Movilización de centros culturales frente a la casa de gobierno porteño
Una decena de centros culturales, organizaciones de artesanos y artistas independientes de Capital Federal y del conurbano bonaerense se movilizaron ayer en reclamo por la anulación de la recientemente sancionada Ley de Cultura, y contra la política de cierre y desalojos de espacios culturales por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fotos: ANRed
La movilización comenzó a las 17, con el agrupamiento de los espacios culturales en la intersección de las calles Avenida de Mayo y Florida, los cuales luego se trasladaron con sus pancartas, banderas y muñecos de protesta hacia el frente de la casa de gobierno porteño.
Mientras que un grupo quedó afuera manifestándose, una comisión de representantes ingresó a la casa de gobierno de la Ciudad para mantener una encuentro de unas dos horas con el jefe de gobierno, Jorge Telerman, a fin de exigirle una solución inmediata a los problemas sufridos por los trabajadores de la cultura en relación al constante cierre de espacios y centros culturales, y pedir la anulación de la recientemente sancionada Ley de Cultura.
Wenceslao, del Centro Cultural Compadres del Horizonte, señaló que «son varias organizaciones con sus problemáticas en particular las que participan, pero lo que nos está uniendo hoy es el no a la privatización de la cultura, que entendemos que se da a partir de la Ley de Cultura, del Chango Farías Gómez y Anchorena, que se votó en noviembre pasado y que entendemos que empieza a tomar a la cultura como una mercancía. Aparte, tenemos problemas particulares, como el caso de los compañeros artesanos, o el de los centros culturales que están siendo cerrados.»
Pero también da cuenta del problema particular que viene aquejando a Compadres del Horizonte: «Nosotros fuimos clausurados tres veces, y tenemos cinco actas de contravención por violar la clausura. Clausura que nos pide una habilitación como si fuera un club. No hay habilitación, porque no hay legislación. Entonces, el estado, en ves de hacerse cargo en serio, corta el hilo por lo más fino, que es cerrar cualquier tipo de organización.»
Por su parte, los artesanos de Parque Centenario explicaron a través de la lectura de un documento su negativa a adherir a la nueva Ley de Cultura debido a que implica una transformación negativa de su actividad. «La Ley de Cultura – explicaron – faculta al ejecutivo para transformar nuestro modo de producción, donde la máquina no es sólo un complemento de la mano del hombre, introduciendo así el concepto de microemprendimiento para aumentar la productividad. De esta manera, los artesanos ya no haríamos piezas únicas sino seriadas, igualándolas a la producción industrializada.
Con esto coincide Teresa, del Centro Cultural Osvaldo Pugliese , quien asegura estar «totalmente en contra de esta nueva ley porque no promueve lo que realmente es la cultura popular, algo que no esta contemplado en esta cosa que llaman ley cultural».
Pero también se dieron cita en el lugar agrupaciones culturales que si bien no viven estas problemáticas directamente, se solidarizan con la lucha llevada a cabo por diferentes artistas, centros y espacios culturales de Capital Federal. Este es el caso de la Comisión de Acción Cultural del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL).
Julia, integrante de este movimiento, señala que «la cultura atraviesa los diferentes ámbitos de la vida. Es un modo de pensar, de hacer, de vivir, y rechazamos en particular todo hecho cultural o artístico que corresponda a los intereses del estado y del capitalismo».
En ese sentido, encuentra una correspondencia entre la fuerza política que esconde lo cultural y las políticas de cierre de los centros culturales y mercantilización de la cultura.
«Pensamos que la cultura es algo político, – explica Julia – y es por eso que el gobierno desarrolla este tipo de políticas, con desalojos y poniendo a la cultura en un lugar comercial. Nos negamos a esa posición porque pensamos que la cultura pertenece al pueblo, y nosotros nos interesamos en particular en lo que vive y crea el trabajador respecto de la cultura, y no el mercado».
Finalmente, alrededor de las 19 reapareció la comisión de delegados, que transmitió los resultados de la reunión con Telerman:
Con respecto a la Sala Alberdi del Centro Cultural General San Martín, sobre la cual pesa una orden de desalojo para el viernes que viene, el gobierno porteño se comprometió a conseguir antes del 15 de febrero otro lugar al cual trasladar las actividades que allí se desarrollan o pagar el alquiler y, si en todo caso aún no han conseguido nada para esa fecha, los esperarían un tiempo más.
En cuanto a los artesanos, lograron obtener una entrevista especial para armar una mesa de trabajo que vuelva a implementar la vieja Ordenanza de Ferias Artesanales (46.075), que actualmente no corre y mantiene en vilo constante a los artesanos ya que no pueden ajustar su trabajo a la nueva ordenanza.
Por último, en cuanto al problema del cierre masivo de centros o espacios culturales populares, el gobierno porteño propuso la idea inicial de suspenderlos transitoriamente «al menos hasta abril o mayo del año que viene», la cual será confirmada hoy por el propio gobierno. A esto se le sumó una segunda propuesta, que es la de armar una mesa de trabajo para vetar parcial o totalmente la nueva Ley de Cultura.
Debido a esta última respuesta, considerada insatisfactoria, los manifestantes recalcaron que el escrache frente a la vivienda de Jorge Telerman, que estaba previsto para este viernes, se pasa para la semana que viene según la respuesta que reciban hoy de parte de los funcionarios porteños.
De la jornada de protesta participaron:
Artesanos del Parque Centenario, el Centro Cultural La Cárcova, la Comisión de Acción Cultural del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Centro Cultural Compadres del Horizonte, integrantes de la Sala Alberdi del Teatro General San Martín, el Centro Cultural Osvaldo Pugliese, el grupo musical Río Rojo, y otros artistas y músicos independientes.
Fernando Ruffa