Acampe de los trabajadores de Pepsi-Quilmes
A lo largo y ancho del país, familias obreras resisten el ajuste que hacen pesar en sus espaldas el gobierno y las patronales, tomando la iniciativa a través de diferentes formas de lucha y organización. Trelew no está exenta de esta realidad: desde el último martes 20 de junio, los trabajadores de la envasadora de Pepsi, de la empresa Maltería Quilmes, que pertenece a la multinacional AB InBev, realizan un acampe en el portón de la planta, tras haber sido despedidos por el cierre de la misma. Por Autoconvocadxs.
Fue el 29 de mayo cuando, sin previo aviso, los trabajadores fueron notificados del cierre. El mismo, lo justificaron por la caída de las ventas en el último período, dejando a 48 trabajadores, y a las familias que dependen de ellos, en la calle, sin importar las consecuencias de esta desinversión, basados en la frialdad de una tasa de ganancia que no cumple con sus expectativas burguesas.
La medida de fuerza iniciada esta semana cosiste en un acampe, por tiempo indefinido, en el portón de la envasadora Pepsi, al costado de la ruta 25, allí fogón de por medio, los trabajadores se organizan en asambleas, se organizan en asambleas, se mantienen informados de lo que va sucediendo y se va turnando de a grupos para que siempre haya alguien.
En conversación con los trabajadores despedidos, los mismos relataron que se encontraron de un día para otro sin trabajo, totalmente a la deriva, ya que a pesar de la gravedad de la situación, en ningún momento fueron apoyados y asesorados por el Sindicato Unido de Trabajadores de la Industria de Aguas Gaseosas y Afines (SUTIAGA). Por el contrario de esto, luego del cierre fueron convocados a una «reunión” en el edificio del sindicato, donde sorpresivamente se encontraron con los abogados de la empresa para negociar las indemnizaciones. Uno de los trabajadores relató: «Los del sindicato hasta les prestaron las impresoras para imprimir las actas donde nos hicieron firmar”. En ese momento, bajo presión y sin asesoramiento, arreglaron indemnizaciones hasta un 40% más bajas de lo que les corresponde.
«Con el correr de los días fuimos cayendo en la cuenta de lo que había pasado”, nos decían, señalando el momento en que decidieron juntarse, organizarse y comenzar con su legítimo reclamo. «Así surgió la idea de impulsar una cooperativa que vuelva a poner en funcionamiento la planta envasadora y recupere la fuente de trabajo para todos los que fueron despedidos”, añadieron.
Uno de ellos, de 32 años de trabajo en la planta, garantiza que tienen un proyecto ambicioso, que busca asegurarles trabajo a ellos, y a sus hijos y nietos en un futuro, además de un ejemplo y precedente de autogestión y organización obrera.
El principal peligro era el vaciamiento de las maquinarias que se encuentran en la planta: «Nosotros permitimos que se lleven toda la mercadería, para que no se pudra; pero cuando nos enteramos que estaban por sacar las maquinas, decidimos venir todos a la puerta del predio para evitar que vacíen la planta”, comentó uno de los obreros en la entrevista. La perspectiva de retomar las riendas de la producción, se basaron en una simple e ilustrativa idea: «Los jerárquicos venían y hacían numeritos nada más. Nosotros tenemos la capacidad de hacer funcionar esta planta”, añadió.
En virtud de su reclamo, no tardó en acercarse la solidaridad del pueblo trelewense, más aún desde que tomaron la medida del acampe. Desde ese momento, son numerosas las bocinas que escuchan desde la ruta, con puños cerrados saludando desde los autos; los
vecinos que acercan leña, tortas fritas o directamente se arriman al fogón; los medios alternativos y populares y la difusión generalizada a través de las redes sociales. A su vez, los trabajadores fueron recibidos por autoridades municipales y dirigentes de la CGT.
En el país existen 4 plantas envasadoras de la línea Pepsi, la de la ciudad de Trelew es la 4ta en caudal de producción que abastece a toda la zona patagónica: desde Río Colorado hasta Río Gallegos.
Los obreros contaron que desde ese 29 de mayo les cuesta dormir, que piensan y repiensan la situación, la crisis, y las herramientas de lucha que les toca utilizar. Eso los mantiene juntos, en familia, en un presente de lucha contra los que vienen a robarse todo: ante el vaciamiento de los empresarios hay respuesta y organización obrera. Los trabajadores saben muy bien que no sólo pelean su situación, sino que muestran el camino a todxs lxs trabajadorxs de la zona: «Nosotros acá sabemos que nuestra lucha es simbólica para toda la ciudad”.