23/12/2006

Trabajadores del Metropolitano (ex Roca) denuncian accidentes y muertes por responsabilidad empresarial

met1w.jpgLa situación de la empresa de trenes Metropolitano se agrava día a día: los accidentes aumentan y son ya tres los trabajadores muertos. «Hay malos señalamientos, campanas que no suenan, barreras que no están, falta seguridad y eso va a seguir ocasionando muertes», advirtió Alberto Caorsi. Tanto él como dos de sus compañeros fueron despedidos, pero ahora «nos agrupamos y estamos defendiendo lo que nos corresponde», manifestó.


Los trabajadores del Tren Metropolitano (ex Roca) se están autoorganizado con el objetivo de hacer oír sus demandas: denuncian despidos injustificados, accidentes que podrían haberse evitado y la muerte de tres compañeros mientras ejecutaban sus tareas. Todos coinciden en afirmar que tanto el pésimo servicio como los accidentes y despidos se deben a una política empresarial que delega responsabilidades en los trabajadores, no invierte y está aliada a una burocracia sindical que persigue a los trabajadores autogestivos.

Trabajadores muertos

«A mediados de septiembre falleció un compañero del Belgrano Sur. Estaba cortando el pasto, puso una herramienta sobre la vía, cruzó para ir a la estación pero, cuando intentó pasar, no vio que venía otra formación por el lado contrario», señaló Benjamín, trabajador del Metropolitano, en diálogo con ANRed. Además enfatizó que la empresa, al no invertir en mantenimiento, infraestructura y seguridad, provoca que «los trabajadores nos la tengamos que arreglar solos. Además de hacer nuestro laburo, tenemos que fijarnos en todas estas cosas, ya que no contratan a compañeros para que nos cuiden cuando efectuamos tareas peligrosas».

No es el único caso fatal. El mes pasado, en la estación Ezeiza, un mecánico del Belgrano Sur (otra de las líneas propiedad de la empresa Metropolitano), Mario Larocca murió electrocutado mientras realizaba su trabajo: «Estaban probando una locomotora nueva en Ezeiza, iban hasta Cañuelas, pero primero tenían que esperar que pase una formación de pasajeros, entonces mandaron al compañero a una vía que es de trenes eléctricos, él subió cerca del techo de la locomotora para fijarse el agua y cuando levantó la tapa recibió la descarga. Luego de 5 días de agonía, murió», relató Benjamín.

Hace pocos días, falleció otro trabajador, Ramón; según informó la empresa, en un caso de muerte súbita. «Era un compañero de limpieza que murió en Lanús, aparentemente de un paro cardíaco. Él ya tenia prescripción médica, en la que le aconsejaban que no haga tareas pesadas, pero igual se las encargaban. Nosotros mucho no sabemos porque la empresa no nos quiere decir nada», explicó Cucha. Ramón trabajaba en los talleres de Remedios de Escalada, pero hace un mes había sido trasladado a Lanús: «Ramón estaba operado, tenía problemas del corazón. Hace un mes limpiaba el andén, el hall, lo hacían hacer cada cosa… Estaba enfermo del corazón, hace unos días se empezó a sentir mal, se descompuso y se lo llevaron», comentó Sebastián, pica boletos de la estación de Lanús. Su compañero Salinas agregó que «a Ramón le faltaba poquito para jubilarse, tendría sesenta y pico, lo mandaron acá porque no podía hacer trabajos pesados».

Alberto Caorsi, uno de los trabajadores despedidos por la empresa, sostiene que «casi todos los días hay accidentes y muertos. A las empresas no les conviene que se sepa y los medios que responden a las empresas no van a difundir nada de eso… Hay malos señalamientos, campanas que no suenan, barreras que no están, falta seguridad y eso va a seguir ocasionando muertes», advirtió. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo informó que en el 2005 aumentaron los accidentes laborales. Perdieron la vida a causa de accidentes fatales 857 trabajadores, un 6,6% más que en el 2004.

Accidentes

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El 9 de diciembre pasado se produjo un descarrilamiento entre las localidades de Gonnet y City Bell, donde «hubo entre 25 o 30 heridos», comentó Benjamín. El asunto no pasó a mayores, pero los entrevistados coincidieron en señalar que tranquilamente pudo haber sido una tragedia. «Uno de nuestros reclamos concretos, aparte del pase a convenio de ferroviarios y la reincorporación de los compañeros despedidos, es mejorar el servicio y la infraestructura. La empresa tiene que invertir, para eso el Estado le está dando un subsidio. Con respecto al usuario, es deplorable el servicio, hay riesgos constantes. Cuando plantean lo del ‘Cromagñon ferroviario’ no están exagerando, puede pasar. En el caso hipotético de que hubiesen muerto los heridos del descarrilamiento, hubiera tenido más repercusión mediática pero, como no pasó, no la tuvimos…» denunció Alberto.

Con respecto a la asignación de responsabilidades, mientras la empresa argumenta que se trata de «sabotaje» o declara la presunta culpabilidad de los trabajadores, Alberto concordó con sus compañeros: «El estado de las vías es pésimo, no hay mantenimiento, falta inversión y, ahora que hace calor, con la temperatura se dilata el material y si los trenes no alcanzan a descarrilar es porque los choferes se dan cuenta y paran los coches antes. La empresa pone lo mínimo indispensable para reparar, pero no hacen las inversiones necesarias».

