11/12/2006

Primer encuentro nacional de organizaciones con trabajo carcelario

14_1_bis.jpg«Nuestra práctica debe hacer innecesario los códigos penales, los
castigos, las prisiones y a los verdugos», decía el afiche que convocaba al Primer encuentro nacional de organizaciones con trabajo carcelario. En torno a
ese propósito las organizaciones se juntaron por primera vez para
compartir las experiencias. La reunión tuvo lugar el sábado 2
diciembre en La Plata. El primer piso de la Facultad de Periodismo y
Comunicación Social reunió allí gente de todos lados del país; entre
otros, representantes de Neuquén, Río Negro, Mendoza, La Pampa y
Corrientes.


Durante la jornada, los temas establecidos de antemano por los convocantes
fueron: las cárceles de la pobreza, desmilitarización y la porosidad
de las cárceles hacia las organizaciones sociales. En el transcurso del
día las opiniones aunaron los temas y se propusieron otros.

En el comienzo, Radio La Cantora, organizadora del encuentro, fue
recordada por una de sus creadoras, Azucena Racosta:

«Este es un homenaje a todos los compañeros que han sido heridos,
amputados, reprimidos y asesinados por el aparato represivo de la
dictadura, que aún subsiste en las cárceles bonaerenses, aunque
reconocemos que hace dos años se está intentando un cambio, al menos
podemos debatir, podemos llevar este trabajo humanizador a ese mundo
tan tremendo.

«Cuando surgió la idea de Radio La Cantora hace 14 años, estábamos
tremendamente solos porque a nadie le importaba la cuestión de los
presos comunes. Las organizaciones de derechos humanos, siendo yo
también militante de ellas, cuando iba a verlas, mis propios
compañeros me decían: «Ah, pero no son presos políticos». La dictadura
no solo desapareció a 30000 personas, también dejó una secuela: el
silencio.

«Cuando comenzamos hace 14 años a intentar recuperar la
palabra propia, el uso colectivo construido entre todos, en los
sectores más pobres a los que pertenecemos o venimos, nosotros
elegimos las cárceles porque consideramos que son el basurero de las
políticas neoliberales pero también porque algunos de nosotros tenemos
una larga historia con ellas. Si somos pobres y nacemos en el lugar
más pobre del mundo seguramente habremos pasado alguna vez por la
cárcel. Tal vez por eso se nos ocurrió la idea de trabajar en este
lugar».

El debate fue intenso y apasionado, porque los representantes de las
organizaciones con trabajo carcelario hablaron de temas dónde vienen
poniendo el cuerpo y no solo el pensamiento.

Hilda Presma es correntina y pertenece a la Red provincial de Derechos
Humanos. Desde las experiencias vividas en su provincia da cuenta
sobre cómo es esa porosidad de las cárceles hacia las organizaciones,
es decir la posibilidad de acceso que tienen los organismos para tener
contacto con los presos:

«Hace cinco años comenzamos a tomar la
problemática carcelaria. Para ingresar a la unidad 1, tuve que
aprovechar la misa de la Pastoral Penitenciaria y colarme. Les cuento
que soy judía y atea. De esa manera tuve las primeras entrevistas con
los internos.

«Hace dos años mas o menos se uniformó el servicio
Penitenciario Provincial y ahora tanto los procesados como los
condenados están a disposición de ese organismo, pero hay una
disparidad en el trato, que es lo que denuncio en este momento.
Tenemos facilidades para ingresar, accionar, hacer intercambios con
las personas que están alojadas en las unidades de condenados. Pero
hay un maltrato sistemático y permanente con los que están en proceso,
que en realidad son personas inocentes hasta no demostrarse lo
contrario.

«Y la cárcel de procesados está trasladada a 30 km. de la
ciudad de Corrientes: los abogados tienen que acomodar día y hora para
visitarlos; no hay transporte urbano, lo cual es un problema para los
familiares; no hay agua potable, se la venden; no pueden ir al baño;
no tienen teléfonos. Además, todo traslado de un preso de la Unidad San
Cayetano a los juzgados para revisar la causa es motivo para que a la
vuelta le den una paliza. Es decir ni siquiera pueden ir al juzgado a
denunciar. Y para nosotros es imposible el acceso a esa Unidad. Por
todos esos motivos apoyo la huelga de hambre seca que llevan adelante
los internos de San Cayetano.»

