Ensayo sobre la peste

Un hombre, desde la altura, observa la ciudad devastada por la peste. Es su experimento. El hombre regresa a la ciudad luego de haberse hundido en las aguas más turbias. ¿Quién es ese hombre? ¿Qué acontece en su camino? «Nadie es dos veces lo mismo”. «Ensayo sobre la peste” se presenta los domingos a las 20.30 hs . en el Teatro del Abasto, Humahuaca 3549, C.A.B.A. Por Virginia Vaccarezza para ANRed.

La luz roja cobra intensidad, sube la música y el hombre se asoma detrás del espejo. Vestido de traje y peinado muy prolijo, camina con la mirada al frente. Desfila, posa y canta.

La escena podría identificarse como un estudio televisivo de talk show. Un espacio circular delimitado, dos sillas enfrentadas para la entrevista, un simpático conductor y público en vivo.

La canción de presentación va bajando su volumen hasta que finaliza. Quedará de fondo el golpeteo de una música electrónica que acompañará toda la obra cortándose sólo en determinados intervalos.

El conductor comienza su monólogo explicando el experimento. Desde la altura observa, con cierto cinismo de Gran Hermano orwelliano, a un hombre que luego de estar ausente un largo tiempo es colocado nuevamente en su ciudad natal. Ciudad que ha sido arrasada por la peste.

El hombre observado regresó de un viaje oscuro. En éste, ha caído en los pantanos más putrefactos, se ha hundido, se ha extraviado en los sórdidos y zigzagueantes caminos de la locura y ahora, regresa a la ciudad.

¿Es el mismo hombre el que se ha ido y el que ha vuelto? «Somos cuerpos que viajan”, manifiesta el observador. ¿Qué sucede en el viaje? ¿Cómo nos atraviesa el transitar? «Que todo el mundo sepa que nadie es dos veces lo mismo”, sentencia.
«Ensayo sobre la peste” está cargada de simbolismos y metáforas, de escenas que a simple vista nos parecen absurdas, de textos que por momentos percibimos incomprensibles. Sin embargo, sus ecos nos quedan resonando en el cuerpo, se hacen cuerpo.

En tanto «ensayo”, la obra de Tantanian, no nos da respuestas ni respiros. Nos habla de la vida y de la muerte, del caer y del renacer, de la existencia, del transitar, del devenir. Nos cuestiona como seres humanos, como sociedad, nos sacude, nos pregunta, no nos alivia.

«Sólo los caminos torcidos conducen al origen”, nos dice el protagonista. Será que la vida es ese viaje, un tránsito no siempre cómodo. Y es, tal vez, en esos lugares intrincados donde nos encontramos con el verdadero ser, con la esencia, con el origen. Para desde allí, renacer.

Respecto a la puesta en escena, predomina el color rojo tanto en los objetos como en la iluminación. Color que en el contexto de la obra funciona como uno de todos los símbolos interesantes que se nos presentan. La música, no es azarosa. La elección y distribución de los objetos tampoco.

La rosa roja arrojada hacia el exterior del círculo y hacia abajo. Arrojada a la fosa, a la zona de la muerte. Rojo intenso, manchas de sangre, alambres de púas. Se reitera la percepción de la muerte, de la caída, de los demonios.

Arriba, el lugar del observador. Abajo y afuera del campo visual, lo observado. El espejo. ¿Observador y observado son hombres distintos? ¿O se trata del mismo hombre reflejado? ¿Existe un arriba y un abajo?

Y por último, las moscas. Símbolos de putrefacción y una vez más, de muerte. Símbolos del hundimiento, de la caída, de la peste, de los caminos torcidos.
Moscas que se reproducen, que se nos pegan al cuerpo, que nos acompañarán en el enmarañado viaje en el que «cuando creemos que hemos llegado al final, nacemos”.

Ficha técnico artística
Autoría: Alejandro Tantanian
Actúan: Cruz Zaikoski
Trailer: Darío Díaz
Diseño de escenografía: Carlos Galli
Diseño sonoro: Francis Dhuit
Video: Darío Díaz
Fotografía: Magdalena Viggiani
Diseño gráfico: Darío Díaz
Prensa: Duche&Zarate
Coreografía: Micaela Zaikoski
Dirección: Juan Carlos Fontana

TEATRO DEL ABASTO
Humahuaca 3549. C.A.B.A.
Teléfono: 4865-0014
Web: http://www.teatrodelabasto.com
Entrada: $ 180. Domingo, 20:30 hs.