18/01/2007

«La propia gente de Control de Calidad de Cheeky verifica los talleres clandestinos»

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Este miércoles por la mañana miembros de La Alameda junto al colectivo de teatro Brazo Largo realizaron un escrache al local de la marca Cheeky ubicado en avenida Santa Fé 2053. La empresa Cheek S.A fue denunciada por vender ropa confeccionada en talleres clandestinos y maximizar sus ganancias mediante el «trabajo esclavo». Durante la actividad Brazo Largo interpretó una obra que problematiza este tema.


Según Gustavo Vera, de La Alameda, «en estos momentos hay 72 marcas denunciadas en la Justicia federal por la Defensoría del Pueblo. Se ha recabado una cantidad importantísima de documentos, testimonios, testigos, que corroboran que estas marcas utilizan trabajo esclavo, explotación de indocumentados a fin de maximizar sus ganancias, y en algunos casos hay explotación de menores y embarazadas, peligrosas condiciones de higiene y seguridad, pésimas condiciones de trabajo desde todo punto de vista».

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Durante el escrache el colectivo de teatro Brazo Largo representó «Descaradas mejillas de titaniun», obra escrita en conjunto con miembros de La Alameda. Leandro cuenta que «la obra trata de una devolución que viene a hacer una persona, un consumidor, porque su ropa viene manchada con sangre, con la sangre de los trabajadores de los talleres clandestinos de la marca Cheeky. Entonces saltan las contradicciones al querer explicar el origen de esa sangre. Por último un trabajador aparece en escena y habla sobre las reivindicaciones. Esta es una forma más de aportar a esta lucha».

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La Defensoría del Pueblo, el Gobierno de la Ciudad y la Cooperativa La Alameda presentaron una denuncia penal contra la empresa Cheek S.A, responsable de la marca Cheeky por hacer su producción mediante el trabajo clandestino, en negro, modalidad que se repite en numerosos talleres textiles y que desde el incendio de la calle Luis Viale se denomina «trabajo esclavo».

Empleados de la firma Cheek S.A, ahora testigos con identidad protegida, denunciaron al jefe de Producción Juan Karney, como responsable de reclutar talleres clandestinos y que más del 80% de los proveedores de Cheek S.A son talleres de esa condición.

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«Estas 72 denuncias están radicadas en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, y esperamos que se ocupe de una vez, porque hasta ahora ha hecho poco y nada por este tema. Obviamente que nosotros hemos hecho una denuncia al Consejo de la Magistratura pidiendo el juicio político por el accionar del juzgado, que no quiere hacer absolutamente nada, se ha declarado incompetente no menos de 15 veces a lo largo del año pasado, jugando a que las causas prescriban», explicó Vera.

La denuncia a Cheeky es «por imponer jornadas de trabajo de 16 a 18 hs diarias, con indocumentados, menores, embarazadas que trabajaban hasta el día del parto, falta absoluta de ventilación (porque el taller tenía que estar oculto a cualquier inspección), cohecho con la Comisaría a razón de 500 pesos por mes, cohecho con los inspectores (para que les avisaran y desarmaran todo)».

Parte de la denuncia a Cheeky también es por contrabando de prendas. Según se informa, Cheeky trae del sudeste asiático aproximadamente 1 millón de prendas por año, y en dos talleres de San Miguel se les cambian las etiquetas para hacerlas aparecer como argentinas.

Sobre cuan implicada está esta marca, Vera detalla: «Cheeky no hace como las otras marcas, no usan intermediarios. No, van ellos directamente con sus camionetas a llevarse las prendas, es más va la gente de control de calidad a ver los talleres clandestinos a verificar que las prendas salen bien hechas, todo bajo las condiciones espantosas que estamos denunciando. Además es una estafa desde donde se lo mire, partiendo del costurero al que le pagan treinta centavos por una remera que se vende a treinta dos pesos en este local».

La gravedad de estos hechos es que según los denunciantes «muchas marcas se mudaron a la provincia de Buenos Aires porque el escándalo mediático está en Capital y aquí al menos espasmódicamente el Estado actua haciendo inspecciones. Entonces muchos talleres se están fugando a provincia».

Leandro y Marta del colectivo de teatro Brazo Largo cuentan sobre su aporte: «Nosotros nos acercamos a las luchas populares y hacemos una obra que tenga que ver con la situación, en general en conjunto con la gente que hace el reclamo. Brazo Largo es un grupo de teatro popular, lo dirige Norman Briski, surge desde el comienzo de las asambleas como un proyecto de resistencia artística. Entonces se articula hoy con esta lucha porque es una vergüenza lo que ocurre con el trabajo en negro, o con el mismo Estado lo que está ocurriendo con los monotributistas. Para hablar de una patria grande, como se llenan la boca, tendríamos que hablar de una industrialización seria, un proyecto donde los trabajadores obtengan el fruto de su labor, y luego discutir qué formas políticas adoptar».

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Durante la obra de teatro se recordó a Diego Aruquipa, un costurero que tenía 21 años al morir el 25 de agosto de 2006 a causa de enfermedades respiratorias y de tuberculosis. Los trabajadores textiles son más propensos a contraer esta enfermedad, agravado en estos casos por el hecho de vivir dentro de los mismos talleres. Él como tantos otros fue engañado y reclutado en el largo trayecto que une Bolivia y Buenos Aires.

[ver en ANRed el artículo art1681 ]

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