Protestas en el Conurbano por inundaciones

Gran parte de la población del sur del Gran Buenos Aires está movilizada y protestando debido a la crisis sanitaria y habitacional en la que se encuentran hace años, hoy agravada por el temporal. Los vecinos de Claypole ya conocen de memoria el trillado argumento de los «desastres naturales» que los funcionarios les ofrecen cada vez que sus casas y calles se convierten en ríos. Muchos de los habitantes de esta localidad desde hace años carecen de agua potable y cloacas. Otros tantos viven en tomas de tierras, donde tampoco se cuenta con servicios básicos. En protesta por estas condiciones, un grupo de vecinos de Claypole decidió cortar esta tarde las calles Alsina y French para manifestar sus reclamos.

También en el barrio Don Orione salieron a cortar las calles por la falta de luz. Hay zonas intransitables que la policía ha cortado. Para los próximos días, el Foro Hídrico de Almirante Brown anuncia cortes en Lacaze y el puente de Claypole.

El problema que más ha afectado en los últimos años estos barrios es el ascenso de napas que se puede adjudicar a diversos factores: los climáticos por el aumento de lluvias o el cierre de industrias que utilizaban agua subterránea. Sin embargo, la causa fundamental del ascenso de napas es un problema contemporáneo y comienza cuando se cambia el sistema de provisión de agua potable. La ex Obras Sanitarias extraía el agua por bombeo del acuífero Puelche, a través de 110 pozos de 70 metros de profundidad. Luego de la privatización, la concesionaria Aguas Argentinas S.A. decidió cerrarlos para extraer agua del Río de La Plata, un recurso que es más económico para la empresa pero que pone en riesgo la salud de la población.

La estrategia de Aguas Argentinas de extraer agua del Río de La Plata y dejar de obtener agua del Acuífero Puelche provocó su crecimiento. El agua entonces comenzó a presionar sobre El Pampeano (primer capa freática), que a su vez presionó sobre la napa. Esta situación desencadena en el ascenso de las napas en los partidos del conurbano. Las inundaciones son la consecuencia inevitable de este sistema.

Actualmente, muchos barrios y localidades del Gran Buenos Aires están inundados y con graves problemas. En este momento, en la toma de tierras de San José, en Claypole, en el barrio de 2 de Abril de Calzada y en La Cumbre de Burzaco las chapas de los techos se volaron, además se suma que las calles son de tierra y están intransitables. Por otro lado, el arroyo San Francisco que bordea la zona no está limpio y acumula todavía más agua; y el recientemente entubado arroyo «Las Piedras» desbordó hace un tiempo y amenaza con hacerlo nuevamente.

Las inundaciones también afectan la economía de la población ya que al llenarse los pozos ciegos, inundarse los sótanos y las fosas mecánicas, hay que desagotarlas y arreglarlas.

Los arroyos que bordean estas localidades están obturados por los auténticos diques de basura, lo cual contribuye todavía más a la acumulación de agua. Y si a esto se suma que los residuos industriales tienen como destino esos cursos de agua, y a través de ellos llegan al Río de la Plata, y por filtraciones a las napas de agua de las que se sirve la población, se deduce una situación alarmante en lo sanitario. A las napas van también las pérdidas de las cloacas, de los desagües y de los pozos ciegos de los habitantes carentes de red cloacal.

Las consecuencias del ascenso de napas son múltiples: casos de enfermedades transmitidas por el agua contaminada; daños de tipo material como la rotura de calles, humedad y rajaduras de las viviendas, escuelas y hospitales.

Las soluciones impulsadas por la empresa luego de la estatización todavía están lejos de llegar a reparar los problemas actuales. Se tomaron medidas paliativas como la colocación de bombas de drenaje, pero no se trata de una verdadera estrategia que solucione el problema de fondo.