había pescados y fui aprendiendo que no había pescados por Yacyretá. Entonces dejó de seducirme la idea de que la represa era algo bueno, dejé de creer un poquito en esa guía de turismo de trajecito azul que me decía que estaba todo bien.

Hay muchísimos problemas con la contaminación electromagnética que generan las torres [del cableado de alta tensión]. Nadie lo denunció todavía pero ya hay comentarios que en pueblos como Trinidad, en Paraguay, hay muchas muertes por cáncer. Los certificados de defunción del Registro de las Personas de dicha localidad tienen una lista enorme de gente que muere por cáncer y esto tiene relación directa con Yacyretá.

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El daño a las familias no va a ser reparado nunca, es como con los Héroes de Malvinas, muchos murieron en la guerra y muchos murieron en la post guerra. Aquí también, hay gente que ha sido arruinada y que ahora se está muriendo de tristeza. Nosotros cantamos una canción, que se llama De la costa, y dice que el relocalizado se llegó hasta la salita del médico que lo iba a atender, el médico le daba remedios y después se preguntaba: «Le amputaron su paisaje, ¿con qué se ha de curar eso?». Ese es el planteo.

– ¿Hay posibilidad de inundaciones de las zonas aledañas?

Si y no, se ha exagerado hasta con eso. Se ha relocalizado gente que no va a ser inundada, pero después que sacaron a esa gente vendieron los terrenos. Se trata de un negocio inmobiliario. ¡Es una locura! Es una cosa que realmente no se puede creer.

– La obra ha producido fuertes impactos culturales y también ambientales.

Totalmente, nos dejaron sin el río, porque el río no corre más, es un lago. Es agua estancada, muerta. Se cree que por arriba, por la superficie, transcurren el río Paraná o el Uruguay y la parte subterránea está como un lugar estanco el Acuífero Guaraní, y no es así. El agua está en constante circulación, porque para ser pura y limpia tiene que estar en movimiento. Es una masa tan inmensa de agua que es difícil de comprobar la contaminación, pero si el río está contaminado, el acuífero está contaminado, porque se carga y se descarga con la misma agua.

Toda el agua del litoral es como las venas, las arterias de una persona, está todo intercomunicado. Y esto se empieza a complicar cuando [celulosa] Alto Paraná se hace dueña del 60% de las tierras y corta el monte nativo para plantar pino. Es decir, Yacyretá y Alto Paraná son los dos nombres de los asesinos de, por lo menos, Misiones y gran parte del litoral, esas dos empresas. Porque la Entidad [Binacional] no es una entidad para mí, es una empresa dedicada a la devastación para generar energía para vender.

Posadas está a 80 km de Ituzaingó, Corrientes, el límite [interprovincial] casi no existe. De allí salen los cables de Yacyretá que llegan hasta Capital, aquí se transforma la energía en el prototipo 220 voltios para el uso argentino doméstico, y vuelve a Misiones. O sea, viene por un cable y se va por otro cable, y ahí recién nos llega a nuestras casas. Y nosotros pagamos la luz más cara del país, y somos los que nos inundaron, nos enfermaron»¦ Entonces, ¿cómo uno no va a sentir indignación ante esto?

– ¿Cómo es el proceso de organización de la gente de Misiones con respecto a Yacyretá?

Nosotros no somos ni artífices de esta venida de los relocalizados ni lo podríamos ser, somos músicos que cantamos y que los acompañamos. El mérito de que ellos estén aquí, en la lucha, ojalá que no lo tenga nadie, porque nunca me interesaría tener el mérito de que un grupo de gente tenga que dejar su casa para venir a protestar a Buenos Aires. El mérito de la organización y la lucha lo tienen ellos, por defender sus derechos. En tren han venido hasta acá y han sido recibidos por la Mutual Sentimientos, por la gente de Chacarita – en Federico Lacroze casi Corrientes -, que los tienen en un lugar digno, que pueden estar, porque son muchas personas.

Ellos están solos, el resto de la comunidad de Misiones en muy mínimo porcentaje es solidaria con esta lucha de los afectados de Yacyretá. La mayoría de los misioneros sigue pensando en otra. «Mientras el agua no me llegue a mi no me importa», esa es la actitud que todos tenemos, que nos va a llevar a la ruina. Pero despacito las cosas se van dando, los sensibles nos vamos encontrando y tratamos de estar con ellos.

Desde su humildad, desigualdad de condiciones, están defendiendo el servicio del tren, porque la cota de Yacyretá inunda la estación de trenes y deja a Posadas sin el tren. Porque como es una cabecera, no es una ciudad de paso, el tren llega hasta ahí y tiene que dar vuelta en una bandeja para que la locomotora pueda volver. Yacyretá inunda la bandeja, nos quedamos sin estación, y no se está construyendo una estación nueva para que en un lugar más alto el tren pueda girar y volver.

– ¿El tren cuya recuperación el gobierno nacional tanto promocionó?

Exactamente. El mismo tren que el presidente anunció como recuperado para los argentinos. La Entidad Binacional Yacyretá inunda la estación y nos deja sin tren a los misioneros, esa es la verdad. Pero esto no está saliendo en los medios nocivos, perdón, masivos de comunicación.

