24/03/2007

«A pesar de los secuestros, de las amenazas, los aprietes que recibimos por parte de los asesinos, y del poder político de turno, vamos a seguir resistiendo»

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Al cumplirse el 31 aniversario del último Golpe militar, la Agrupación HIJOS realizó -como todos los años- un acto en Plaza de Mayo. «Vamos a seguir resistiendo, vamos a seguir luchando», afirmaron en el documento. No faltó mención a Jorge Julio López, quien permanece desaparecido hace ya más de medio año: «Hace 31 años la sociedad decía que no sabía que en el país estaban deteniendo, torturando y desapareciendo a compañeros, hoy la sociedad sí sabe que Jorge Julio López no aparece y nuevamente todos son cómplices».


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Como lo viene haciendo todos los años, poco antes de que dieran la hora 3, del 24 de marzo, una columna de la Agrupación HIJOS ingresó a la Plaza de Mayo. Veinte minutos más tarde daban lectura -entre silbidos- al primer comunicado de la Junta Militar, que hace 31 años instauraba un régimen de terror que incluiría torturas, asesinatos y desapariciones.

Minutos después se leyó una carta dirigida a sus padres para esta fecha. En ese documento se dejaba en claro que a pesar de las amenazas y del secuestro que sufrió uno de sus integrantes, las banderas estaban bien en alto. «Vamos a seguir resistiendo, vamos a seguir luchando».
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A continuación, la agencia de noticias RedAcción (ANRed) reproduce el documento -en formato de carta- leído en Plaza de Mayo por Ramiro González.

Queridos viejos:

Hace unas semanas anduve por la casa donde ustedes vivían, la verdad que no la conocía, pero sin embargo sentí como si ya antes hubiera estado ahí, como si juntos hubiéramos estado ahí.

En realidad, creo que en el momento que mi pie cruzó la entrada de aquel hogar, sentí que me estaban esperando con los brazos abiertos, e imaginé escuchar sus voces dándome una bienvenida, con esos mismos labios que hace 31 años pronunciaban palabras en contra de los asesinos, labios que se movían comunicando al mundo que había una alternativa posible y que el capitalismo no debía vencernos.

¡Ay, viejos!, quisieron callarlos, y los asesinos creyeron que lo habían logrado, pero no…, sus palabras vuelven a nacer en las mías, en la de mis compañeros, en la del pueblo. Hoy mi garganta grita, y en ese grito también se escuchan los suyos, que reclaman esa justicia que nunca llega, esa justicia cómplice en la que nunca creímos.

Viendo algunas fotos suyas, veo sus brazos, sus manos…, ¡parecen fuertes!, es que claro…, para mantenerse en la lucha y levantar semejantes banderas se requiere mucha fuerza.

Por eso quisieron cortarles los brazos, y también creyeron haberlo conseguido, pero de nuevo se equivocaron…En mis brazos y manos están las suyas, que también levantan la bandera de la revolución en cada acción cotidiana, al extenderlas al servicio de mis otros hermanos, de aquellos hermanos y hermanas que hoy sufren las consecuencias del individualismo, aquel que ustedes advirtieron hace ya 31 años, y que el silencio de la sociedad solo traería con el tiempo más miseria, más muerte.

Pero prefirieron no escucharlos y así estamos; miles y miles de niños y niñas descalzos en cada rincón de esta ciudad pidiendo una moneda para poder comer, mujeres y hombres desempleados o trabajando en condiciones de explotación, luchadores populares reprimidos o vistos por el resto de sus pares, como otro tipo de seres humanos, vistos como criminales, como terroristas.

En realidad los criminales y los terroristas son otros, son aquellos que tienen la decisión y el poder político, y no actúan, permitiendo la muerte de tantos hermanos y hermanas.
Los grandes grupos económicos que con su afán de lucro y su apetencia de riqueza, nos terminan matando.

El aparato represivo del estado que vela por la seguridad del capital.
¿Te acordás del no te metas? , hoy vuelve a resonar en el inconsciente, o conciente colectivo, salvo que…. les toquen los ahorros, y ahí si, con cacerolas en la mano todos y todas a la calle.

Cuanto egoísmo, cuanto individualismo, cuanta hipocresía.

Hace 31 años la sociedad decía que no sabía que en el país se estaban deteniendo, torturando y desapareciendo compañeros, hoy la sociedad sí sabe que Jorge Julio López no aparece y nuevamente todos son cómplices. ¿Cómo puede ser posible que la gente no acompañe la lucha que varios estamos llevando adelante? ¿Como puede ser que los diputados oficialistas que tanto se llenan la boca hablando de los Derechos Humanos, no se dignen a ocupar sus bancas para anular los indultos a los genocidas?

Es solo lavada de cara, política de estado, mentiras y negociados.

¿Como puede ser posible que con todos los servicios de inteligencia y las fuerzas armadas que responder al gobierno nacional no devuelvan a López?, ¿como puede ser que no se pueda identificar a los que secuestraron a Leiva, a los que golpearon a los hermanos montes, a los que lastimaron a la familia Saborido, a los que me secuestraron?
Es por todo esto, que sus vidas quisieron desaparecer, e intentan ensuciar.
Pero los verdugos no lograran jamás que se encierre a tantas victimas en las tinieblas del olvido.
Por eso sus vidas se encarnaron en la mía, y ya no soy uno, ni siquiera somos dos, somos casi todo un pueblo que luchamos para que el genocidio que se inició hace 31 años e incluso más, llegue- de una vez- a su fin.
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Ya no somos chicos, somos hombres y mujeres que estamos dando la batalla una, y otra, y otra vez, para lograr el modelo de país que ustedes soñaron.
Somos quienes nos indignamos día a día al ver a los genocidas actuando de manera impune, somos quienes creemos que otro mundo es posible, un mundo donde se construyan relaciones sociales a través de los lazos de solidaridad, donde se piensen y se realicen practicas colectivas, donde la mujer y el hombre sean verdaderamente libres.
Y así , finalmente viejos podamos unir nuestros brazos levantando las banderas de la victoria, y nuestras voces gritaran que será así por siempre.

Estamos convencidos hoy mas que nunca que no hay que dar ni un solo paso atrás, que a pesar de los secuestros, de las amenazas que recibimos, los aprietes, y demás intimidaciones de parte de los asesinos, y del poder político de turno, vamos a seguir resistiendo, por ustedes, por nosotros, por nuestros hijos y por nuestro pueblo que tanto amaron.

Hasta que cada asesino y cómplice sea castigado, hasta que cada hermano conozca su verdadera identidad , hasta que sepamos cual fue es destino de ustedes y sus compañeros, hasta que se desmantele el aparato represivo que hoy sigue intacto, hasta que se le de una solución concreta a la protesta, hasta que no tengamos ningún luchador preso, procesado o perseguido, hasta que el gatillo deje de ser fácil, hasta que las multinacionales y los grandes terratenientes devuelvan a los pueblos originarios las tierras que les corresponden.
Vamos a seguir resistiendo, vamos a seguir luchando.

Hasta la victoria, queridos viejos.

30 000 COMPAÑEROS DETENIDOS- DESAPARECIDOS. ¡PRESENTES! ¡AHORA Y SIEMPRE!
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