10/12/2016

Marcha de las Madres que nunca claudicaron

1_-_primera_columna-2.jpgLas Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora realizaron la 36° Marcha de la Resistencia en memoria de los 30.000 detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. Rindieron homenaje a Azucena Villaflor y al «Grupo de la Santa Cruz”. Por Liliana Giambelluca para ANRed. Fotos: JF.


Como lo hacen desde 1981, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora realizaron la Marcha de la Resistencia. Fue este jueves desde las 12 hasta las 20 horas. A las 15:30, Nora de Cortiñas, Mirta Baravalle y Elia Espen junto a otras Madres iniciaron su ronda habitual alrededor de la Pirámide.

Marcharon acompañadas por diversas agrupaciones que conforman el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ), organizaciones defensoras de los derechos humanos, movimientos sindicales y sociales, partidos de izquierda y ciudadanos sin pertenencia a ningún espacio que acompañan las luchas por los derechos humanos.

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Homenaje a Azucena Villaflor

A las 16, las Madres rindieron homenaje a Azucena Villaflor al pie de la Pirámide de Mayo, donde sus cenizas fueron enterradas el 8 de diciembre de 2005, al término de la vigésimo quinta Marcha de la Resistencia. Nora de Cortiñas tomó la palabra y dijo que «Los 12 de la Santa Cruz, entre ellos Azucena, Mary y Esther, nos abrieron el camino en la búsqueda de nuestros hijos”. Prometió «continuar la lucha hasta el último hálito de vida por los 30 mil detenidos-desaparecidos.”

En referencia a la postura que tiene el gobierno con relación a los desaparecidos, Cortiñas dijo que las Madres «No aceptamos la teoría de los dos demonios y tampoco que digan que en Argentina hubo una guerra sucia” . También pidió que «haya justicia social” y que se termine con el «ajuste que empobrece y entristece al pueblo”.

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Finalmente, las madres depositaron dos ramos de rosas rojas sobre la lápida de Azucena Villaflor, cuyo epitafio dice: «Azucena Villaflor de De Vincenti (1924-1977). Creadora de Madres de Plaza de Mayo, detenida-desaparecida buscando a su hijo Néstor y a los 30 mil secuestrados, fue mantenida en cautiverio en la ESMA y días después arrojada viva al mar. Sus restos fueron identificados en agosto de 2005. Juicio y castigo a los culpables”.

Durante la mañana del 10 de diciembre de 1977, Día Internacional de los Derechos Humanos, Azucena -que buscaba información en distintas reparticiones públicas sobre el paradero de su hijo Néstor, desaparecido en noviembre de 1976- fue secuestraba en la esquina de su casa de Sarandí por un comando de la Armada. Fue mantenida en cautiverio y brutalmente torturada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y luego arrojada viva al mar en uno de los denominados «vuelos de la muerte”.

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Homenaje a los desaparecidos del «Grupo de la Santa Cruz”

En la Iglesia de la Santa Cruz, ubicada en el barrio porteño de San Cristóbal, durante el día se realizaron homenajes a los integrantes del «Grupo de la Santa Cruz”, conformado por 12 personas que durante la dictadura se reunían en la Iglesia para organizar sus jornadas en la búsqueda de familiares y amigos desaparecidos.

Entre el 8 y 10 de diciembre de 1977, todos los miembros del grupo fueron secuestrados. Algunos cuando salían de la iglesia y otros en sus viviendas o en la calle. Entre ellos se encontraban tres madres de Plaza de Mayo: Azucena Villaflor, María Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco.

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El teniente de navío Alfredo Astiz se había infiltrado en el grupo con la falsa identidad de Gustavo Niño y haciéndose pasar por hermano de un desaparecido comenzó a participar de las reuniones. Luego le avisó a los represores de la Marina para que efectuaran el operativo.

Las víctimas estuvieron entre 10 y 15 días en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Luego fueron arrojadas al mar, desnudas y con vida, en uno de los denominados «vuelos de la muerte”.

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Diez días más tarde, las corrientes marítimas devolvieron a las costas de Santa Teresita y Mar del Tuyú los cuerpos de las tres Madres y de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet. Sin investigar sus identidades, todas fueron enterradas como NN en el cementerio de General Lavalle, Provincia de Buenos Aires. En agosto de 2005, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó estos cadáveres y determinó que los cuerpos habían sido arrojados al mar por el tipo «de lesiones, sobre todo en los huesos largos, que son características de caídas desde gran altura”. Los médicos policiales que hicieron los informes cuando aparecieron los cuerpos en 1977, habían mencionado como causa de la muerte «el choque contra objetos duros desde gran altura”.

