08/08/2016

«Para ellos no hay atletas, ni luchadoras olímpicas, sino caras bonitas»

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Compartimos una publicación de Valeria Satori, quien respondiéndole a un escritor, aporta una mirada crítica con respecto a la valoración machista y sexista que se hace del cuerpo y la belleza femeninos por parte de los periodistas deportivos en los medios masivos, en el marco de los Juegos Olímpicos Río 2016. «Para ellos se entiende que una mujer no puede ser otra cosa más que un objeto, y un objeto no puede hacer otra cosa más que dejarse ver. No le alcanzó a Pareto con ser medallista olímpica y ni haber ganado el Olimpia de Oro hace un año para ocupar un lugar en la prensa. Porque claro, su metro cincuenta y sus brazos fornidos no son deseables», remarca en su publicación, que compartimos completa.


Días atrás discutía por este mismo medio (se refiere a Facebook, donde la autora compartió ésta reflexión) con un escritor – blanco, heterosexual y de clase media -, de cierto renombre en el mundillo literario (no lo vamos a nombrar para no hacerlo quedar mal), quien afirmaba que cuestionar los estereotipos de belleza que pesan sobre las mujeres no era más que una hipocresía, que estaba bien que existieran, y es más, que es hasta comprensible que aquellas mujeres con cuerpos disidentes no aparezcan en ningún medio porque que no son «cuerpos deseables». Que oponerse a eso sería algo así como censurar el deseo. Y por ende, moralista. Y que en todo caso tendrán que ver ellas «cómo hacen para aprender a convivir con su fracaso» (sic). Sí, su fracaso.

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Me acusó a mí de policía de la moral y el status quo (?) y acto seguido fue fervosoramente aplaudido, por supuesto, por todo un séquito de caballeros de una carencia de belleza por demás notable (quienes sin duda hubieran sido profundamente despreciados en la Grecia Antigua).

Como los hombres que piensan como él ocupan los lugares de poder en los medios de comunicación, y son el 99% de los periodistas deportivos, poco y nada pudimos ver hasta hoy de Paula Pareto. Ella no figuró en la lista de «caras bonitas que se verán» en estas Olimpíadas. Porque para ellos no hay atletas, ni luchadoras olímpicas, sino caras bonitas que se dejan ver. Porque se entiende que una mujer no puede ser otra cosa más que un objeto, y un objeto no puede hacer otra cosa más que dejarse ver.

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No le alcanzó a Pareto con ser medallista olímpica y ni haber ganado el Olimpia de Oro hace un año para ocupar un lugar en la prensa. Porque claro, su metro cincuenta y sus brazos fornidos no son deseables, diría nuestro (feo y fofo) amigo escritor.

Hoy todos celebran con ella. Hoy sí aparece en los diarios, porque claro, siempre es lindo subirse al caballo de la victoria. Y yo celebro que ella les escupa en la cara y les plante esos brazos fornidos y esa espalda de gladiadora delante de los ojos mientras levanta su medalla. In your face, amigo.

Y ahora aprendé vos a convivir con tu fracaso.



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