– La obra es binacional, los efectos son binacionales, ¿la resistencia también es binacional?

Absolutamente, los hermanos paraguayos siempre dando puntapié en la actitud combativa. Son más humildes, como siempre los muestran; son los que a lo mejor tuvieron menos educación, como siempre los muestran; pero a la hora de pelear los paraguayos vienen años luz delante de la lucha de los argentinos contra Yacyretá. Los paraguayos han tomado la represa en varias oportunidades. Hubo una oportunidad que ha quedado en el secreto absoluto, en donde 100 días estuvieron metidos adentro de la represa, no los podían sacar de ahí. Pero eso todo ocurrió en silencio, nadie lo sabe. Mucha gente murió en esta lucha y nadie lo sabe.

– ¿Mucha gente murió?

Mucha gente murió en la lucha de conseguir lo suyo. Abuelos que han muerto por problemas cardíacos y gente que ha muerto por enfermedades generadas por la represa y obreros que han muerto trabajando en la represa. Y bueno, también hay versiones que indican que muchos que pelearon contra la represa desde el sindicalismo obrero tuvieron insólitos accidentes entre el cemento y entre los hierros que por allí circulaban. Hay muchas historias de estas que se pueden contar y que se pueden encontrar en toda esta aberrante trama que tiene Yacyretá en el litoral.

– Esta denuncia contra Yacyretá los ha llevado a movilizarse por todo el país.

Sí, en realidad yo venía desde hace muchos años cantando y siendo músico, trovador, cantor con la viola; pero bueno, empecé a juntarme con mis compañeros, con músicos que han pasado por nuestra banda y que en algún momento han aportado algo y los que actualmente están conmigo, poniendo el corazón en esto.

Por esas cosas de la vida pudimos acceder a un sueño que es la compra de este colectivo que a veces se empaca un poquito y no quiere arrancar, pero que una vez que arranca es imparable. Y con esta posibilidad que no todos los músicos populares tienen, que es la de moverse por sus propios medios, emprendimos un planteo cultural que tiene dos partes y las dos están en funcionamiento. Una es la de los viajes y la otra es la de un centro cultural instalado en Posadas, en un barrio de relocalizados. El centro cultural se llama Chaloy Espacio Cultural, en homenaje a un gran bandoneonista, músico popular de Misiones, que en todos los barrios lo quieren mucho y que nunca había sido reconocido.

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Chaloy Espacio Cultural generó proyectos que fueron muy lindos para Posadas. Liliana Herrero, la murga Falta y Resto, Raúl Barbosa, Luis Salinas, los hermanos Fattorusso, Willy González, Pappo, Botafogo, Javier Malosetti y Walter Malosetti, el Teatro Negro de Bulgaria, Shalil Shankar y un montón de gente más que jamás hubiera ido a Misiones si no fuera porque Chaloy hacía sus esfuerzos de producción y llevaba estos artistas a que el pueblo de Misiones los vea. Siempre realizando un taller, una parte educativa antes con estas eminencias que acabo de nombrar. Obviamente el Negro Fontova ha sido alguien que fue y que no solamente cobró y se volvió sino que dejó mucho para Misiones. El Negro es nuestro amigo y le debemos un montón de cosas, ha grabado con nosotros la otra parte del proyecto que es el disco y el colectivo. O sea, el centro cultural está instalado, no está más en el centro, porque nos echaron del centro de Posadas.

– Los relocalizaron.

Nos relocalizaron. Sabemos en carne propia lo que es ir a vivir a un barrio de relocalizados, y fue real, con la policía, con todas las de la ley, aunque sea contradictorio. (Se ríe) ¡Con todas las de la ley!

Y estamos allá y le agradecemos al Secretario de Cultura de nuestra provincia que nos favoreció con este desalojo, y a la jueza también, por supuesto, porque nos dieron la oportunidad de estar en el barrio. Y en el barrio hay otro grupo de amigos que siguen adelante. Nosotros viajamos y grabamos un disco que se llama Agua Bendita y que tiene en su haber algo muy lindo, que es una biblioteca popular que está en el norte de Misiones, en la frontera con Brasil, en San Pedro. San Pedro es el municipio más grande de Misiones, el que más frontera y más selva tiene con Brasil, y el que más chicos tiene en la frontera de la selva, del monte, y estos chicos hablan todos el portuñol. Con otro amigo nuestro que se llama Fabián Gómez -un gran artista para los chicos y para los grandes también- iniciamos una campaña de juntar libros, y juntamos 11.500 libros en un año, grabando una canción con él y difundiendo un tema que se llama La mojarrita. Un tema que habla de cómo la mojarrita se quedó sola porque Yacyretá echó a todos sus amigos – a los salmones, los surubíes, los dorados -, ella se quedó sola simplemente falando portuñol con un sapo que toca el pandeiro. Esta canción la hacemos en todos los shows y nos hace pedir donaciones de libros que van llegando todo el tiempo. Ya estamos por formar la segunda biblioteca en otro pueblo.