La misma problemática se repetía con distintas tonalidades en otras
provincias. También se discutió sobre la legitimidad del Protocolo
Opcional Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o
Degradantes de las Naciones Unidas. El 15 de noviembre de 2004,
La Argentina ratificó su adhesión, pero, para Hugo Corral de la Red
Panamericana de Derechos Humanos Intramuros, este Protocolo no los
representa porque nunca fueron consultados para su aprobación. Desde
el conocimiento legal, Corral plantea reformas locales:

«El Servicio
Penitenciario Federal es una fuerza de seguridad de la Nación, por lo
tanto tiene una ley orgánica, nosotros deberíamos forzar a nuestros
legisladores a una reforma que de lugar a nuestros proyectos de
trabajos en cárceles. Porque como fuerza de seguridad que se encarga
de la guarda de las personas privadas de libertad, depende
exclusivamente del secretario de Estado, que es el Ministro de
Justicia, puesto por el Presidente. Creo que se deben evaluar estas
mecánicas.»

Sobre el protocolo antes mencionado y otras cuestiones carcelarias, la
Comisión Provincial por la Memoria entregó a los concurrentes un
informe que abarca el período 2005-2006. Entre otros datos, aparece la
prisión preventiva como una de las causas del aumento de población
carcelaria en las unidades bonaerenses, en los últimos años. «Mientras
en el año 2000 la cantidad de detenidos en cárceles de la provincia
ascendía a 15.012, desde este año hasta el 2005 la población
carcelaria aumentó a 24.802, es decir un 65.2%. En el caso de persona
detenidas en comisaría, de 1998 al 2006, el incremento fue del 64% (de
2.866 detenidos en 1998, a 4.431 en 2006).»

La historia del Narigón

Otros compañeros de Radio La Cantora contaron su experiencia en el
Encuentro. Algunos de ellos cumplen aún penas, como le sucede a Walter
Carrillo, para sus amigos: el Narigón. El sábado estuvo en las calles
luego de 13 años, todavía le resta un breve tiempo para completar la
condena. Sus palabras fueron muy emotivas tanto que le costó largarse
y comenzar a hablar, porque había juntado tanto qué decir que solo
atinaba a llorar; de a poco fue contando…

«Atrás de esta alegría de estar acá, hay angustia, hay tiempos de
sufrimientos, tiempos de ver compañeros caídos. Mucho esfuerzo para
ver si podemos cambiar aquellas palabras: lucha, guerra, batalla, por
una simple palabra llamada trabajo, nos cuesta.

«Vengo de una familia donde había mucha abundancia, abundancia de
pobreza, abundancia de necesidades; y había abundancia de amor, eso
creo que me hizo fuerte, me hizo llegar a mis 37 años. En la villa
aprendí a tomar lo que quería, fui seducido por el entorno, además mi
educación era muy poca. Así vivimos los que venimos de ese mundo y así
es que aparecemos en las cárceles. A veces me pregunto quién da las
cartas, ¿por qué unas tan buenas para algunos y las mías tan
difíciles? Quizás sirvió para forjarme.

«Un día estaba en un buzón de Batan y me apareció una carta, cuando la tenía en la mano sentí como otra mano que me tocaba, después la vi a la flaca (Azucena Racosta) y
me pareció una lucecita entre tanta oscuridad. Recuerdo que le
contesté con una carta que decía: ‘flaca, decime si sos una luz que va a
estar para siempre o en algún momento te vas a apagar’. La onda era
decirle si iba a venir un ratito y después se iba a tomar el palo y
volvería a batallar solo. Y no, es que era difícil hacer contacto, el
servicio penitenciario estaba muy duro. Cada uno de nosotros vivía
solo su calvario, no permitían ni siquiera cruzarnos. Había compañeros
que aparecían suicidados; uno de ellos tenía la marca de una bota en
la espalda ¿cómo habrá hecho no? A mi me acusaron de fuga, pero solo
recuerdo que me sacaron y me dieron una paliza terrible.

Hay aplausos para Carrillo, se quiebra de nuevo, el recuerdo le trae
sensaciones no tan lejanas, alguien le grita ¡Vamos! Alguien le
pasa un mate.

«Este es el nexo que tenemos todos. Un mate. Un buen mate te llega al
Corazón».

Marcos Prieto

Portada: pintura de Carlos Giusti



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