01/07/2017

Absolución al policía que mató a Kiki y Ezequiel: «Es un cheque en blanco a las fuerzas de seguridad»

ddakai7waaapy16.jpg_large.jpgLo declaró el abogado de la familia Lezcano, Matías Busso, en la conferencia de prensa que dieron el 28 de junio luego de la sentencia absolutoria. También dijo que apelarán el fallo. Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco fueron asesinados por el policía Santiago Veyga, quien sostiene que se trató de una situación de defensa personal en el marco de un robo. Tiempo después de los fallecimientos, un video difundido demostró que los dos chicos fueron torturados por efectivos de la Policía Federal. Allí se oyen varias voces gozando ante la agonía de Kiki Lezcano. Por La Retaguardia.

La absolución

«Sentimos mucha angustia y mucho dolor. Para que pudieran entrar más personas hemos realizado pedidos, también para que pudiera entrar la prensa. No se entiende cómo los funcionarios judiciales están acostumbrados a que sus decisiones sean de espaldas a la sociedad. Por eso sentimos que esto es un compromiso, más allá del dolor y la angustia. Incluso aunque jurídicamente no haya mucho para decir porque aún no están los fundamentos», comenzó Matías Busso, abogado de la familia Lezcano. Considero que «esta resolución es un cheque en blanco a las fuerzas de seguridad. Sienta un precedente alarmante y Veyga va a volver a la Fuerza».

Además, Busso se pronunció sobre la ausencia de la prensa: «El poder judicial debería ocuparse de que sus actos sean públicos y todo el tiempo puso resistencia. Hubo un destrato total con los familiares. Nuestro pedido ni siquiera tenía que ver con lo público de la causa, era una cuestión humanitaria. La familia Lezcano se compone de siete hermanos, y son dos familias que tuvieron que ir rotando para formar parte de un juicio al que esperaron ocho años», denunció. «El Tribunal no entendió o tenía la decisión tomada desde el primer día», deslizó Busso.

«Este juicio tuvo cuatro audiencias que para nosotros fueron muy duras. El juicio, para las víctimas, tendría que ser una reparación, un derecho. Angélica tenía derecho, sin embargo nos hicieron pensar que estábamos de prestado. La Justicia que no es pública no es justicia. Para el último día montaron un operativo policial desmesurado. Maltrataban a las víctimas», aseguró. Para Busso, «no se puede pasar por alto, no es una cuestión menor en un juicio. Vamos a apelar este fallo en Casación, pensábamos que no quedaba otra que la condena».

El abogado mencionó ejemplos del maltrato: «En la segunda audiencia, la presidenta del Tribunal Oral dijo que libró un oficio para que no se organice una manifestación en la puerta, una concentración nutrida de alegría y amor, para que no se permitieran ‘actos antidemocráticos y no propios del estado de derecho, de acuerdo a los incidentes que ocurrieron en la puerta’. Se había montado un operativo cuando no ocurrió nada», aseguró. En este sentido, consideró que «molestaba la publicidad ¿Cómo van a decir que la familia es antidemocrática? Ocho años esperaron un juicio, dos meses estuvieron desaparecidos Kiki y Ezequiel. Y están acá. Están esperando que ustedes les digan qué tienen que hacer. Lo tenían a metros a Veyga. Nadie dijo nada, nadie le dijo nada», insistió acerca del comportamiento de los familiares ante cada maltrato.

Angustia de madre

Angélica Urquiza, la mamá de Kiki, intervino en el mismo sentido: «Nos dijeron que no podíamos armar la radio abierta por ruidos molestos. No entendemos lo que pueden mandar los jueces, así que acordamos bajar el volumen. Hicimos la olla popular para los compañeros de Zavaleta. La jueza se pedía café con crema, con sandwich. Veyga en esa primera audiencia estaba con la cabeza gacha. Después, su abogado mascaba chicles, se tocaba la cabeza, hacía gestos», graficó acerca del cambio de humor del policía con el transcurrir del debate.

Sobre los indicios de la sentencia que emitió el Tribunal, Angélica dijo: «Yo no perdía la esperanza. Ya sabíamos que el que había filmado el video era Santiago Veyga. Yo se lo dije a los medios. Se me sale el corazón pero la voz del que le dice a mi hijo: ‘Arrancá ahora, arrancá, guacho, putito, hijo de puta, arrancá’, es Santiago Veyga. Nunca se investigó si su hermano (también policía) había estado en esa comisaría. El hermano lo ayudó a mover los cuerpos de Kiki y Ezequiel».

Busso graficó otro destrato: «Veyga fue a todas las audiencias, sólo faltó a la sentencia ¿Por qué lo hacen evidente? La familia no quiere venganza, quiere justicia. ¿Por qué al dolor que generan dos pérdidas el poder judicial le tiene que agregar todo el resto?», se preguntó.