Sin irme por las ramas, el proyecto del viaje tiene al colectivo como protagonista de un formato de gira que salió el 7 de agosto de la Triple Frontera [Argentina, Brasil y Paraguay] implementando un sistema de atentado cultural, ya que [George W.] Bush y su pandilla han expresado que desde la Triple Frontera se financia el terrorismo. Salimos de ahí con un mural pintado por Carlos Nievas, que es el muralista del grupo. El mural decía: «No somos terroristas. Firma: El mono, el tucán, los guaraníes, los chicos de las escuelas, los vecinos de Puerto Iguazú».

La gira siguió, ya pasamos por Bolivia con la gente de [el presidente] Evo [Morales], en un festival que se llama Festiweta, que estuvimos el año pasado, siempre dejando un mural de regalo. Viajamos por 10 provincias argentinas y tres países latinoamericanos, ahora continuamos con el resto del país y queremos ir a Uruguay a decirle a los hermanos uruguayos que nosotros queremos defender el río y no pelearnos con ellos. Queremos ir a Paraguay nuevamente, a Brasil.

El disco fue grabado en esta gira, ya está editado, tiene tomas en El Dorado y en Posadas, con participaciones de Raúl Barbosa, de Piñón Fijo, Fontova, de una batucada que se llama Espiral Samba Show. El disco en sí ya es un movilizador cultural, más allá de que después lo vendas para sobrevivir y todo eso, como hacemos nosotros.

Nosotros vivimos de esto porque si no sería un hobby, es decir: «Ta bien, vamos a tocar a un lugar, como lo estamos haciendo en este ciclo Agua Viva, pero si no pasamos la gorra y no vendemos discos, ¿cómo vamos a vivir?». Si nosotros estaríamos dedicados a otra profesión y haríamos esto con el tiempo que nos sobra»¦ ¡y, no lo podríamos hacer como lo estamos haciendo! Viajar 10, 15 días, dejar a nuestros hijos, a nuestras familias, lejos, con todo lo que esto implica. Por eso me parece algo muy honesto que todo el mundo sepa que nosotros vivimos de esto y para esto, sobre todas las cosas.

– ¿Cuántos kilómetros han recorrido con Dino?

El Dino tiene un motor que viene desde hace 4 años sin parar, calculo que hay meses que le hemos hecho hasta 5 mil kilómetros. Creo que lo mínimo que se le hace por mes son mil, mil y pico de kilómetros. Entonces eso multiplicado por 4 años»¦ creo que da bastante.

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El colectivo tiene en su interior lo necesario para que nosotros podamos viajar, comer y hasta alojarnos cuando no tenemos un lugar determinado. Además, desde la parte comunicacional, lo utilizamos como pantalla de video, porque en una de sus paredes se despliega una pantalla y se puede proyectar – tenemos cine móvil. Tenemos un transmisor de radio que puede emitir con 60 vatios, para un pueblo de 2 mil, 3 mil habitantes tranquilamente puede generar una radio abierta y que irradia de verdad. Una señal que está en el 107.3 y que pretendemos este año – junto con la otra radio que está instalada en Chaloy – formar parte de FARCO [Foro Argentino de Radios Comunitarias]. También tenemos la posibilidad de hacer la convocatoria desde el parlanteo, desde la propaladora: ponemos dos bafles en las puertas y salimos a invitar a los vecinos a que nos encontremos a la tardecita en la plaza. Esto con muy buena potencia, con lo cual se enteran sí o sí.

Creo que tenemos todo para ser felices porque nos gusta lo que hacemos y hay mucha gente que nos ayuda. En lo económico a veces nos falta pero nos sobra en el otro sentido, entonces se compensa.

– Volviendo al principio, ¿qué es el Paraná?

Para mí ahí hay un problema de conjugación, yo no podría decir qué es para mí porque somos parte de lo mismo y si el Paraná no está, a mí me falta algo. Esto lo entiendo muy bien tal cual los hermanos guaraníes lo entienden. Yvy, por ejemplo, significa tierra; tierra es «lo que está debajo del agua». El agua es todo, absolutamente todo, forma parte de la mitología, forma parte de la propia vida espiritual de nosotros, los del litoral. Por suerte he aprendido a sentir estas cosas, cuando tengo un problema muy grave, que no puedo solucionar, le pido a la naturaleza, tal cual le podría pedir como hacen muchas personas a dios, a su dios, al dios que creen. Yo sé que el espíritu del río, que trato de defender con mis canciones, siempre me va a ayudar para que estemos bien y no nos pase nada.

El otro día cruzamos la cordillera [de los Andes] con el colectivo, con mucho miedo, porque cualquier cosa que falle íbamos a terminar siendo noticia, una noticia que no queríamos. Pero le pedimos a la montaña que nos deje pasar y así fue, un éxito nuestra travesía. Con el río pasa lo mismo: él es el dueño de nuestros actos y por él estamos vivos, cuando él se muera nosotros también.

Por Hernán Scandizzo (Indymedia) y Carolina Ricaldoni (ANRed)



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