28/05/2017

Por delitos de lesa humanidad, civiles al banquillo en La Plata

20150327184546_af8.jpgComenzó hace diez días el segundo juicio del país a los crímenes de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), grupo parapolicial predictadura que persiguió a la izquierda y al peronismo de izquierda. Eduardo Soares. El Negro, como lo conocen sus compañeros, integra La Gremial de Abogados y formó parte de Montoneros en el peronismo combativo, ahora forma parte de la querella. Marta Vedio, integrante de APDH La Plata y de Unión por los Derechos Humanos de La Plata y representante de una de las querellas. Las entrevistas fueron realizadas por Alfredo Grande en Sueños Posibles y por Fernando Tebele en Oral Y Público. Por La Retaguardia.

Las características del debate oral

«No por ser conocido, deja de ser dramático lo que sucede en La Plata. Es el segundo juicio en el país contra la Concentración Nacional Universitaria y el primero a los componentes civiles de esa organización. Hablo de los grupos parapoliciales de exterminio del gobierno peronista. Eran grupos chicos que tenían un apoyo altísimo del Estado peronista que empezó en vida de Perón y terminó con el golpe, es decir que estos grupos se reciclaron en las patotas oficiales de las Fuerzas Armadas», informó Soares. Para el abogado, surgieron «el 20 de junio de 1973 en Ezeiza, cuando vino Perón. Fue una de las primeras masacres donde nos encontramos con una lluvia de balas proveniente del palco que manejaba el Partido Justicialista. A partir de ahí, pese a que pudimos llevar adelante algunas tareas de autodefensa y varios dirigentes fueron ejecutados por comandos de las distintas organizaciones armadas peronistas, el problema es que el CNU no es el CNU sino la Policía Federal, o la Armada en Mar del Plata o la Policía Bonaerense en La Plata y es, sobre todo, afiliados y altos dirigentes del Partido Justicialista», aclaró Soares. Además, ejemplificó: «en Mar del Plata, de los que acaban de ser condenados a prisión perpetuo, Gustavo Demarchi manejó toda la justicia federal de la ciudad hasta hace poquitos años. Varios de los demás integrantes también eran funcionarios judiciales, del Partido Justicialista, candidatos a intendentes, esos tipos manejaban el CNU. La defensora oficial en esos años es la que me vino a interrogar a mí cuando estuve en cana, ya habían fusilado a mi viejo. Ella me dice a mí, ‘¿vos qué pensabas que íbamos a hacer con tu viejo? Si colaboró con la fuga tuya de la comisaría’. Esa era la defensora oficial, imaginate lo que era un fiscal», afirmó Soares.

Por su parte, Marta Vedio, abogada que actúa por una de las querellas, opinó que «es un juicio que ha tenido, como la mayor parte de los que se desarrollan en La Plata, una instrucción extremadamente lenta, enrededada y fragmentaria. A pesar de todo eso, los querellantes han logrado que se eleve a juicio, al menos en esta forma parcial en la que se hizo. Es una causa muy importante porque la actuación de la CNU tuvo una enorme relevancia desde mediados de los ’60 pero muy fuertemente a principios de los ’70. Fue una agrupación política que se dedicaba con mucha energía y dedicación a perseguir enemigos políticos a través del hostigamiento, el secuestro, el homicidio y los actos más violentos que nos podemos imaginar», aseguró. «Se trata de personas que han permanecido a lo largo de los años formando parte de la vida social y política platense y algunos de ellos han tenido cargos importantes en la Municipalidad, en la Legislatura provincial. Estamos en un juicio donde los acusados no forman parte de las Fuerzas Armadas ni Fuerzas de Seguridad pero sí de estructuras de poder que a veces extienden su protección durante mucho más tiempo», consideró la abogada y detalló la condición de los acusados: «Carlos Castillo y Juan José Pomares han sido militantes peronistas con mucha actividad política. Pomares fue asesor de un senador del Frente para la Victoria durante los últimos años, ha tenido cargos en el Municipio, de hecho lo detuvieron cuando fue a la secretaría de Derechos Humanos a pedir la indemnización que el Estado otorga a los presos políticos. Imaginate el nivel de impunidad con el que se movían», graficó.

«Nosotros querellamos por todos los casos, todas las querellas están así. No hay querellantes particulares. Es mejor que sea así, porque no exponemos a personas particulares en algo tan complejo como esto. La variedad de querellas tiene que ver con distintas lecturas políticas y estrategias, siempre sucedió en La Plata, pero hablamos, coordinamos, si alguna de nuestras diferencias pone en riesgo una condena, coordinamos sin dudarlo. Las víctimas son siete, todas ellas fueron privadas ilegalmente de su libertad y dos sobrevivieron, así que los otros cinco también fueron asesinados y sus cuerpos se identificaron», explicó Vedio.

La jurisprudencia

Vedio explicó los alcances de la condena previa en Mar del Plata: «Nos sirve mucho porque ha habido una coordinación que quedó de relevancia al investigarse un operativo realizado allá que se llamó ‘el 5×1’ que fue una venganza de la CNU por la muerte de un dirigente. Ahí mataron a varios militantes del peronismo revolucionario o ‘La Tendencia’, como se le llamaba en aquel momento. Está acreditado que gente de La Plata viajó específicamente para formar parte de ese operativo. Además, la sentencia da cuenta de las características propias de la CNU, de la historia de la organización, de su rol en la disputa política y su vinculación con el Estado para cometer delitos gravísimos. Esto nos ayuda a sostener a nosotros la característica de delitos de lesa humanidad», destacó.

