No fue en vano
El acampe en Plaza de Mayo dejó tres elementos claves para las reivindicaciones obreras históricas. Conseguir un proceso de negociación con el gobierno si dudas es lo más destacado. Por Alan Mansilla para ANRed
Ha pasado una semana desde que se levantó el acampe denominado «no te dejes ajustar” en Plaza de Mayo, donde movimientos piqueteros y movimientos independientes se manifestaron en contra del ajuste económico que recae sobre la clase trabajadora, en contra del aumento de la desocupación, la pobreza y la suba de los servicios.
Trabajo digno es lo que pedían y que algún representante del gobierno saliera a dar la cara para comenzar con el dialogo y las propuestas.
Finalmente fueron atendidos y comenzará un proceso de negociación para la articulación de programas de empleo y de obras para que los trabajadores de cooperativas puedan llegar a tener, al menos, un salario mínimo ya que estos trabajadores ganan menos de cuatro mil pesos.
El segundo elemento que dejó el acampe fue la visibilización de los datos del INDEC que marcaban que el 32% de la población es pobre, esto sería 8.772.00 millones de personas. A demás todos pudieron ver la lucha de los trabajadores precarizados y desocupados que piden empleo genuino y de calidad.
Mientras algunas mujeres fritaban tortas fritas para todos los compañeros de la agrupación Lucha y Trabajo de CABA, declararon que solo piden por «trabajo digno”.
El tercer elemento importante fue la participación de personas que no pertenecían a ningún movimiento ni organización y que se acercaron para apoyar las actividades, los talleres y pudieron escuchar, entender y valorizar el reclamo.
Bombos, banderas, redoblantes, juegos, carteles, un poco de murga y el arte callejero le pusieron todo el color al acampe y produjo un llamado de atención de muchas personas, hasta de aquellos que pasaban de traje y corbata por la usurpada plaza frenaron y pudieron interiorizarse más en el reclamo popular.