18/03/2007

Homenaje a Olga Arédez

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A dos años de su fallecimiento, el Centro de Acción Popular Olga Márquez de Arédez (CAPOMA) organizó un homenaje para la fundadora de Madres de Detenidos- Desaparecidos de Ledesma. La jornada incluyó charlas, musicales y exposiciones de fotos.


Alrededor de las 16, se congregaron decenas de personas para rendir homenaje a Olga Márquez de Arédez, quien supo denunciar la complicidad de los Blaquier, uno de los grupos económicos más poderosos de la Argentina, con la dictadura militar instaurada el 24 de marzo de 1976, el mismo día que secuestraban al esposo de Olga, el médico Luis Arédez.
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El acto comenzó con las palabras de algunas madres de la Línea Fundadora. Una de ellas se emocionó: «Olga, te necesita tu gente de Jujuy. Te necesitan los obreros». Y agregó: «Era una mujer maravillosa, aún cuando estaba enferma por culpa de ese maldito veneno que larga Ledesma». Alba Lanzilloto, de Abuelas de Plaza de Mayo, la recordó: «Militaba con alegría. Era una mujer de este mundo, que pisaba la tierra».

Quizás era tan de este mundo, que su lucha no cesó con su muerte y otros continuaron levantando su bandera, a pesar de que enfrentarse con el poder pudiera resultar costoso. Así quisieron dejarlo en claro quienes a fin del año pasado entraron a la casa de Olga Arédez y provocaron serios destrozos – al mismo tiempo que era detenido Julio Gutiérrez, un militante allegado a la causa.

«Todavía no hay nadie señalado, no se sabe quién fue pero tiene una causa: Los chicos se estuvieron moviendo, se hizo una movilización y siguen en pie, tratando de sostener el lugar y de que la gente se acerque, a pesar de todo . En vida de la doctora esto también lo sufría, así que es como una moneda corriente», le contó Gabriela Ríos de CAPOMA a ANRed.
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«Sigan ustedes»

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«Queridos compañeros, sigan ustedes. Yo hice lo único que pude: la marcha para levantar la dignidad de mi pueblo de Ledesma, las denuncias contra los crímenes de la empresa Ledesma». Quizás podría sonar como pedido pero esas palabras deben entenderse como un legado de lucha, un imperativo de resistencia.

Olga Márquez de Aredez falleció hace ya dos años. Murió el 17 de marzo de 2005 a causa de un cáncer de pulmón, eslabón final de la bagazosis, una enfermedad provocada por el bagazo de la caña de azúcar. Ese bagazo que no es otra cosa que los desechos del ingenio Ledesma y cuyo olor impregna toda la ciudad.
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Consecuente con su lucha, Olga inició en sus últimos días un reclamo para evitar que la contaminación producida desde el ingenio no siguiera cobrándose más vidas. Esa pelea, como ella pidió, sigue siendo la causa de muchos a pesar de las amenazas, a pesar de las detenciones arbitrarias, a pesar de los destrozos.

Su lucha, la lucha de Olga se mantiene en pie. La causa por contaminación contra Ledesma ya llegó al Supremo Tribunal jujeño. La jornada por el aniversario de la «Noche del Apagón», se sigue realizando y se sigue pidiendo justicia por esas más de 30 personas que aún continúan desaparecidas después de haber sido arrancadas de sus casas y trasladadas en camionetas con el logo de la empresa de los Blaquier.
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«Esta es una de las miles historias de lucha y resistencia del pueblo argentino para construir una sociedad con justicia para todos y todas, quizás les extrañe la soledad en que sigo esta tarea pero considero que si no hubiera hecho esto, nada se conocería de lo ocurrido en esa época en los pueblos del interior y la alianza entre poder económico, Iglesia y el silencio de los políticos», escribía Olga en junio de 2004.

Su denuncia, su vuelta- aunque en oportunidades solitaria- se convirtieron en ejemplo, en paradigma. Su bandera y su búsqueda, esa que le susurraban las palabras de su abuela, siguen siendo un mandato: «Nosotros tenemos que enterrar a nuestros muertos, elaborar nuestro duelo». Y hasta que esto no suceda, Olga seguirá marchando.

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1 comentarios

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  1. Alberto · 2019-07-19 16:54:13
    Una mujer que dio ejemplo de LUCHA y RESISTENCIA a la violencia de los prejuicios de la clase media de comerciantes, de una ciudad con estudios medios y superiores hace más de 50 años, un ejemplo de patria su vida.

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