Desalojo en la histórica toma del ex Padelai en San Telmo
La jueza María Lorena Tula aprobó la presurosa orden; con fuerte presencia policial los vecinos fueron forzados a retirarse a pesar de no estar garantizada una solución habitacional de fondo. Organizaciones sociales que acudieron en solidaridad, no pudieron traspasar el vallado que circundaba la totalidad de la manzana. El edificio, guardaba 30 años de resistencia por parte de diferentes generaciones de trabajadoras/es con necesidad urgente de acceso a la vivienda. Por Corresponsal popular para ANRed/Imágenes: Colectivo M.A.F.I.A
El martes en horas de la tarde, fueron notificadas del desalojo las 68 familias ocupantes del edificio ex Padelai, en el barrio porteño de San Telmo. Después de dos negociaciones, en las que intervino el Ministerio Público Fiscal y el Defensor del Pueblo, cedieron con un subsidio por única vez de $8000 por cada familia. Además, se comprometieron a otorgar un crédito de vivienda «de palabra”, negándose a firmar un acta de acuerdo. Incluso, Rodriguez Larreta habló de ese acuerdo en el programa «A dos voces”, del canal TN, sin que medie un papel de compromiso firmado.
La presencia policial se hizo presente durante la tarde del martes, vallando una manzana a la redonda, no tuvieron acceso al lugar niños, adolescentes y vecinas/os que volvían a su casa en horas de la noche, por lo que debieron dormir a la intemperie. Organizaciones sociales que se hicieron presentes, tampoco pudieron sortear el fuerte vallado policial para acercar solidaridad.
Las/os trabajadoras/es que habitaban el edificio ex Padelai no pudieron sacar sus pertenencias, ya que empleados del Gobierno de la Ciudad guardaron todo violentamente en bolsas de consorcio, rompiendo gran parte de sus objetos personales, «tiraban nuestras cosas como si fuesen basura”, comentó una vecina.
El edificio ubicado en las calles San Juan y Balcarce, fue desalojado desde las 7 am a las 19 hs del día miércoles 4 de Enero, varias familias intentaron resistir el desalojo, ante la imposibilidad de poder acceder a otra vivienda. Algunas mujeres y niños del Padelai, tenían antecedente de haber vivido un desalojo con represión en el mismo lugar, por lo que había miedo a que sucediera lo mismo. Así es que frente a la amenaza de los golpes, balazos y gases lacrimógenos, algunos vecinos optaron por tomar las promesas de créditos, y no hubo opción más que ceder el predio con la excusa infundada de «peligro de derrumbe”.
Se calculan que más de 500.000 personas se encuentran en condición de Emergencia Habitacional, en Capital Federal. La situación socioeconómica de las familias del ex Padelai, forma parte de la realidad de los sectores más vulnerables de la clase trabajadora argentina: Alcira, una vecina del lugar comentaba que se emplean precariamente en limpieza, seguridad, comercio, como manteros y cooperativistas de planes sociales. Ella trabaja de día en limpieza, y de noche separa basura de materiales reciclables para el Gobierno de la Ciudad como cooperativista social. Ante la pregunta de dónde iban a pasar la noche, Alcira mencionó que su grupo familiar tuvo que separarse forzosamente, ya que una habitación para dos personas está en la cifra inaccesible de $4000. Uno de sus hijos iría a una pensión, y el otro probablemente quede en situación de calle hasta que lo puedan reubicar.