22/03/2017

Omar Cigarán, el Juicio: Día 2

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El segundo día se inició con una demora por una testigo que tenía prioridad porque aceptó adelantar su testimonio un día. Se trata de la Defensora Oficial del Fuero Penal Juvenil María Elía Klappenbach, quien describió la vida del joven, que desde los 8 años estaba con intervención estatal por estar en situación de calle. Aseguró que dicha intervención perjudicó su situación, y luego relató el hostigamiento que sufría por parte de la policía. Por Colectivo Contra el Gatillo Fácil

Día 2: Una defensora de los pibes, unos defensores de asesinos

El segundo día se inició con una demora por una testigo que tenía prioridad porque aceptó adelantar su testimonio un día. Se trata de la Defensora Oficial del Fuero Penal Juvenil María Elía Klappenbach.

A las 11.30 comenzó su testimonio. A preguntas de la querella refirió la detención y posterior libertad de Omar del Nuevo Dique con motivo de un hecho en el que ella intervino como Defensora. Sobre este hecho mencionó que en el juicio se condenó a Omar únicamente en base a actas policiales y que tanto ella como Omar sostuvieron su inocencia hasta las últimas consecuencias. Incluso recordó su recurso contra esa sentencia.

Posteriormente relató la vida de Omar, que desde los 8 años estaba con intervención estatal por estar en situación de calle. Caracterizó en realidad como una sobreintervención absolutamente inadecuada e ineficaz que sólo perjudicó a Omar desde chico.

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Luego describió a Omar como un pibe respetuoso y bondadoso; y respecto a su papá, Gustavo, y su mamá, Sandra, destacó que eran personas responsables de su hijo, que lo acompañaban y que estaban presentes, particularmente Gustavo llevando a Omar a trabajar y Sandra estando permanentemente en contacto con las etapas de intervención sobre su hijo.

Seguidamente detalló el hostigamiento sufrido por parte de la Comisaría Segunda a lo largo del tiempo. Relató que se había enterado de la persecución y de cómo Omar era nombrado en las reuniones barriales por la «inseguridad”, donde se lo hacía responsable de todos los hechos delictivos. Allí contó que «el comisario” de dicha Comisaría (por ese entonces era Gandolfi) nombró específicamente a Omar. «Siempre que lo llevaban volvía golpeado, muchas de las veces no quería denunciar” por temor a las represalias, comentó la testigo.

Sin embargo, poco después el hostigamiento se volvió diario e insostenible y por ello Omar y Gustavo presentaron un Habeas Corpus contra todo el personal de la Comisaria Segunda patrocinado por ella. En ese marco, contó que entró en contacto con Federico Perez Aznar del Comité Contra la Tortura.

Federico fue militante del Colectivo de Abogadxs Populares La Ciega, que a través de Sofía Ballesteros y Pedro Auzmendi, junto con la abogada de CORREPI, Maria Del Carmen Verdú, representan hoy a la familia de Omar.

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Seguidamente Klappenbach contó que llamó a Sandra y se enteró que algo sucedió con Omar. Ella no fue al lugar del hecho, pero se tranquilizó al enterarse que fue la Comisaria Tercera la que estaba interviniendo. Sin embargo, averiguó y descubrió que fue la Segunda la que se encontraba a cargo de la investigación.

Llegado el turno de la defensa. Nuevamente el interrogatorio fue capcioso y el presidente del Tribunal tuvo que intervenir numerosas veces, frenando los intentos de la defensa, incluso indicando a la testigo que no debía responder a muchas preguntas consideradas fuera de lugar. La defensa interrogó a la testigo sobre si sabía que Omar andaba armado y la respuesta fue contundentemente negativa: «Mi asistido negó usar armas”.

Luego se focalizaron en el consumo de drogas y Klappenbach contestó que estaba al tanto de su consumo, pero que había sido en una época anterior al tiempo del asesinato. En tercer lugar, indagaron sobre si sabía de hechos delictivos de Omar. La testigo refirió no conocer hechos anteriores a su intervención puesto que a ese tiempo Omar era menor de 16 años. Sin perjuicio de ello manifestó que nunca fue notificada de nada. Por último, le preguntaron sobre si consideraba que había vínculos entre la Comisaría Segunda y el asesino, Diego Walter Flores. Allí la testigo especificó que no tenía ninguna prueba al respecto, pero en su opinión personal no dudaba que había vínculo entre ambos.

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Zulema Diaz

La testigo declaró no recordar absolutamente nada relacionada con el hecho. Ni la ambulancia, ni el hecho en particular.

Jonathan Emanuel Degese

El testigo se encontraba en su móvil en 122 y 43. Recuerda estar a 60 metros del hecho y ver movimientos extraños de un muchacho corriendo sobre diagonal 115 doblando en 43 hacia el hipódromo y cuando cruzan ven a alguien ensangrentado en el pecho. Seguidamente llaman a una ambulancia y al personal de la jurisdicción (correspondía a la Comisaría Segunda). Otros policías le cuentan que el pibe había querido robar y que Flores al ver esto se da a conocer como policía y efectúa el disparo. Seguidamente, el testigo cuenta que armó el perímetro sin cinta. La querella le pregunta si vio un arma y Degese contesta que sólo ve la del asesino. Cuenta que Omar tenía el torso desnudo y dice no recordar nada mas respecto al hecho, salvo que no vio a nadie que toque el cuerpo y que el mismo se encontraba boca arriba.