Angélica recordó: «Me invitaban a salir del lugar con policía y dije ‘señor, hace siete años y once meses que vengo a los tribunales. No me acompañe porque los conozco de arriba abajo’. Me querían acompañar porque lo tenían que sacar al señor Veyga. Custodiado, disfrazado. Lo tienen que cuidar de su propia conciencia, no de mí. Yo no quiero que se muera, sino que pague por lo que hizo», sintetizó. Además se refirió a la frustración por la sentencia: «Para mí, este juicio me llevaba todo lo que puedo tener dentro mío. Todos los sentimientos. Es lo que venía pidiendo, luchando. Pero hay una justicia para los que tienen plata y una justicia para los que no tenemos. Ellos lo tienen resuelto desde el primer día: ‘A estos negros que vienen a pegar cartelitos’… Yo no quería romper nada ni pegarle a nadie. Es lo que pido desde el día 8 de julio de 2009».

Luego intervino Verónica, hermana de Kiki: «Como hermana, sentí que me faltaron el respeto desde el primer día que empezó la audiencia cuando nos garantizaron un juicio oral y público y empezaron a poner obstáculos para que los medios de comunicación no entren. Para que nadie le saque fotos a Veyga. Cuando lo cuidaban para que no se ponga nervioso. En una sala donde nos revisaban totalmente. No podíamos creer la falta de respeto de los jueces, los secretarios, la policía. Siento mucha bronca e impotencia», lamentó. «Siendo una piba de barrio sentí que somos superiores a estos tres jueces que ni siquiera miraron el video donde Jonatan agonizaba. Ven una madre con el corazón a pedazos pidiéndoles por favor justicia. Mi mamá me enseñó a respetar. Respetamos en todo momento. En la primera audiencia tenía la cabeza gacha y en la tercera ya se nos reía».

La investigación

«Los dos involucrados, Veyga y su hermano, eran ambos de la Policía Federal. Sin embargo, investigaron sus propios compañeros. Desde el principio, hasta en el video, se notó un revanchismo y una animosidad con las víctimas. La sentencia dice que se van a enviar las actuaciones al ministerio de Seguridad para que se investigue cómo se actuó en este procedimiento», relató Busso. «Nuestras primeras apreciaciones son estas. Las cuestiones más técnicas las vamos a poder analizar luego del 4 de julio cuando estén los fundamentos de la sentencia. Más allá de la condena, este juicio se trataba de saber qué pasó con sus seres queridos, y nunca lo entendieron. Nos rechazaban preguntas», recordó.

Por último, el abogado expresó que apelaran: «Seguimos confiando en la justicia porque Casación nos dio la oportunidad de tener hoy un juicio oral y vamos a aplazar el fallo con la esperanza de que se revierta».

Gatillo fácil: ¿política de Estado?

La Retaguardia consultó a los participantes de la conferencia acerca de si consideraban que el gatillo fácil es una política de Estado, que trasciende gobiernos. El abogado Busso expresó: «No sé a qué te referís con políticas de Estado. Yo creo que es algo que está enquistado, más allá del caso. Me parece que hay algo que está enquistado y está convalidado. Es algo más lógico del poder judicial. Si me preguntás ¿quién es el responsable de todo esto?, más allá de una política de Estado te diría que es el Poder Judicial, porque es el que tendría que haber controlado todo esto desde el principio y no lo hizo. Es un poder, como sabemos, no voy a decir antidemocrático, pero sí que no se somete a ningún tipo de contralor popular. De hecho ya vemos los problemas que tiene cuando tiene que hacer públicos sus actos. Me parece que ahí está el dilema y ahí está la discusión. Si en lugar de (el juez de instrucción) Cubas recibir las llamadas del procedimiento y dejar 12 días el sumario en la Policía Federal y hubiese ido al lugar porque había dos fallecidos, o hubiese mandado a una persona a que vaya a constatar, un civil que vaya a controlar a la policía, me parece que sería mucho más difícil que se diera la impunidad que se dio. O si se hubiese cambiado la fuerza de seguridad, y que en lugar de que fuera la Policía Federal (la que actuara en los primeros días) sea Gendarmería, como era la práctica judicial habitual… Considero que sí es un tema sistémico, enquistado, con un corporativismo de la parte de las fuerzas de seguridad para protegerse y una convalidación del poder judicial en ese sentido. Esto por lo menos es lo que se vio en esta causa: los policías tratando de cubrirse y un juez que convalidó eso. Por eso nosotros más allá de Santiago Veyga, no vamos a dejar de nombrar a Facundo Cubas como uno de los mayores responsables del sufrimiento que pasaron Angélica, Luis, Verónica, Elizabeth», cerró Busso. Lo que vino después fue lo que ya se se había visto antes de la conferencia: una fila para abrazar a Angélica, desbordada de dolor, como en un velorio, como en una segunda muerte.



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