¿Por qué está de paro la Línea 60?
El jueves 1º de junio el grupo DOTA -actual gerenciador de MONSA Línea 60- hizo efectivos los despidos de 10 empleados y las suspensiones de otros 19. Como respuesta, los trabajadores lanzaron un paro y la promesa de intensificar la medida con otras acciones contundentes. En esta cronología te explicamos las razones. Por Trabajadores Línea 60.
En junio del 2010 el grupo DOTA -uno de los monopolios más grandes del transporte de pasajeros- se hizo cargo de la administración de la fundida Línea 60. Al poco tiempo los trabajadores denunciaron aprietes y la presencia de sicarios armados y barras bravas del Club Nueva Chicago. Según los delegados gremiales, DOTA buscaba «sacarse de encima» la organización sindical en la empresa y, de esa manera, aplicar las condiciones de trabajo que utilizan en todas las lineas que administran: desconocimiento del convenio colectivo, tercerizacion y trabajo en negro.
En junio de 2015, el grupo DOTA despidió a 53 chóferes; los trabajadores respondieron con una medida innovadora: el no cobró de boletos. La respuesta de la empresa fue vaciar las cabeceras, generando un lock out patronal. Luego de 42 días de lucha, y de una feroz represión en la Panamericana, los trabajadores lograron la reincorporación de los despedidos y el pago parcial de los días caídos.
En agosto de 2016, DOTA comunicó la mudanza de la terminal de Constitución a un predio nuevo en el barrio de Barracas, al que ellos calificaron como «una cabecera modelo». Sin embargo, el Cuerpo de Delegado denunció que la terminal no estaba habilitada y que no contaba con las condiciones mínimas de seguridad e higiene; haciendo especial hincapié en los autoelevadores, dado que no estaban preparados para sostener el peso de un colectivo.
El 9 de septiembre, el electricista David Ramallo falleció tras ceder un colectivo de uno de los elevadores denunciados: el micro lo arrastró 20 metros, provocándole una trágica muerte. En ese momento, los trabajadores solicitaron ayuda a los encargados de control, pero estos no respondieron al pedido de socorro. Se produjeron algunos desmanes, fruto de la emoción violenta. Se llamó a un paro por el crimen y el grupo DOTA respondió con un nuevo lock out patronal.
Ante el pedido de justicia, por parte de los trabajadores, DOTA contraataco despidiendo a 10 empleados y suspendiendo a otros 19; además, le armaron causas a los delegados sindicales. Tomó cartas el Ministerio de Trabajo y llamó a una conciliacion obligatoria. El lunes 29 de mayo, los directivos de MONSA abandonaron las negociaciones y el jueves 1º de junio hicieron efectivos los despidos y suspensiones.
Los trabajadores, mediante una asamblea, anunciaron una huelga de 48 horas y el inicio de un plan de lucha por la reincorporación y el quite de suspensiones contra los trabajadores injustamente sancionados. A su vez, también reclaman mantenimiento en las unidades, acondicionamiento de los talleres y cabeceras, y que se mejore la frecuencia en el servicio.
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