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Marcelo Menzulo

Previo a la presentación del testigo, la querella informó al tribunal que Menzulo estaba sindicado por la querella en una causa de encubrimiento nacida de la causa de homicidio. La defensa desistió al testigo, pero la querella lo sostuvo con el compromiso de no preguntar en relación al encubrimiento para que no se autoincriminara.

Luego de esta advertencia, que fue reiterada frente al testigo, inició su declaración. Menzulo comenzó su declaración detallando su cargo y funciones en febrero de 2013: era Jefe de la Morgue Policial y su labor era hacer autopsias indicadas por las fiscalías. Detallando el proceso que sufre un cuerpo al entrar en el circuito forense, Menzulo especificó que el cuerpo de Omar estaba de paso hacía la Asesoría Pericial. Yendo al día de los hechos, Menzulo cuenta que al trasladar el cuerpo desde la bandeja al carro, el testigo cuenta que lo tomó del cinturón y allí detectó algo extraño. Inmediatamente lo llevan del garaje a la sala de autopsia, le desabrocha el cinturón, le baja el pantalón y a través del slip ve la empuñadora del arma. Al ver esto, lo tapan con una sábana y contacta a la Fiscal Ana María Medina para que se presente con el perito balístico Ortiz. Cuando estos llegan a la morgue, le realizan la pericia en la sala grande, con la participación de la eviceradora Martina, cuyo apellido no recordaba ya que era la suplente de su evicerador titular; y también participó un testigo de actuación.

Luego fue interrogado por la querella, que se focalizó sobre el lugar de los hechos. El testigo afirma que Omar estaba de costado sobre el cordón y no le realizaron ninguna pericia en el lugar, salvo observar el orificio de la bala una vez que lo movió. El testigo recuerda que había mucha gente, pero solo reconoció a Medina y a colegas de la científica.

Carlos Alberto Gandolfi

El testigo fue interrogado sobre su cargo actual y respondió que reviste como Comisario Inspector. Él fue alertado sobre el hecho y se dirigió a 122 y 43. Al llegar al lugar, vio que se encontraba precintado con cintas y móviles, y ya se habían realizado las pericias. Había mucho personal policial y del barrio, y allí le cuentan que habían disparado a un joven que había intentado robar una moto a otra persona. Gandolfi cuenta que preservaron el lugar hasta la llegada de Medina, secuestraron el arma del efectivo policial y también un casquillo servido, y dice creer que en la calle levantan la vaina. Recuerda que el cuerpo estaba boca arriba sobre la cinta asfáltica y con una bolsa negra tapándolo. Cuando levantan la bolsa observa que tiene una bermuda puesta. Luego, ante la pregunta de dónde se efectuaron búsquedas y peritajes, Gandolfi respondió que se hicieron en el sector perimetrado. El juez le pregunta si revisaron el cadáver y ante su respuesta afirmativa, refiere que el médico forense lo revisó (esta es una obvia referencia a Menzulo). La defensa pregunta si revisaron la ropa interior y responde que no.

Gabriel Lofeudo

El testigo era chofer de patrulla de Degese. El día del hecho relata que venían manejando por 122 y 43 y se estaciona en la estación de servicio. Declara que el compañero ve correr a una persona por diagonal 115 y dobla en 43 hacia el hipódromo. Luego observan a una persona caída en la esquina. Lofeudo pensó que la persona que corría había robado y cuando se acercó vio una persona herida en el piso que tenía sangra en el pecho y respiraba con dificultad. Luego de llamar a una ambulancia se entrevista con un policía (que era Flores) que le relata que vio a un pibe robando una moto, le da voz de alerta y como le apunta, él dispara. Lofeudo aparta al policía y esperan a la ambulancia. Ante la pregunta sobre el arma disparada, manifiesta que ésta fue enfundada por el policía que atacó al pibe. Seguidamente relata que hacen el perímetro del lugar. Ante la pregunta de si había visto el hecho, el testigo niega ya que estaba manejando. Luego relata cómo el trafico se congestionó por el auto de Flores hasta que liberaron la mano. Seguidamente cuenta la llegada de la ambulancia que comprueba el deceso y el cuerpo queda en el lugar. Su accionar termina cuando llega personal de la seccional (Comisaría Segunda). Luego relata la llegada de una señora que lloraba, que pensó que era la madre y luego la llegada de personal policial, hasta infantería. Ante la pregunta de como vio el cuerpo, cuenta que estaba con sangre en el pecho y descubierto, mirándolo desde un metro y que respiraba. El juez le repregunta si, mas allá del procedimiento, no se le ocurrió acercarse y responde que no. Agrega que el pibe tenía una bermuda y era de contextura delgada. Lofeudo afirma no ver ningún arma.

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