Los cuerpos de las otras víctimas, nunca aparecieron. En un pequeño jardín lateral de la Parroquia Santa Cruz, fueron inhumados los restos de Esther Ballestrino de Carega y Mary Ponce de Bianco. Las cenizas de Azucena Villaflor, como ya se mencionó, fueron depositadas al pie de la Pirámide de Plaza de Mayo.

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Cierre

En el cierre de la Marcha hablaron Mirta Baravalle, Elia Espen y Nora de Cortiñas. Se pidió la apertura de los archivos y «que no se siga usando la memoria de los desaparecidos para hacer política”, en alusión a la marcha que en la Plaza estaba realizando la Asociación Madres de Plaza de Mayo, liderada por Hebe de Bonafini.

Cortiñas reprochó que el gobierno «Ahora quiere cambiarnos el día 24 de marzo”, pero «no habrá decreto o capricho de alguien que borre nuestra historia, porque es nuestra, es la historia de nuestro pueblo”.

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Las Madres también pidieron que el gobierno no otorgue la prisión domiciliaria a los genocidas y rechazaron la teoría de los dos demonios que sostiene el macrismo. Entre otras peticiones, también exigieron el fin de la profundización del ajuste, de los despidos y la represión a trabajadores y luchadores populares por parte de los gobiernos central y provinciales.

Al final de los discursos se reclamó por el esclarecimiento de la desaparición de Jorge Julio López y se homenajeó a los luchadores que fallecieron este año: Enrique «Cachito” Fukman, Carlos Chile y el líder de la Revolución Socialista, Fidel Castro.

Al grito de «Madres de la Plaza, el pueblo las abraza” y «30 mil detenidos desaparecidos: ¡Presente. Ahora y siempre!”, finalizó la Marcha de la Resistencia de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

Marcha de la Resistencia (por Cristina)

La marcha convocada por la «Asociación Madres de Plaza de Mayo”, liderada por Hebe de Bonafini, más que un homenaje a los 30 mil detenidos-desaparecidos fue una movilización política de la oposición para pedir la vuelta de Cristina Kirchner al poder.

Bajo la consigna «Solidaridad y lucha o hambre y represión. Cristina conducción”, a las 15:30 ingresaron columnas de militantes de La Cámpora y otras agrupaciones del Frente para la Victoria (FpV), portando banderas, gorras y remeras identificatorias.

La Plaza estuvo cubierta por gigantografías y pancartas con el mensaje «Cristina conducción”, tanto en el inmenso palco que se levantó, como en los puestos de agua y comida, en la rama de los árboles y en la reja que rodea la Pirámide. Por si había alguna duda, cada quince minutos un locutor clamaba por Cristina, mientras la militancia hacía otro tanto a través de sus tradicionales cánticos.

Durante los gobiernos kirchneristas, Hebe de Bonafini se negó a organizar marchas de la resistencia porque consideraba que «ya no había un enemigo en la Rosada”, a pesar que Cristina de Kirchner propició una «política de reconciliación con los genocidas” cuando por cadena nacional pidió «superar los prejuicios hacia los militares”.

Nombró jefe del Ejército al genocida César Milani y a Sergio Berni como secretario de Seguridad para enfrentar con represión las luchas obreras y populares.

El autoproclamado gobierno «defensor de los derechos humanos” desprotegió a Jorge Julio López, en su condición de testigo protegido y luego vilipendió su segunda desaparición, ocurrida el 18 de septiembre de 2006. Aún se desconocen las circunstancias de su desaparición porque la Justicia y la política K así lo decidieron.

En esa época, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Sola, aún mantenía en sus cargos a más de 9.000 efectivos policiales que habían actuado durante la dictadura.

Consultada por ANRed, Mirta Baravalle manifestó sentirse «indignada” porque la marcha de la Asociación «No es una marcha contra los genocidios, sino a favor de su dirigente (Cristina)”. Agregó que respetaba las ideas políticas de todos, pero «No se puede invocar a los 30 mil detenidos desaparecidos para hacer propaganda política”.

Por su parte, Elia Espen también expresó su rechazo a «mezclar la política partidaria con los derechos humanos”. Dijo que en el contexto de la Marcha de la Resistencia «no se puede pedir por un político. Tenemos que pedir que se abran los archivos, que los jueces cumplan con sus funciones, y que los genocidas sigan en la cárcel y no con prisión domiciliaria”.



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