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Los trabajadores señalaron que la empresa no invierte, aún cuando se le otorgan subsidios millonarios. El 10 de noviembre de 2005, autoridades oficiales afirmaron que el Gobierno Nacional aumentó los subsidios a los ferrocarriles, destinándoles $208 millones para compensar a las empresas concesionarias sus mayores costos, a cambio de lo cual se requería que se mantengan congeladas las tarifas del servicio. Asimismo, se añadieron $50 millones para solventar gastos de mejora de infraestructura vial. Estas medidas se tomaron una semana después de los incidentes en la Estación Haedo de la ex línea Sarmiento de TBA, los cuales concluyeron con el incendio de dos formaciones, reconstruidas luego por los trabajadores y los usuarios.

Otra desgracia casi ocurre la semana pasada en el ramal Haedo- Temperley. «En Haedo, el mal estado de las vías se debe a que no tienen ningún tipo de mantenimiento. Este ramal no le da beneficio económico a la empresa y por eso no invierten. No llegó a ser un descarrilamiento propiamente dicho sino que se dilataron y separaron más de los límites tolerables, y entonces se suspendió el servicio por un par de días. La línea Haedo- Temperley económicamente no le reditúa a la empresa, porque es un sector de población marginal. Quién circula o trabaja en estas vías corre un alto riesgo, es muy peligroso».

El pasado 7 de diciembre descarriló un tren de la ex línea Sarmiento en el barrio de Almagro, donde hubo 21 heridos. Gustavo Gago -vocero de TBA- manifestó a la prensa que él cree que el hecho no se debió a un problema técnico, ya que «las vías están en perfectas condiciones», y que no descarta la posibilidad de alguna «intencionalidad». Nuevamente la teoría conspirativa del «sabotaje» que propugna la empresa.

Los accidentes no son hechos aislados, se presentan de manera recurrente y perjudican tanto a los usuarios como a los trabajadores. Benjamín señala antecedentes: «Con las otras líneas pasa lo mismo», explicó. «Por ejemplo, el tren que va a La Plata el año pasado descarriló y chocó con la cabina de señales. No hubo heridos, el señalero se tiró de la cabina y se quebró algunos huesos pero se salvó».

Según una estadística publicada por la Gerencia de Seguridad en el Transporte, durante el 2003 fallecieron 389 personas y 1064 resultaron heridas de gravedad. En los últimos 7 años hubo cerca de 14 mil muertos. El propio Secretario de Transporte expresó que «Argentina tiene un récord importante de muertes en ferrocarriles: más de 400 por año».

Despidos

La empresa sigue firme en su posición y argumentación sobre los despidos. Piensa que está en su derecho y, por ejemplo, en el caso de Alberto ‘Cotero’ Caorsi, le rescindieron el contrato porque decidieron prescindir de su servicio. En cambio, Marcos Luna tuvo una acumulación de sanciones por desobedecer a las órdenes del capataz y si uno excede el límite tolerado de sanciones, la empresa lo despide. Los motivos de las mismas son diversos, el compañero Luna se lesionó la columna y la cintura, quedó torcido por trabajar constantemente agachado, ya que se encarga del barrido y lavado de formaciones. Los compañeros le dijimos que se siente, le pedimos al encargado que llame a la ART para que lo venga a buscar, paramos nuestras tareas y recién vino un remís unas horas después. El encargado nos aplicó sanciones acusándonos de vagos, retobados, que no queríamos trabajar y el compañero fue echado», explicó Benjamín.

Alberto manifestó que la empresa lleva a cabo «suspensiones, sanciones a los compañeros y más despidos. El sindicato avala un despido y la empresa los ejecuta, y esto es así, es un despedido político. Por lo del convenio de comercio que no nos corresponde le sacamos un acta firmada al Ministerio, pedimos que nos reencuadren en enero, la empresa propuso en marzo, pero los pusimos en aprietos porque nos organizamos, la peleamos, nos agrupamos y estamos defendiendo lo que nos corresponde. Y eso a la burocracia le molesta, empezaron a cortar cabezas y esas cabezas fueron las de mi compañero Marcos Luna y la mía».

En estos días, otro trabajador que realizaba tareas de pica boletos fue despedido «porque tuvo reiteradas ausencias al trabajo que la empresa considera injustificadas y, entonces, le hicieron un informe de la sanción disciplinaria, pero el compañero, en una actitud rebelde, no hizo el descargo… entonces la empresa lo interpretó como que uno acepta que la situación está bien», marcó Benjamín. Cucha señaló que «le hicieron una cama. Él faltaba por problemas familiares, llevaba certificados pero la empresa sostiene que no recibió ninguno. Está mal echado, son maniobras de la empresa para seguir despidiendo a compañeros».

Los trabajadores no pueden hacer oír su voz en la empresa y tampoco se sienten incluidos en el sindicato. «En este momento, como el último trabajador despedido está sindicalizado en la Unión Ferroviaria, se le aconsejó que vaya a la sección de reclamos del sindicato. Ahora si no lo ayudan, le propusimos que se agrupe en nuestra organización. Sabemos que la burocracia no lo va a representar. El sindicato, si estás al margen de sus marchas, asados, reuniones, si no les chupas las medias, no te apoyan. Sólo defienden a los amigos de los delegados», cerró Benjamín.

Y la lucha sigue

Los trabajadores y los usuarios son quienes sufren diariamente los riesgos laborales y el pésimo servicio. Los reclamos de los trabajadores se manifiestan en su lucha ferroviaria, con la conformación de una organización independiente creada con el objeto de dar a conocer sus demandas: reincorporación de despedidos, encuadramiento en el convenio de ferroviarios y mejoras en el servicio. Reivindicaciones que llevan ante el gobierno -que subsidia pero no controla a la empresa-, el sindicato -al que acusan de burocracia, clientelismo y persecución gremial- y a la empresa -que no invierte, se rige por el lucro y está sospechada de vaciamiento encubierto-.



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