Familias campesinas de Quilino amenazadas por desalojo

Reproducimos comunicado de prensa: «Los campesinos y campesinas de «La Costa de Las Salinas» (Salinas Grandes en el Noroeste de Córdoba), en medio de la situación difícil que estamos atravesando queremos hacer escuchar nuestra voz, a toda la comunidad de nuestra provincia y del país.»

Las familias campesinas de los Parajes de «Las Toscas», «El Puestito» y «San Agustín» de la Pedanía de Quilino vemos con profunda preocupación la situación que se está dando con respecto a nuestras tierras. Desde hace mucho tiempo criamos nuestras cabras que pastorean montes y salinas, conocidas en toda la provincia y el país por la calidad de sus cabritos, y además trabajamos en el carbón y la leña. Hace ya unos años, nos vemos afectados por peligros de desalojos y tenemos que enfrentar amenazas, donde peligra nuestro derecho a vivir en el territorio que cuidamos y trabajamos desde nuestros antepasados.

Trabajamos juntos en la Organización de Campesinos Unidos del Norte de Córdoba (OCUNC) por la mejora de la producción, la salud, el mantenimiento de los caminos, el derecho al agua, y la defensa a nuestra tierra.

En este sentido, necesitamos que se conozcan nuestros problemas, y nuestra lucha por los derechos que ancestralmente nos corresponden. Estas somos algunas de las familias que estamos siendo afectadas.

PARAJE EL PUESTITO:

Alonsa Bustamante, de ochenta y seis años, ha vivido en su campo del paraje «El Puestito» por setenta y cinco años, donde ha hecho su vida y ha criado cinco hijos. Comparte la posesión con sus hijos Ramón Pérez, y Demetria Farías. En la actualidad, un vecino llamado Raúl Campos ha cerrado y vendido el campo, con la familia de Alonsa, su rancho y corrales incluidos.

El comprador de la ciudad de Córdoba de apellido Tonello, desconoce la existencia de legítimos poseedores. Frente a la denuncia realizada por Ramón, hijo de Doña Alonsa, ante la comisaría de Quilino, dependiente de la Fiscalía de Deán Funes; y a pesar de haber sido imputado, Raúl Campos continua, las acciones de usurpación, alambrando y amenazando a la familia.

PARAJE SAN AGUSTÍN:

En este paraje hace dos años atrás se realizó por intermedio de la Municipalidad de Quilino una perforación en el campo de la familia Romero para el beneficio de los pobladores, el descubrimiento de una surgente de agua que se eleva 3 metros por encima del nivel del suelo, disparó la potencialidad productiva de los campos y con ello el valor de las tierras.

Ignacio Romero y su familia son poseedores desde hace más de veinticinco años del campo «San Agustín». Hoy su posesión peligra porque parientes de él, que abandonaron la posesión, vendieron el campo a Marcelo Angelli. Este Marcelo Angelli está ligado a la Municipalidad de Quilino por íntima amistad con el Intendente, además de ser visto colaborando para su campaña electoral.

Este señor le ha comunicado a Ignacio Romero y a su familia que ellos solo pueden reclamar 5 has de las 150 Has con las que cuenta el campo, donde seria imposible seguir viviendo y trabajando con sus 150 cabras y 32 vacas.

El pasado 25 de junio se presentaron en el campo de Ignacio Romero la jueza de Paz suplente de Quilino, Miriam Carranza, el Sr. Angelli , su abogado, la Hermana y la Madre del Sr. Romero. En esa oportunidad labraron un acta de constatación de la posesión por medio de la cual los parientes de Romero le hacen entrega de la posesión (que no tienen) al Sr. Angelli. Además de las graves consecuencias que puede traer esto para Ignacio Romero, es igualmente grave la falsedad en que incurrió Voluntariamente la funcionaria publica actuante.

Es importante resaltar, aunque Marcelo Angelli haya comprado el campo, la ausencia de títulos, nos remite obligadamente a los derechos, que la ley otorga, a quienes efectivamente ejercen la posesión. Hoy el único poseedor con una continuidad de más de veinticinco años, que trabaja y vive de la tierra y proyecta continuar en ella, es Ignacio Romero.

Don Pedro Ortega, de setenta y cinco años nació y vivió siempre junto a su familia en el campo conocido como Paraje San Agustín a unos 47 Km de Quilino, en este caso, al igual que en otros, una de sus hermanas, quien hacía más de 40 años que no habitaba en dicho campo, cedió acciones posesorias a un empresario agropecuario de la zona. A pesar de ser vendido el campo, por alguien que no tenía derechos, hoy el empresario hostiga e intima a Don Pedro para que abandone el campo.

Don Ezequiel Bustamante quien falleció en agosto de 2003 a los ochenta y dos años había sido contratado como puestero del campo Las Chuñas en el año 1975.

El propietario de dicho campo, Francisco Peña, dejó de comunicarse con don Ezequiel en el año 1976, y dejó de pagarle. Luego de varios reclamos de Don Ezequiel y de la desaparición total del propietario, Don Ezequiel comenzó a poseer el campo a nombre propio, y a trabajarlo en carácter de tal.

Realizo el cerramiento del mismo, crió animales propios, arrendó parcelas para apicultores, fue reconocido como propietario por sus vecinos; por supuesto hizo su vida allí, y crió junto a su mujer, un hijo que hoy tiene veintiséis años.

Luego de veintiocho años, en los que no dió señales, en el año 2002, reapareció Peña, reclamando el campo. Previo a llegar a las vías legales, para hacer efectivo su reclamo, este señor, ha utilizado todo tipo de argucias para amedrentar a la familia Bustamante.

Cerró caminos vecinales, colocó candados en las tranqueras y sobornó a Antenor Ortega, a quien Don Ezequiel había dado permiso, de ocupar un sitio para vivir; con la finalidad de que argumentara, que se encontraba ahí teniendo a nombre de Peña.

Hoy, el hijo de Don Ezequiel, Roberto Bustamante en su carácter de heredero de su padre y continuador de la posesión se encuentra en juicio de desalojo, aún sin sentencia.

Familias Bustamante, Peralta y Montserrat son co-poseedores hace más de cuarenta años de un campo de unas 500 Has conocido como «Las Toscas» a 40 Km de Quilino.

En el mes de Marzo un ingeniero agrimensor de apellido Fernández se hizo presente en el lugar, y les dijo a los poseedores que venía a medir el «Campo Luna», para poder realizar la repartición hereditaria por un juicio sucesorio, desconociendo los derechos que tienen las familias Bustamante, Peralta y Montserrat.

Las familias poseedoras no dejaron ingresar al ingeniero agrimensor a medir el campo. No obstante ello, el peligro para estos poseedores, de ver afectados sus derechos, persiste.

Frente a esta situación histórica de desamparo y desalojos encubiertos y silenciosos, nosotros, familias campesinas que nos hemos organizado para defender nuestros derechos, junto a otras organizaciones campesinas, hemos realizado propuestas legislativas, reclamos administrativos y cumplido con todos los tramites necesarios (registro de poseedores, etc.) en la medida de nuestras posibilidades, para que se garanticen la plenitud de nuestros derechos.

A pesar del silencio de los gobernantes y de las angustias que día a día tenemos que pasar esperamos que nuestra voz, que habla de nuestros sueños, sea escuchada por todos.

NO HAY TIERRA SIN HOMBRES
NO HAY HOMBRES SIN TIERRA

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