Además, analizó la extensión de los crímenes juzgados: «Si bien el período que se va a comprender es en parte previo y en parte posterior al golpe genocida, consideramos que los delitos juzgados son parte de una unidad», aseguró. «La actuación de la CNU no se detuvo y podemos decir que no se modificó o se modificó muy poco: se coordinó más y mejor con la actuación de las fuerzas represivas oficiales pero ellos continuaron actuando, de hecho Castillo está detenido a disposición del poder judicial en una causa que investiga delitos cometidos en un centro clandestino de detención de La Plata que dependía del ejército. Es por un operativo de secuestros que realizó en forma conjunta con la Policía Federal. Tenía, por ejemplo, zonas liberadas y acceso a inteligencia», declaró Vedio.

¿A quién molesta el juicio contra la CNU?

Soares también se refirió a quienes vienen preparando este juicio: «Hubo muchos compañeros que se pusieron a la cabeza, Nilda Eloy de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, HIJOS La Plata. Con mucho boicot de la justicia se dio esto porque una cosa es juzgar a Videla y otra a dirigentes del partido de gobierno. Por eso hay muchos que no han sido juzgados, entre ellos el ex intendente de La Plata y ministro de Justicia de Néstor y Cristina, Julio Alak», denunció. «Hoy se están juzgando a Pipi Pomares y el Indio Castillo, dos tipos que son lúmpenes, que participaron de la ejecución de decenas de compañeros nuestros, que eran funcionarios, en algunos casos de la intendencia y en otros de la legislatura nacional y provincial. Cuando le preguntaron a Pipi Pomares de qué trabaja, respondió: ‘Fui un funcionario del gobierno de Néstor Kirchner'», aseguró. Para Soares, «lo que más molesta es que ahí no se vio kirchnerismo. Sí compañeros sueltos y algunos buenos amigos que tengo en el kirchnerismo, pero no dirigentes. Se supone que han encabezado las marchas del 24 de marzo, del 2×1, han sido los artífices del gobierno de los derechos humanos, de la lucha por los derechos humanos. Las organizaciones de derechos humanos kirchneristas han estado a la cabeza de la lucha durante los últimos doce años, eso es lo que se supone. Con esa lógica deberían estar ahí viendo cómo se juzga a alguien que fue funcionario de su gobierno. Sin embargo, fue el gobierno que más presos políticos tuvo, más desaparecidos en acciones de violencia institucional, gobierno condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por desaparición forzada», recordó. Soares se refirió también al comportamiento de los organismos ante estos casos: «Miran para otro lado, como miran para otro lado hoy en el juicio. Ahí no había sentados dirigentes de las organizaciones kirchneristas ni de sus organismos de derechos humanos. Los que estaban, estaban sueltos. Es porque se supone que si las mismas violaciones a los derechos humanos ocurren durante gobiernos democráticos no son tales, pero si encima esos gobiernos son peronistas, menos. Y si además, encima, son kirchneristas como eran esos funcionarios que estaban ahí sentados por haber matado peronistas, menos», planteó. «Eso me agravia a mí y a muchos. Había montones de banderas de organizaciones de izquierda que no fueron agredidas por estos tipos, pero las que deberían estar no están, que tienen una actitud vergonzosa. Esto también nos muestra los límites, no sólo del peronismo como tal sino también de los tipos que nos gobernaron durante 12 años. Llega un momento que no se puede estar en el medio cuando ya nos han demostrado desde el gobierno y fuera del gobierno el oportunismo. Esa actitud de doble discurso», lamentó. Soares insistió en que se refiere a los dirigentes: «A los que son más o menos honestos les decimos que no sigan ese proyecto porque eso los va a llevar de nuevo a un abismo. Para muestra basta este botón donde están sentados tipos de la derecha peronista del CNU que mataron montoneros y fueron funcionarios de gobiernos peronistas incluyendo el kirchnerismo. Es un debate al que se niegan, y no se puede hablar solos», consideró.

En este sentido, Vedio no tuvo acuerdo total con lo sostenido por Soares, y planteó: «Hubo concentraciones afuera y la sala estuvo llena tanto en la primera como en la segunda audiencia, que es lo más llamativo. Hay mucho interés en este juicio. La sala es chica y queda gente afuera, pero estoy satisfecha con el marco de público. Este juicio incomoda a algunos sectores del peronismo. No creo que todos los kirchneristas sean responsables de algunas cosas terribles que han sucedido durante los gobiernos kirchneristas. Sí creo que debieron haber hecho cosas que no hicieron, como sacarse de encima a algunos personajes», delimitó. Para Vedio, «esas cosas realmente son preocupantes. Hay muchos compañeros kirchneristas apoyando este juicio, vienen, se sientan, ponen la cara, escuchan los testimonios delante de Pomares y Castillo, así que me parece que hay más apoyo que otra cosa. Seguramente también habrá oportunistas que traten de sacarle el cuero a su propia historia», agregó.

Por último, la abogada se refirió a la figura de Julio López en cada juicio: «Está muy presente en La Plata. Yo no puedo decir que Pomares y Castillo estén directamente vinculados a su segunda desaparición, pero hay en las conexiones nombres muy cercanos a los sospechosos», sugirió.

Como en cada causa que comienza en La Plata, la figura del testigo desaparecido marcha en la sala e interpela.



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